El dolor de vivir en civilizaciĆ³n

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Arnon Grunberg
Tirza
Elefanta Editorial, 2020.

Arnon Grunberg (Ɓmsterdam, 1971) ha sido comparado con Michel Houellebecq. Se entiende la equiparaciĆ³n en el sentido de que ambos escriben sobre temas que retan a la correcciĆ³n polĆ­tica: la gazmoƱerĆ­a de la clase media blanca, la migraciĆ³n a Europa desde Ɓfrica y Medio Oriente o el fracaso de la razĆ³n y el arte (especialmente la literatura) como salvaguardas de Occidente. Pero a diferencia de su colega francĆ©s, Grunberg no concibe la provocaciĆ³n como una meta, sino como un medio para tejer una historia y, sobre todo, personajes que encarnan el malestar de esa gran entelequia llamada civilizaciĆ³n.

Al menos ese es el caso en Tirza (Elefanta Editorial, 2020), la sexta novela de un polĆ­grafo que ha escrito cuentos, teatro y poesĆ­a, y por la que ganĆ³ su segundo Golden Owl, mĆ”xima distinciĆ³n a la literatura escrita en neerlandĆ©s. El protagonista de este libro es Jƶrgen Hofmeester, un cincuentĆ³n devoto de la propiedad privada y enemigo de toda actividad que no implique trabajo y remuneraciĆ³n. Vive en una casa de dos niveles en Van Eeghenstraat, una de las calles mĆ”s cotizadas de Ɓmsterdam, y renta la planta superior a inquilinos a quienes nunca les devuelve el depĆ³sito. Durante mĆ”s de veinte aƱos ha viajado todos los dĆ­as (en bicicleta, como buen ciudadano holandĆ©s) a la editorial donde trabaja, aunque nunca ha sido responsable de un hallazgo literario importante. AsĆ­ pues, no es solo que Hofmeester sea el protagonista de una novela burguesa, sino que es uno de quienes las leen e incluso viven de editarlas y citarlas como mantras de vida.

ā€œLa gente apenas cambia. Encuentra un nuevo entorno para sus obsesiones. Se arruga, se le caen los dientes, se rompe huesos, le reemplazan los Ć³rganos por mĆ”quinas, pero no cambiaā€.

Pese a la severidad y control que impone sobre sĆ­ mismo y su familia, las mujeres a su alrededor no comparten esa idea de existencia decente. Su esposa lo abandonĆ³ para irse con un amante de juventud. La hija mayor, Ibi, optĆ³ por atender una posada en la Francia rural, desairando toda expectativa paterna de una profesiĆ³n especializada. AdemĆ”s, la barbarie asoma por doquier: los atentados del 11 de septiembre de 2001 tienen poco de haber ocurrido, casi nadie lee libros y los mercados ya no garantizan la seguridad financiera de nadie.

La Ćŗnica esperanza que le queda a Hofmeester es su hija menor, Tirza, quien acaba de salir de la universidad y estĆ” a punto de marcharse a Namibia con su novio, Choukri, de origen marroquĆ­. Hofmeester pronto se quedarĆ” solo y sin la Ćŗnica persona que todavĆ­a le reportaba un mĆ­nimo respeto. Pero antes, decide organizar una fiesta de graduaciĆ³n ostentosa, una despedida para Tirza y, en parte, para sĆ­ mismo.

La planeaciĆ³n y consumaciĆ³n de este festejo serĆ”n el centro de la novela. A la par de los incidentes de esa reuniĆ³n, vemos en retrospectiva la vida de Hofmeester y cĆ³mo ha llegado a la fase terminal de eso que Norbert Elias concebĆ­a como el ā€œproceso civilizatorioā€, y que no ofrece otra cosa que el hastĆ­o y dolor del simple acto de existir sobre la tierra. Pues Hofmeester sufre. Mientras trata de encontrar al prĆ³ximo gran escritor del tercer mundo, detesta a sus inquilinos y a su ama de casa proveniente de Ghana. Sus ahorros peligran y tendrĆ” que vender su velero. Afirma, ademĆ”s, que todas las personas de piel oscura son parientes de Mohamed Atta, uno de los terroristas que perpetraron los ataques contra las Torres Gemelas.

 ā€œā€¦un dĆ­a se despertĆ³ y se dio cuenta de que Ć©l ya no le importaba a nadie. Solo a sĆ­ mismo. El infierno no eran los otros, era Ć©l. El infierno estaba en lo profundo de su interior. Anclado, oculto e invisible, pero vivo y caliente. Ardienteā€.

ĀæCĆ³mo convivir con un personaje asĆ­ durante centenares de pĆ”ginas? Aunque todo lo que ocurre se narra desde el punto de vista de Hofmeester, sus pensamientos y actos ā€“muchos de ellos repulsivosā€“ atraviesan por una mirada irĆ³nica que permite distanciarse y burlarse de ellos, aunque sean comparables a un primer plano del corazĆ³n de un hombre que en lugar de atributos tiene mĆŗltiples neurosis. Y aunque eso en sĆ­ mismo ya es una proeza, la mayor virtud de esta novela es su crueldad, su retrato del poder como Ćŗnica fuente de placer que le queda a quienes, en realidad, no carecen de gran cosa, y de lo que sucede cuando las emociones se convierten en peste y desecho de la moral burguesa.

Si algo queda despuĆ©s de leer Tirza, novela que llega a convertir cada humillaciĆ³n y revĆ©s de su protagonista en un motivo de alegrĆ­a para el lector, es la certeza de que la civilizaciĆ³n se toma demasiado en serio a sĆ­ misma, y que tal vez ni siquiera la risa pueda salvarnos de nuestros apocalipsis personales, por ridĆ­culos que sean. En la frontera entre la comedia negra, la tragedia y āˆ’no menos importante ni detestableāˆ’ la pena ajena, es donde la civilizaciĆ³n se revela como barbarie.

Realizado para Bookmate por Olmo Balam.

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