El filรณsofo Reyes Mate recibiรณ hace tres aรฑos el Premio Nacional de Ensayo por su obra La herencia del olvido (Errata Naturae Editores). Ha dirigido el proyecto de la Enciclopedia Iberoamericana de Filosofรญa y el Instituto de Filosofรญa del csic, del que es profesor. Tratado de la injusticia es su libro mรกs reciente. En รฉl indaga sobre el concepto de justicia desde el punto de vista de la memoria: defiende que la justicia, contra el criterio liberal moderno, no es algo solo ligado al individuo y a la razรณn, sino tambiรฉn a la colectividad histรณrica. En cierto sentido el libro se puede leer como una crรญtica al liberalismo y a la idea actual de progreso, teniendo como referente a Benjamin, como es habitual en Reyes Mate, experto en cuestiones de desagravio histรณrico. El libro se centra en ideas y conceptos mรกs que en casos histรณricos concretos, aunque no faltan estos, incluida alguna alusiรณn al juez Garzรณn. Y podemos decir que, en cierto modo, el libro se puede leer como la construcciรณn del marco filosรณfico que puede dar lugar a leyes de reparaciรณn histรณrica, una cuestiรณn que el expresidente Rodrรญguez Zapatero quiso convertir en uno de sus ejes centrales (cuando la crisis econรณmica todavรญa le permitรญa dedicarse a las materias de carรกcter simbรณlico, antes que prรกcticas). Por otra parte, Reyes Mate tiene como singularidad en sus libros citar, entre otros filรณsofos, a autores de lengua espaรฑola, desde Bartolomรฉ de las Casas a Luis Villoro o Jorge Semprรบn.
La modernidad, desde el contractualismo liberal al modelo de hombre kantiano, se ha ido apoyando en el concepto de “autonomรญa del sujeto”, y la idea de justicia que de รฉl se deriva, universal y basada en la razรณn. La justicia, por tanto, se definirรญa desde la razรณn misma, y no desde la experiencia. Frente a esta visiรณn Reyes Mate va exponiendo la tesis de que la idea de justicia no tiene otra fuente que la “experiencia de la injusticia”. De modo que ya no estarรญamos ante una entelequia racional, sino ante algo ligado a la vivencia, a lo comunitario y, como irรก desarrollando despuรฉs, al pasado y a la memoria. Escribe Reyes Mate:
La primera apariciรณn de la justicia debiรณ de ser un “¡no hay derecho!” ante algรบn atropello. La indignaciรณn ante un caso manifiesto de injusticia. Esa experiencia de injusticia fue primero y luego vino la elaboraciรณn de su significado.
Asรญ el autor va poniendo los cimientos de sus tesis de reparaciรณn histรณrica, porque si la reflexiรณn sobre la justicia procede de la experiencia de la injusticia, el eje de lo justo no se puede poner en la naturaleza racional de un individuo descontextualizado, sino en una vivencia que es de carรกcter colectivo y que se apoya en la memoria y en el sentimiento de indignaciรณn. Asรญ, el proyecto de los derechos humanos, o de la misma condiciรณn de ciudadanรญa, vistos como algo abstracto y desligado del contexto real de pobreza, llegan a ser considerados como algo obsceno, tal como denunciรณ Marx y, a su manera, tambiรฉn Benjamin, segรบn va explicando el autor del libro. La cuestiรณn es conocida y controvertida: en lugares de miseria y analfabetismo empezar por los derechos universales es empezar la casa por el tejado, por asรญ decirlo. Y cita el autor a Luis Villoro para sostener la discutible tesis de que las democracias liberales no son aplicables a paรญses donde existe mucha desigualdad. Esto lleva a Reyes Mate a hablar de “contaminaciรณn del liberalismo”, entendiendo por tal el que cree que la igualdad es antes de libertades que de bienes. O, como dice el argentino Carlos de Nino, en otra tesis tambiรฉn mรกs que discutible: la justicia es el reparto del pan, no de la libertad. En este sentido, Reyes Mate seรฑala cรณmo Estados Unidos ha dejado de “recelar” contra las democracias, para apoyarlas “a bombo y platillo” –desde 1989 se han creado mรกs de veinte Estados, todos democracias liberales–, en la medida que la democracia se convierte solo en una cuestiรณn de libertades, y no de justicia o de reparto de riqueza. Y el lector, llegado a este punto, sabrรก por quรฉ lado se inclina. Personalmente considero algo digno de celebraciรณn la expansiรณn del proyecto democrรกtico en el mundo, y me parece impropio hablar del liberalismo en tรฉrminos de “contaminaciรณn”, cuando es esta tradiciรณn la que ha ido dando lugar no solo a un rรฉgimen de libertades desconocido hasta ahora por la humanidad, sino tambiรฉn al mayor progreso en tรฉrminos materiales y de bienestar.
Reyes Mate arremete contra la tradiciรณn contractualista ilustrada, porque pretende partir de cero, cuando en la realidad nunca se parte de cero: el origen de la desigualdad y la riqueza, segรบn se expone en el libro, es la conquista y la dominaciรณn (el autor no parece tener en cuenta el mรฉrito, el respeto a la ley o el cultivo del saber como fuentes de enriquecimiento o progreso). Y se enfrenta igualmente al procedimentalismo de Rawls, porque aunque proponga estrategias de compensaciรณn econรณmica, antepone la libertad a la igualdad. Reyes Mate critica a los nacionalismos, como si quisiese protegerse del alcance de las tesis que a continuaciรณn pasa a defender: la comunidad, dice, no es la mera suma de las partes, y por lo tanto la justicia y la reparaciรณn histรณrica afecta a los colectivos, y a sus muertos. Las injusticias histรณricas, igual que los crรญmenes de guerra –aquรญ cita a Thomas Pogge cuando dice que la pobreza es un crimen contra la humanidad–, no prescriben, segรบn el autor. Inevitablemente aparece la cuestiรณn del colonialismo moderno, y de las culpas del imperio espaรฑol en Amรฉrica, y la figura de Bartolomรฉ de las Casas. Coincide Reyes Mate con De las Casas cuando decide “mandar a Aristรณteles a paseo”, y antepone la experiencia de la injusticia a la “racionalidad canรณnica”. Conclusiรณn que, cuando menos, a muchos nos resulta inquietante.
Hay algo de antiutรณpico en el libro de Reyes Mate que resulta atractivo: la conciencia de que toda situaciรณn polรญtica es impura, contaminada de injusticias del pasado que impiden hacer tรกbula rasa. Pero, por otra parte, el riesgo del victimismo perpetuo tampoco parece algo deseable, porque en algรบn punto las personas, como los colectivos humanos, empezamos a ser responsables de lo que hacemos y de nuestro destino. ~
(Huesca, 1968) es escritor. Su libro mรกs reciente es La flecha en el aire. Diario de la clase de filosofรญa (Debate, 2011).