Aรฑos de plomo: Toda biografรญa polรญtica argentina debe comenzar con Perรณn. El presidente Juan Domingo Perรณn falleciรณ el 1 de julio de 1974, tras tres mandatos presidenciales no consecutivos (1946-1952, 1952-1955 y 1973-1974). Al momento de su muerte, en Argentina operaba una banda parapolicial de extrema derecha, la Alianza Anticomunista Argentina, la conocida como Triple A, y varios grupos de guerrilla de izquierdas, especialmente Montoneros, de corte peronista. El 24 de marzo de 1976 una junta militar dio un golpe de Estado que instaurรณ una dictadura que durรณ hasta 1983.
ESMA: Laย ESMAย fue la Escuela Mecรกnica de la Armada, un centro clandestino de detenciรณn de la dictadura. Allรญ fueron secuestradas, torturadas y asesinadas 5.000 personas. โCada miรฉrcoles se seleccionaba a un grupo de personas, se las anestesiaba con pentotal y se las arrojaba al Rรญo de la Plata o al mar desde un aviรณn. Habรญa otros mรฉtodos: un balazo. Entonces se realizaba un โasaditoโ: se quemaba el cuerpo en el parque que hay detrรกs.โ De laย ESMAย solo salieron vivas doscientas personas. Entre ellas estรก Silvia Labayru, que trabajaba en la inteligencia de Montoneros. Hija de militar, de origen burguรฉs, familia bien (como muchos de los montoneros que aparecen en el libro), fue secuestrada el 29 de diciembre de 1976. Cuando la capturaron, โtenรญa la pastilla de cianuro y la pistola en el bolso, pero la aferraron desde atrรกs para que no pudiera tragar. Tragar. ยฟLo hubiera hecho? Cinco meses de embarazoโ. En laย ESMAย naciรณ su primera hija, Vera, cuyo padre era tambiรฉn montonero, Alberto Lennie. Vera fue entregada a sus abuelos nada mรกs nacer; su madre no saldrรญa hasta junio de 1978. โPensaron mucho en la revoluciรณn pero en mรญ pensaron muy pocoโ, dice Vera.
Violaciรณn: Guerriero dosifica el terror que le cuenta Labayru. Su narraciรณn va sugiriendo, revelando parcialmente. Las violaciones no son descritas explรญcitamente. Los militares usaban la violaciรณn como un instrumento de tortura, pero tambiรฉn era una manera de ejercer un sometimiento a largo plazo. Labayru era violada por un mismo hombre, habรญa una especie de simulacro siniestro de relaciรณn. โVas a tener que adelgazar y tener una relaciรณn con un oficial. No va a ser una relaciรณn que afecte a la moral cristiana de tu matrimonioโ, le dijeron. Ese oficial la violaba de manera regular (le llegรณ a comprar un diafragma) e involucraba a su propia esposa.
Labayru y todas las mujeres militantes que entrevista Guerriero critican duramente la misoginia de Montoneros, que incluso las mujeres del grupo interiorizaron: muchas que fueron violadas temรญan confesarlo porque eso implicaba mancillar el โhonorโ de sus maridos y novios guerrilleros. โA mรญ en Montoneros me hicieron un juicio polรญtico por querer abortar. Me bajaron el rango. Abortรฉ igual, claro. Pero era una desviaciรณn pequeรฑoburguesa, habรญa que tener hijos para la revoluciรณn.โ Todavรญa hoy Silvia Labayru tiene que defender que las relaciones que tuvo con los militares durante su secuestro fueron siempre sin consentimiento y bajo un clima terrorรญfico de amenazas: โHay mucho prurito con que las violaciones tienen que cursar necesariamente con violencia, con una sensaciรณn de repugnancia y que no puede haber ninguna forma de placer. Y dices: โMira, aunque hayas tenido placer, aunque hayas tenido cuarenta y ocho orgasmos, fue una violaciรณn igual.โโ
โRecuperaciรณnโ: En el aรฑo y medio que estuvo secuestrada, Labayru no solo fue torturada y violada sino que los militares probaron con ella un siniestro programa de โrecuperaciรณnโ. Creรญan que habรญa gente rescatable, โpersonas recuperables que tenรญan que cumplir patrones fenotรญpicos y tambiรฉn raciales y religiosos. Y ella encajaba perfectamente. No era judรญa, familia de militares, rubia, ojos celestesโ. Labayru iba con su falsa pareja a โreuniones sociales con seรฑoras de alta alcurniaโ, a restaurantes caros de Buenos Aires, a la peluquerรญa. Podรญa a veces dormir en su casa y visitar a su padre, hacer recados por el barrio, incluso viajar al extranjero para reunirse con su marido, pero siempre estaba controlada y amenazada por los militares. Nunca se atreviรณ a escapar: una tortura psicolรณgica de la dictadura contra Montoneros era el secuestro, tortura y amenaza de muerte de sus familiares. La posibilidad de salir al mundo real y luego tener que volver al encierro formaba parte de una retorcida estrategia de manipulaciรณn.
Autocrรญtica: Todos o casi todos los miembros de Montoneros entrevistados por Guerriero tienen una visiรณn muy amarga y crรญtica con el movimiento. โNuestra inmolaciรณn no sirviรณ mayormente para nadaโ, dice Labayru. โO sรญ: le sirviรณ mucho a la dictadura para perpetuarse en el poder, aniquilar el aparato productivo de la Argentina, arrasar con un movimiento sindical que era muy fuerte.โ Irene Scheimberg: โNosotros en gran parte contribuimos a que viniera la represiรณn.โ Alberto Lennie: โMe hago cargo de haber participado en una situaciรณn que llevรณ a la Argentina a un lugar de mucho horror. Creyendo que estรกbamos haciendo todo lo contrario, fuimos muy operativos a los sectores mรกs fascistas, reaccionarios y violentos.โ
Traiciรณn: Los supervivientes suelen cargar con la culpa toda la vida. ยฟPor quรฉ yo vivรญ y otros muchos no? A Labayru los supervivientes de Montoneros y demรกs militantes de izquierda le endosaron otro tipo de โculpa del supervivienteโ: si sobreviviรณ, es porque colaborรณ. Tras su liberaciรณn, sufriรณ calumnias constantes incluso desde la organizaciรณn Madres de Plaza de Mayo: mientras estuvo secuestrada, Labayru fue obligada a infiltrarse en una reuniรณn de la organizaciรณn tras la cual fueron secuestradas varias personas y fueron asesinadas por el rรฉgimen dos monjas francesas. Se decรญa que su violador era su amante, que entregรณ a sus compaรฑeros militantes.
โLos montoneros esperaban mรกrtires cristianos.โ El muerto es mรกrtir y el mรกrtir es puro, no puede hacer autocrรญtica, es en cierto modo un significante vacรญo: los partidarios de la violencia pueden hablar en su nombre, gestionar su memoria como desean y decir que su muerte fue necesaria. La sospecha de colaboracionismo sobrevuela todo el exilio de Labayru y perjudica su relaciรณn con Alberto Lennie: โAlberto estaba conmigo pero desconfiaba de mรญ. Todo el exilio le decรญa lo mismo: โยฟCรณmo tu mujer puede estar viva? Es una traidora.โโ
Exilio: Su liberaciรณn es totalmente anticlimรกtica. De pronto, le avisan de que saldrรก. Le compran billetes de aviรณn a Madrid, le devuelven a su hija, que le resulta una desconocida. Llega a la capital espaรฑola el 18 de junio de 1978, sin saber cรณmo retomar su vida. Incluso liberada, reportรณ varias veces a los militares durante su exilio.
Amores y desamores: Labayru no solo tuvo una vida apasionante como montonera, superviviente de laย ESMA, exiliada; tambiรฉn tuvo una vida sentimental apasionante, caรณtica, heterodoxa, muy marcada tanto por sus padres (su madre contratรณ a un detective para espiar a su marido, โmi madre empezรณ a competir con mi padre, a ver quiรฉn tenรญa mรกs amantesโ, Silvia desde muy pequeรฑa fue partรญcipe involuntaria de esa dinรกmica) como por su ideologรญa revolucionaria (la lucha polรญtica por encima de todo, los ideales sexuales de los sesenta y setenta). Pero hay tambiรฉn un gran amor. โLa รบnica persona a la que he amado es a Hugoโ, su primer novio y con quien vuelve cuarenta aรฑos despuรฉs. รl dice que siempre la quiso; ella estรก aprendiendo a amar a los sesenta aรฑos.
Amistad: La llamada no es una hagiografรญa. Guerriero da voz a personas que cuestionan el relato de Labayru, que la critican duramente (Alberto Lennie es muy cariรฑoso y a la vez especialmente duro; la acusa de sufrir sรญndrome de Estocolmo). Y, sin embargo, autora y protagonista entablan una bonita amistad. El libro estรก lleno de los mensajes de texto de Labayru, cariรฑosos y torrenciales. El hecho de que la historia no termine en la ESMA o en el exilio inmediato, que el libro llegue hasta el presente y cuente su vida al completo y con aristas, sirve para quitarle solemnidad a su condiciรณn de vรญctima. Labayru es muy crรญtica con los supervivientes โprofesionalesโ: โPara esta gente ser un sobreviviente es como que les ha dado un motivo en la vida. ยฟYo quรฉ soy? Sobreviviente. ยฟDe quรฉ voy a trabajar? De sobreviviente.โ
Leila Guerriero: Hay un yo, su voz es reconocible, pero es una especie de espectro que va guiando la narraciรณn, nada mรกs. Es consciente de que lo importante son los personajes. El grueso del libro son largas transcripciones, su enorme mรฉrito es su estructura concรฉntrica, su ternura siempre desde la distancia. โSoy una enorme bacteria perturbadora en la vida de un montรณn de gente que habรญa dejado esta historia atrรกsโ, escribe Guerriero en una de las pocas frases personales del libro. La llamada es un testimonio esencial sobre la dictadura, el exilio, el terrorismo de Montoneros, la violaciรณn como arma de guerra, pero es mucho mรกs: es un retrato honesto y humano de una mujer y su รฉpoca, es la crรณnica de una extraรฑa amistad entre una autora y su personaje. ~
Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).