Lucia Berlin
Manual para mujeres de la limpieza
Traducciรณn de Eugenia Vรกzquez Nacarino
Ciudad de Mรฉxico, Alfaguara, 2016, 430 pp.
Estados Unidos tiene tantos cuentistas extraordinarios que puede darse el lujo de haber mantenido a Lucia Berlin (Alaska, 1936-Los รngeles, 2004) en el cajรณn del olvido durante varias dรฉcadas. Berlin regresรณ con fuerza el aรฑo pasado con una exhaustiva selecciรณn de sus cuentos, un volumen de mรกs de 400 pรกginas que ha sido acogido con unanimidad por la crรญtica, los lectores โla traducciรณn al espaรฑol, publicada por Alfaguara, va por la cuarta ediciรณnโ y los escritores. Manual para mujeres de la limpieza se lee casi como una novela episรณdica. Los personajes reaparecen en las historias a lo largo de las dรฉcadas, en una trayectoria vital paralela a la de Lucia Berlin, quien echรณ mano de su propia vida errante y errรกtica โentre Chile, Mรฉxico, Arizona, Nuevo Mรฉxico y Nueva Yorkโ para escribir sus cuentos. Su escritura โen una impecable traducciรณn de Eugenia Vรกzquez Nacarinoโ estรก llena de hallazgos poรฉticos: la cara del abuelo Moynihan se parecรญa a โuna tetera que hubiera cobrado vidaโ, las grullas vuelan โcon el rumor de una baraja de naipesโ, las siluetas entre las dunas del desierto son โsiluetas plateadas, dervichesโ.
Los crรญticos se han esforzado en buscarle parentescos a Lucia Berlin, y sรญ, los hay โdespuรฉs de todo, ella trabaja dentro del tronco principal de la cuentรญstica norteamericanaโ, pero es mรกs interesante ver su originalidad en la forma en que sus cuentos realistas, enfocados en la precariedad de la clase media, exudan una vitalidad chispeante que no palidece ante las miserias de lo que estรก narrando: โMe gusta trabajar en urgencias, por lo menos ahรญ se conocen hombres. Hombres de verdad, hรฉroes. Bomberos y jockeys. Siempre vienen a las salas de urgencias. Las radiografรญas de los jinetes son alucinantes. Se rompen huesos constantemente, pero se vendan y corren la siguiente carrera. Sus esqueletos parecen รกrboles, parecen brontosaurios reconstruidos. Radiografรญas de San Sebastiรกnโ (โMi jockeyโ).
La mirada de la escritora se posa en los detalles disparatados y en las situaciones elรฉctricas; no hay lugar para los sentimientos quietos ni para una prolongada inmersiรณn en la tristeza. Esto no significa que sus historias sean menos terribles: uno de los temas recurrentes de Berlin es la adicciรณn, ya sea a las drogas o al alcohol, que aparece en cuentos como โSu primera desintoxicaciรณnโ, โInmanejableโ, โPasoโ, โPerdidosโ y โCarmenโ. Ahรญ estรก la madre de hijos adolescentes que sale a la calle de madrugada a esperar que abra la licorerรญa mientras la sacuden los temblores de la abstinencia. Despuรฉs de comprar vodka, un viejo borracho la ve temblando y le ofrece un trago para atenuar su malestar, pero ella se rehรบsa. โยฟEres demasiado seรฑora para beber en la calle?โ, le pregunta el viejo. โElla negรณ con la cabeza. โMe da miedo que se me caiga la botella.โ Hay sordidez y vulnerabilidad en la escena, pero tambiรฉn humor. Los personajes de Berlin se ven atraรญdos poderosamente hacia el despeรฑadero, pero tambiรฉn se hacen cargo de hijos que necesitan calcetines limpios para la escuela. Varias de las protagonistas son mujeres a la deriva que intentan conciliar el rol de madres con alguna pulsiรณn autodestructiva o con parejas ausentes o irresponsables; en ocasiones la maternidad las salva del completo ensimismamiento, aunque sus decisiones sean con frecuencia peligrosas (como en โCarmenโ, en el que la protagonista, en la รบltima etapa del embarazo, viaja a Ciudad Juรกrez en busca de heroรญna para su novio).
Una de las marcas de Berlin es la velocidad. Su prosa es rica en elipsis; no hay un solo momento muerto y las historias avanzan, voraces, registrando la experiencia vital en tonos y estilos muy amplios: estรกn los relatos de corte mรกs clรกsico, como โDentellada de tigreโ, que transcurre entre una lรบgubre clรญnica clandestina de abortos en Mรฉxico y una animada reuniรณn familiar, y estรกn los textos que prรกcticamente se leen como crรณnicas, notas a ratos fragmentarias y siempre agudas de una realidad que, incluso siendo catastrรณfica, nunca deja de sorprender, como en โSu primera desintoxicaciรณnโ: โPor la noche, despuรฉs de los globos y el รบltimo Valium, venรญa la gente de AA. La mitad de los pacientes se pasaban toda la reuniรณn dando cabezadas, escuchando a esa gente que decรญa que tambiรฉn habรญa tocado fondo… A Carlotta lo que mรกs le gustaba era el final, cuando todos se daban la mano y ella rezaba el padrenuestro. Luego tenรญa que despertar a sus compaรฑeros, erguirlos como a los soldados muertos en Beau Gesteโ. En esa capacidad para la observaciรณn tragicรณmica, Berlin se acerca a narradoras como Joy Williams; en su flexibilidad con los requerimientos del gรฉnero, se parece a Lydia Davis; en su mezcla de lo clรกsico con lo experimental, traza un camino propio.
Este libro es tambiรฉn sobre las herencias familiares. En โPanteรณn de Doloresโ, la narradora recuerda haber heredado la mirada de su madre (โHemos recordado tus bromas y tu forma de mirar, sin que se te escapara nada. Eso nos lo diste. La miradaโ). La madre veรญa โla fealdad y el mal en todas partes, en todo el mundo, en todos los lugaresโ, y era una alcohรณlica y una mujer distante, como lo fuera la madre de la propia Berlin, quien muriรณ en un aparente suicidio. ยฟQuรฉ se hace con una herencia asรญ? Lucia Berlin siguiรณ a su madre en el alcoholismo y la vida nรณmada; sin embargo, mientras su madre se ahogรณ en una visiรณn sombrรญa del mundo (โยฟEstabas loca o eras una visionaria?โ, interpela a su madre la narradora del cuento), Berlin fue capaz de utilizar esa mirada para enfrentarse con elegancia y humor a sus propios demonios. ~
(Santa Cruz, Bolivia, 1981) es escritora. Estudia el doctorado de literatura comparada en Cornell, Nueva York. Este aรฑo publicรณ el libro de relatos Vacaciones permanentes (Tropo editores)