Jorge Sivak, nacido en 1942, fue banquero y comunista. Perteneciรณ a una estirpe que llegรณ a ver el ascenso y la caรญda de un patrimonio que los ubicรณ en el mapa de los โnuevos ricosโ de la Argentina. Dentro de esta contradicciรณn entre los negocios heredados y las certezas polรญticas creciรณ su hijo, Martรญn Sivak. En El salto de papรก, el sociรณlogo, periodista y escritor utiliza la primera persona para contar el pasado familiar, que comienza al estilo de una atrapante novela policial:
Antes de tirarse de palito de un piso diecisรฉis, papรก se despidiรณ de la clase obrera argentina. Un grupo de albaรฑiles que levantaba el hotel Hyatt a treinta metros no le retribuyรณ el saludo. Intentรณ detenerlo con gritos cuando puso el pie derecho sobre el alfรฉizar de la ventana. El diario Crรณnica los consignรณ en su ediciรณn de la tarde: โยกCuidado, loco, te vas a matar!โ โNo, no, no.โ โยกEntrรก para adentro!.โ โQuรฉ hacรฉs, flaco? No te tirรฉs.โ Les mostrรณ la palma derecha y una media sonrisa. Soltรณ un berrido y se dejรณ caer.
Martรญn Sivak decidiรณ escribir este libro de no ficciรณn mientras se gestaba su propio hijo, en 2009. Siete aรฑos le llevรณ ponerle un punto final. El resultado es una biografรญa que se introduce en el terreno personal de los recuerdos, a partir de los que reconstruye la figura del padre. A ellos les suma fotos y documentaciรณn de la รฉpoca, asรญ como el testimonio de amigos, conocidos y familiares: desde el recientemente fallecido mรบsico uruguayo Daniel Viglietti, su confidente a la distancia, hasta el psicoanalista que lo atendiรณ por aรฑos y fue testigo de su depresiรณn. Tambiรฉn hay lugar para empresarios, empleados, exguerrilleros y funcionarios que develan las aristas de un hombre tan singular como encantador. Jorge Sivak fue un abogado defensor de presos polรญticos, un banquero excedido de peso y de apariencia desprolija, que hubiera preferido dedicarse al arte o a la polรญtica en lugar de hablar de negocios, un padre que le contagiรณ a su hijo la pasiรณn por el fรบtbol y la historia.
La tragedia de Jorge Sivak tiene antecedentes que el autor desarrolla en forma circular, jugando con la lรญnea de tiempo. No inicia con el suicidio, el 5 de diciembre de 1990, cuando la justicia declara la quiebra del banco Buenos Aires Building, sino con la maldiciรณn de una fortuna familiar que alcanzรณ a tres generaciones y que Shakespeare bien podrรญa haber usado como fuente de inspiraciรณn. Este factor fue determinante en los dos secuestros del hermano mayor de Jorge, Osvaldo Sivak, en lo que constituyรณ uno de los casos mรกs resonantes de la รฉpoca. Martรญn Sivak va mรกs allรก del registro de los expedientes judiciales, cuenta desde su punto de vista, y con tensiรณn literaria, la gestaciรณn del verdadero naufragio de la familia en un paรญs que en plena democracia guardaba resabios de la dictadura.
Sivak ha mencionado que para encontrar su voz en un gรฉnero que le resultaba nuevo se nutriรณ de la vasta literatura de escritores sobre padres muertos: Joseph Ackerley, Raymond Carver y Hanif Kureishi, entre otros. Tambiรฉn, Patrimonio: una historia verdadera, de Philip Roth y hasta la famosa Carta al padre de Franz Kafka, libro que su destinatario nunca llegรณ a leer y que Sivak vincula con la imagen tirรกnica de su abuelo. En una conferencia que dio en Buenos Aires, destacรณ Mi libro enterrado de Mauro Libertella como una referencia que le habรญa servido en la bรบsqueda de un tono adecuado. Es interesante la definiciรณn que hace Libertella en su breve relato autobiogrรกfico: โEscribir sobre la muerte del padre consiste en observar esa ausencia entre la idealizaciรณn y el saldo de cuentas, entre el dolor por la pรฉrdida y la toma de posiciรณn distanteโ.
Para Sivak, el desafรญo para llegar al tono de El salto de papรก fue enorme, ya que sus anteriores trabajos habรญan indagado en historias interesantes pero ajenas, como El doctor: biografรญa no autorizada de Mariano Grondona, Jefazo: retrato รญntimo de Evo Morales y su investigaciรณn en dos tomos sobre un diario de tirada nacional, Clarรญn, el diario argentino: una historia y Clarรญn, La era Magnetto. Por esa razรณn su nuevo libro marca un antes y un despuรฉs en su carrera: hablar del padre es entrar al campo y exponer su propio cuerpo en ese espejo que cuenta y es contado. La bronca por momentos se hace tangible. Sin embargo, no se trata de una revelaciรณn a borbotones, sino de un ajuste de cuentas bien argumentado.
Con una escritura llana, humor y e ironรญa, Martรญn Sivak evita el papel de vรญctima. Asรญ, por ejemplo, relata su relaciรณn con un militar que se ganรณ su simpatรญa y lo puso al frente de una fรกbrica aceitera: โDespuรฉs de la muerte de papรก, Guglialmelli se quedรณ con una propiedad chica en el sur del paรญs, que se habรญa registrado a su nombre porque cumpliรณ funciones de testaferro o algo por el estilo. No tengo demasiados detalles. Sintiรณ culpa de robarla y prometiรณ mandar una mensualidad en alimentos para mi hermano y para mรญ. ‘ยกHijo de recontramilputas!’, le gritรณ mamรก en la escribanรญa donde se confirmรณ que no iba a transferir la titularidad. Hubo que darle un calmanteโ.
Tampoco recurre a golpes bajos; la realidad basta para conmover. Utiliza recursos del periodismo en el acceso a fuentes y datos histรณricos, a la vez que desnuda el proceso de la escritura y nos cuenta las dificultades, dudas y emociones que le produjo volver, ya adulto, sobre los pasos del padre. De esta manera honra su memoria y se acerca a las hipรณtesis de una elecciรณn que todavรญa le cuesta comprender.
Por momentos la voz narrativa se aleja de la historia รญntima para contar el plano general del paรญs, desde mediados de los 70. Muestra el perfil de la burguesรญa argentina en la que Martรญn Sivak se desenvolviรณ durante parte de su infancia y adolescencia, y el desfile de figuras polรญticas con las que se relacionรณ en ese entorno. Luego el zoom se dirige a la personalidad del padre y las entrevistas se ordenan en un rompecabezas al que le faltan algunas piezas, las de la intimidad preservada.
No se percibe rencor hacia el hombre perfilado, mรกs bien ternura y admiraciรณn; el mismo dolor de los quince aรฑos que todavรญa le quiebra la voz al adulto de cuarenta y dos. Su franqueza genera una proximidad instantรกnea, la universalidad de la pรฉrdida que nos interpela y nos enfrenta al abismo. Si los padres marcan nuestras vidas por presencia o ausencia, ยฟcรณmo lo hace la muerte prematura del que prefiere acabar con el sufrimiento antes que afrontar un presente oscuro? Al leer El salto de papรก queda la sensaciรณn de vislumbrar la respuesta.
(Buenos Aires) es periodista y locutora. Se especializa en temas de ambiente y sustentabilidad y colabora en diversos medios argentinos.