El gรฉnero del diario en la tradiciรณn mexicana es excepcional. Dos siglos en los que apenas algunos anotaron su dรญa a dรญa en cuadernos que se convirtieron luego en libros: Ignacio Manuel Altamirano, Federico Gamboa, Josรฉ Juan Tablada, Antonieta Rivas Mercado, Alfonso Reyes, Rodolfo Usigli, Salvador Elizondo, Emmanuel Carballo o Marรญa Luisa Puga. Tal es la rareza editorial de Emilio Uranga: Aรฑos de Alemania (1952-1956), libro que incluye el diario del crรญtico y filรณsofo estelar del grupo Hiperiรณn. Lo integran tambiรฉn cartas con Luis Villoro y Alfonso Reyes, ademรกs de otras โmenos cuantiosasโ con Alejandro Rossi, Arnaldo Orfila Reynal, Joaquรญn Dรญez-Canedo, Elsa Frost, Alรญ Chumacero, Josรฉ Luis Martรญnez y Josรฉ Gaos. Contiene, en otra secciรณn miscelรกnea, ensayos de Uranga dedicados a Goethe, Mann, Arreola, Hegel, Schlegel, Lukรกcs y Kierkegaard. No es del todo un libro โalemรกnโ como dice el tรญtulo โabarca tambiรฉn una estancia en Franciaโ, sino que es un amplio caleidoscopio extraterritorial de Uranga y sobre Uranga, editado por Adolfo Castaรฑรณn con la colaboraciรณn de Josรฉ Manuel Cuรฉllar.
Aรฑos de Alemaniaย da pistas del tiempo intermedio entre el Emilio Uranga conferencista y autor delย Anรกlisis del ser del mexicanoย (1952) y el periodista y asesor presidencial en el que se convertirรก a su regreso a Mรฉxico. El diario de Uranga comienza el 7 de febrero de 1954, en Friburgo, y concluye el 29 de mayo de 1955. Tiempos difรญciles, de mucha zozobra, de hondas lecturas, de pocas visitas a la universidad donde toma clases con Heidegger: โLevantarse por la maรฑana, aterido de frรญo, ponerse ante el cuaderno y dedicarse a pensar, exigiรฉndose que el lenguaje sea tan preciso y tan bello como lo exige la idea.โ Uranga no se adapta. Tampoco aprende bien el idioma alemรกn. Parece sufrir complejos que รฉl mismo ha descrito en su ontologรญa del mexicano. Vive la mayor parte del tiempo encerrado en su cuarto. Lee y escribe โpor lo pronto no una obra, sino un itinerarioโ.
Le incomoda la ausencia de interlocutores en el nuevo paรญs. Se dedica a fabricar frases en su cuaderno: โEl aforismo es un coรกgulo de espรญritu.โ โEstoy formado. Y detrรกs de mรญ, no ante mรญ, estรก mi pensamiento.โ โExijo tanto que me he condenado a pasar como inรฉdito.โ โAlgรบn dรญa me descubrirรกn.โ Lo รบnico que le da tranquilidad es la mรบsica โBach, Mozart, Vivaldiโ que reproduce en su tornamesa y โLa suave Patriaโ: โMaรฑana de primavera con la pipa en la boca, y todavรญa en bata, leo las poesรญas de Lรณpez Velarde, que me traen como siempre el gusto sentimental mรกs รญntimo de lo que es mi patria y por ende mi ser.โ Heidegger, Husserl, Ortega, periรณdicos franceses y alemanes son algunas de sus lecturas predilectas. El dinero de las becas apenas le alcanza. Da vueltas a los recuerdos de los amores de su vida y lamenta no tener pareja: โEl sexo enseรฑa lo real del amor.โ Y crece la idea al siguiente dรญa: โEl sexo es la realidad del amor; el amor, la verdad del sexo.โ Sufre una serie de desdichas amorosas con la filรณsofa Laura Mues, quien estรก de paso por Europa.
Se sume en depresiones e insomnios: โEstoy consumiรฉndome de odio.โ โSiempre me ha parecido el peor de los defectos la pusilanimidad, justamente porque soy su vรญctima.โ โMi carรกcter me inspira repugnancia por las limitaciones que me impone.โ El diario se detiene el 5 de junio de 1954 y salta hasta el 24 de enero de 1955. Uranga vive ahora en Colonia. Se ha casado con una alemana, Ruth Netzker, pero parece desencantarse muy pronto de la vida conyugal. Lee ahora a Freud, Orwell, Huxley y Mann โquien acaba de cumplir ochenta aรฑos y estarรก de paso en su natal Lรผbeckโ. Terminan las pรกginas del diario con un Uranga atormentado por su improductividad y sus fracasos: โNo hago lo que deberรญa. No cumplo lo que prometรญ.โ โLa crisis no fue causada por Europa sino precipitada en Europa. Venรญa incubรกndose muy lejos.โ
Las cartas que siguen โLuis Villoro y Alfonso Reyesโ llenan el tiempo que va del 29 de mayo de 1955 al 27 de febrero de 1957 cuando Emilio Uranga ya vive en la Casa de Mรฉxico en Parรญs. Con Villoro: peticiones mandonas, vasta bibliografรญa y reflexiones en torno a Goethe; germen de Goethe y los filรณsofos, libro de Uranga que nunca se concretรณ y que de cierta forma sobrevive en estos epistolarios. Con Reyes: el tono del discรญpulo hacia el maestro, adoraciรณn de ambos por Goethe, solicitudes, agradecimientos y noticias de otro libro de Uranga: Marx y la filosofรญa, ensayo que Uranga puso en manos de Ricardo Guerra para ser entregado a Alfonso Reyes mas no llegรณ a su destino y lamentablemente se perdiรณ.
โSu compaรฑรญa โque era su diรกlogoโ era, para los que hoy han hecho nombre, una fiesta diariaโ, escribiรณ alguna vez Ricardo Garibay de su viejo amigo de Mascarones. Pienso que Aรฑos de Alemania se emparenta con Astucias literarias (1971), por su caracterรญstica oral. Emilio Uranga โconversaโ consigo mismo en este diario y compulsivamente en Astucias literarias. Oralidad y coloquio que relacionan a Uranga con Jorge Cuesta, ese otro genio endemoniado que, dicen reiteradamente, dejรณ mucha de su obra conversando.
ยฟEmilio Uranga tuvo discรญpulos?, les preguntรฉ en su momento a Adolfo Castaรฑรณn y a Josรฉ Manuel Cuรฉllar, responsable de transcribir y anotar el Diario. โSรญโ, me respondiรณ Castaรฑรณn luego de un silencio de varios segundos. โHay una persona que podrรญamos decir que fue su discรญpulo extramuros y que es un escritor que todos queremos y adoramos: Hugo Hiriart. Fue una de las personas que mรกs se acercรณ a Uranga. La forma de relacionarse con el conocimiento que tenรญa Uranga podemos, de cierto modo, verla reproducida en la forma que tiene Hugo: convivencia entre fรกbula, filosofรญa, invenciรณn y teatro.โ Intento evocar a Uranga conversando con Hiriart, escritores que parecieran totalmente opuestos pero que tal vez no lo son… El รกngel caรญdo y el mago de la imaginaciรณn. ~
(Ciudad de Mรฉxico, 1992) es escritor y editor. Autor de Perfil del viento (Ediciones Sin Nombre, 2021) y editor en Ediciones Moledro.