Hemos dicho que lo que pierde a los talentos contemporรกneos es la indiferencia, en la que todos, con la excepciรณn de unos pocos, vivimos sin realizar ni emprender jamรกs nada, a no ser por la alabanza y el placer, pero nunca por alguna utilidad digna de emulaciรณn y de honor.
Esta frase no es mรญa, fue escrita hace casi dos mil aรฑos por un hombre que no se llamaba Longino, pero que a falta de nombre conocido, se le llama Longino. En su tratado sobre lo sublime, dice cosas dignas de tomarse en cuenta. โLo sublime, usado en el momento oportuno, pulveriza como el rayo todas las cosas y muestra en un abrir y cerrar de ojos y en su totalidad los poderes del oradorโ.
Aquรญ podrรญamos intercambiar la palabra โoradorโ por โescritorโ.
Propone Longino cosas que parecen fuera de la moda, quizรก porque el escritor pequeรฑo prefiere desecharlas antes que procurarlas. Defiende un estilo elevado, diferenciรกndolo del estilo abultado. โPero la hinchazรณn, tanto en el cuerpo como en el lenguaje, es mala, superflua e irreal, y nos conduce muchas veces a la situaciรณn opuesta, porque nada hay, se dice, mรกs seco que un hidrรณpico. Mientras que la hinchazรณn desea elevarse por encima de lo sublime, la puerilidad es lo mรกs directamente opuesto a la grandeza; es en todos los sentidos baja y mezquina y, en realidad, el vicio mรกs innobleโ.
Da un triple consejo: emula a tus hรฉroes literarios; cuando escribas piensa que esos hรฉroes te estรกn leyendo y pregรบntate quรฉ pensarรญan de eso que escribes. Finalmente sentencia: โEscribe para la posteridadโ.
Cuando menciono esto en algรบn taller literario, se aceptan los dos primeros consejos, pero ยฟescribir para la posteridad? ยฟNo suena pretencioso o ridรญculo?
Los griegos sรญ tenรญan tal ambiciรณn. Sus acciones humanas, su heroรญsmo en las batallas, estaban hechos para hacer perdurar en las memorias venideras. Cuantimรกs lo consideraban quienes acometรญan la escritura. Herรณdoto escribe para โevitar que, con el tiempo, los hechos humanos queden en el olvidoโ, y Tucรญdides dice en la entrada a su historia que se trata de โuna adquisiciรณn para siempreโ.
Muchos pensaron en la posteridad, la acariciaron, intentaron seducirla y, logrรกndolo o no, en la mera voluntad de alcanzarla habรญa que subir algunos escalones que nunca se suben si se le da la espalda de antemano. Cervantes persiguiรณ e intuyรณ esta grandeza, sobre todo en la segunda parte de su Quijote. Hace que Cide Hamete Benengeli se pregunte lo que el mismo Cervantes se preguntaba: โยฟCon quรฉ palabras contarรฉ esta tan espantosa hazaรฑa, o con quรฉ razones la harรฉ creรญble a los siglos venideros?โ. Y la pluma con la que se escribieron las andanzas del caballero, habrรญa de quedar โcolgada de esta espeteraโฆ adonde vivirรกs luengos siglosโ.
Quiero suponer que en ese espรญritu, muchos escritores nos esforzamos por pasar a esa posteridad de los luengos siglos, pero que por temor a la incorrecciรณn lo negamos ante un micrรณfono, sin que por eso nos estorbe el presente; pues como decรญa Fernรกndez de Lizardi: โLas famas pรณstumas son buenas, pero no se va con ellas a la tiendaโ.
Visitar edificaciones antiguas como las pirรกmides o el Partenรณn nos hace ver que mucha gente ha pensado en la posteridad. Algunas lรกpidas le hablan a las generaciones futuras, como la famosa de los caรญdos en las Termรณpilas: โCaminante, informa a los lacedemonios que aquรญ yacemos por haber obedecido sus mandatosโ, o la de Esquilo:
Este sepulcro de Gela, la rica en cereales,
contiene a Esquilo, el hijo de Euforiรณn, ateniense.
De su excelso valor hablarรกn Maratรณn y su bosque
y el melenudo medo, que le conocen bien.
Las mayorรญa de las lรกpidas de los cementerios son la posteridad del que nada alcanzรณ en la vida sino dos fechas; acaso el dolor de una viuda.
Nadie actuรณ con mayor voluntad torcida de alcanzar la posteridad como Erรณstrato, al incendiar el templo de Artemisia en รfeso.
Por supuesto, Dios piensa en la posteridad. Por eso su hijo nos enseรฑรณ que habรญamos de decirle: โPorque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglosโ. Y no faltan mediocres mortales que se sientan diosecitos cuando se sientan en la silla del poder hasta que felizmente se los cargue la muerte, si bien luego es difรญcil limpiar el lodazal que dejan. โยกDesdicha fuerte! ยฟQue hay quien intente reinar viendo que ha de despertar en el sueรฑo de la muerte?โ.
En la historia de la ignominia, a veces ocurre que quien sรณlo piensa en el presente, pasa a la posteridad, pues la historia tambiรฉn recuerda a los cobardes, traidores, lambiscones.
Cicerรณn le dice a Marco Antonio: โMientras haya hombres, mientras exista el nombre del pueblo romano, que serรก desde luego eterno, se hablarรก de aquel pestรญfero veto tuyoโ. Le reclama que haya impedido al senado โtomar medidas para salvar la Repรบblica, y ello no una sola vez, sino muchasโ. Le reprocha โtu decisiรณn vendida y partidistaโ. Y remata con una frase lapidaria: โยกDesdichado, si comprendes esto, pero mรกs desdichado aรบn si no comprendes que ha quedado por escrito, que ha sido confiado a la memoria, que la posteridad de los siglos venideros nunca se olvidarรก de este asuntoโ.
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.