En 1609 se publicaron los fragmentos de un libro que fungirรญa, de no haber muerto su autor, como la conclusiรณn de un trabajo monumental. Eran del sexto libro de The Faerie Queene, obra de Edmund Spenser que hubiera llevado el tรญtulo The mutabilitie cantos [Cantares de la Mutabilidad]. La colecciรณn explora las transformaciones de objetos, personas y espacios como muestra de que โtodo lo que se mueve se deleita en el cambioโ. Que Spenser no haya podido terminar este libro demuestra que tal empresa solo podrรญa cobrar sentido desde su incompletitud: si hay una constante en la poesรญa donde se busca retratar al universo por medio de sus transformaciones, desde Lucrecio hasta Olga Orozco, es que la รบnica forma de mediaciรณn entre la escritura poรฉtica y el cosmos es lo fragmentario: ยฟcรณmo podrรญamos expresar algo inabarcable, sin principio ni final evidentes, por medio de algo tan endeble como nuestro lenguaje humano? Esta clase de poesรญa, entonces, empieza con una esperanza y termina, en el mejor de los casos, con el reconocimiento de una derrota, sea consciente (como hace Pound al final de sus propios Cantares) o determinada, como fue para Spenser, por lo endeble del cuerpo.
Mi acercamiento a Principia (FETA, 2018), primer libro de Elisa Dรญaz Castelo, me llevรณ inmediatamente a estas preguntas. Sus poemas, flanqueados por citas de autores como Isaac Newton, Albert Einstein y el mismo Spenser, presentan galaxias, estrellas, transformaciones, y las combinan con cuerpos, descomposiciรณn y tierra. Entre ambos planos existe una mirada que observa aquello que no puede conocerse sino por lo limitado de las palabras, pero tambiรฉn habita un cuerpo real, con una vida real que habita su finitud junto a los otros. Lo que enlaza al primer universo lรญrico con el segundo es, como atestigua su poema โCredoโ, la mutabilidad, el reconocimiento de que hay un enlace entre nosotros y el universo, aunque no lo veamos ni podamos alcanzar a entenderlo:
Creo en las estrellas porque insisten en constelarse
Aunque quizรก estรฉn muertas.
Creo en el azar todopoderoso, en las cosas
Que pasan por ninguna razรณn, a santo y seรฑa.
La creencia en โel azar todopoderosoโ estรก presente a lo largo de la aรบn breve producciรณn de la escritora. Nosotros, que vivimos bajo el signo de la entropรญa, nos dispersamos con el universo sin sentirlo, y aรบn tenemos una idea unificadora tanto de nuestro propio ser como de lo que existe afuera. Dรญaz Castelo muestra esta preocupaciรณn en poemas como โOda a los Ancestrosโ, donde posiciona al ser humano en una continuidad evolutiva desde nuestra comรบn ancestra Lucy hasta โla primera cรฉlula organizada, / la primera huรฉrfana / y la รบltima […]โ (Principia, 27), o, de una manera mรกs intimista, en โEn un cafรฉ de Buenos Aires, mi amiga divorciada me enseรฑa una foto de su bodaโ, poema publicado con anterioridad al libro:
Mรญranos, me dice, con su cara ajena,
con sus otras manos, con sus ojos
de asfalto llovido y hambre a medianoche.
En la foto bailan los novios
y afuera estamos ella y yo solas, platicando.
En este poema, la relaciรณn entre el ser y el universo se encuentra en la reflexiรณn sobre una fotografรญa que se describe en presente, haciendo que coincidan dos situaciones espaciotemporales: asรญ como Lucy es nuestra ancestra โla chimuelaโ y todas nuestras cรฉlulas estรกn emparentadas con la primera, el instante pasado de una boda coexiste, como un extraรฑo dolor, en un presente ajeno. Cercana a la visiรณn spenseriana de la mutabilidad, al รกnimo de erudiciรณn presente en nuestra gran poeta materilista, Sor Juana Inรฉs de la Cruz, y a construcciones de verso e imagen que podemos relacionar con poetas actuales como Fabio Morรกbito (en su uso de adverbios y construcciรณn de escenas familiares), Marรญa Baranda (en su รกnimo ennumeratorio y uso de la imagen sostenida) o Coral Bracho (en su echar mano de lenguajes especializados para construir densas imรกgenes), la oriunda de la Ciudad de Mรฉxico aborda un orden entrรณpico, donde todo movimiento estรก determinado por fuerzas que habitamos sin aspiraciรณn a conocer, y ese desconocimiento es, en fin, lo que nos vuelve humanos.
Escribo esto luego del anuncio de que el nuevo libro de Dรญaz Castelo ha ganado la รบltima ediciรณn del Premio Bellas Artes de Poesรญa Aguascalientes, acaso el premio de mayor peso en la poesรญa mexicana, y por lo mismo me gustarรญa dedicar un espacio a observar cรณmo esto afecta la continuidad de dicho galardรณn. El Aguascalientes suele ser visto como determinante del โcanonโ poรฉtico mexicano, al ser otorgado, con algunas excepciones, a poetas con una producciรณn literaria extendida, por obras que podrรญan considerarse โmayoresโ en tรฉrminos de calidad y de cรณmo se relacionan con el resto de sus trabajos (Me llamo Hokusai, de Chrisian Peรฑa, 2014, Las maneras del agua, de Minerva Margarita Villarreal, 2016, o Libro centroamericano de los muertos, de Balam Rodrigo, 2018). Dicha costumbre parece estar cambiando, con el galardรณn en 2019 a Cรฉsar Caรฑedo por su segundo libro Sigo escondiรฉndome detrรกs de mis ojos, y en esta ocasiรณn a nuestra autora, tambiรฉn por su segundo libro. Salvo que estas dos ocasiones sean promovidas por el โazar todopoderosoโ que tambiรฉn rige a los premios literarios, acaso el Aguascalientes estรฉ moviendo su enfoque a voces menos plenamente constituidas: si por lo general un primer libro anuncia promesas inaugurales, perspectivas que se desarrollarรกn a lo largo de la obra, un segundo libro suele reaccionar sobre el primero, tomando otros riesgos, otras formas de abordar la poesรญa. Al conocer la obra de Elisa Dรญaz Castelo hasta el momento, no me queda mรกs que observar la riqueza de lenguaje y de posibilidad presente en su primer libro; esta riqueza me hace esperar la publicaciรณn de El reino de lo no lineal, y la continuidad de esta tendencia para el premio Aguascalientes, con entusiasmo.
(Naucalpan, 1994) escribe poemas y ensayos. Su primer libro, Fracciรณn continua, fue publicado por el FOEM en 2022.