Ustedes
perdieron un paĆs
dentro de ustedes.
(Yolanda Pantin, āExilioā, en PaĆs)
La venezolana Yolanda Pantin (1954) ganĆ³ el pasado octubre el Premio Internacional de PoesĆa Federico GarcĆa Lorca 2020 por su trayectoria literaria. Se une asĆ a una extraordinaria galerĆa en la que comparte lugar con su connacional Rafael Cadenas, ademĆ”s de poetas estelares como JosĆ© Emilio Pacheco, TomĆ”s Segovia, JosĆ© Caballero Bonald, Fina GarcĆa Marruz, Pablo GarcĆa Baena, Eduardo Lizalde, Rafael GuillĆ©n, Ida Vitale, Pere Gimferrer y DarĆo Jaramillo Agudelo. No es su primer premio de altura internacional, pues ya ha recibido el Casa de AmĆ©rica de PoesĆa 2017 con su libro Lo que hace el tiempo (Madrid, Visor, 2017), ademĆ”s del Premio Poetas del Mundo Latino VĆctor Sandoval 2015, que otorga el Seminario de Cultura Mexicana de la UNAM, concedido igualmente por su trayectoria. Poeta, dramaturga, biĆ³grafa, editora y fotĆ³grafa, Pantin, de prolĆfica y diversa obra, solo es comparable con el mencionado Cadenas y se mide con las voces actuales mĆ”s relevantes en lengua castellana.
Desde Casa o lobo (1981), su primer libro, despunta uno de los hilos conductores de su poesĆa: la presencia de la infancia en el universo rural transmutada en huella psĆquica de la naciĆ³n, experiencia humana trascendental y piedra de toque de una relaciĆ³n entraƱable con el mundo, plena de miedo, desesperanza, amor y arraigo. El poema āEsta casa surge despacioā reza: āSiempre, siempre, habĆa en los pasillos, en los corredores, en cada una de las columnas, habĆa en el zaguĆ”n un miedo acongojadoā. Posteriormente, El hueso pĆ©lvico (2002) y PaĆs (2007), un libro cimero del siglo XXI venezolano, ahondan en esta inmersiĆ³n poĆ©tica en la historia. En el poema VII, perteneciente al primero, encontramos que āPatria / son olores de la infancia, / un cierto grado / de la luz, / (…) Patria / es tu presente oscuro, / lo trivial que tambiĆ©n / te constituye. / Estas serĆ”n / tus banderasā. Se trata de la āpatriaā en una dimensiĆ³n opuesta al militarismo, la Ć©pica, la polĆtica e, incluso, a la magnificaciĆ³n de la belleza natural tan propia del imaginario de la migraciĆ³n venezolana, urbana en buena parte. La historia se fragua desde las voces de los muertos en diĆ”logo con los vivos, no desde el trĆ”fago brutal de la consigna y el vocerĆo ideolĆ³gico sin fin.
Pero desde su primer volumen de poesĆa hasta el mĆ”s reciente, Bellas ficciones (2019), la poeta ha explorado la tesitura de su voz en registros amplĆsimos y a travĆ©s de temĆ”ticas tan diversas como el amor, el arte, la formulaciĆ³n de su poĆ©tica o los viajes. En Poemas del escritor (1989) el yo lĆrico se despersonaliza, se convierte en una abstracciĆ³n que nos recuerda que nuestras lĆneas se escriben sobre la vastedad de la lengua propia y de las demĆ”s lenguas. De este modo, el hombre o mujer poeta es apenas vehĆculo de la literatura, mĆ”s que su oficiante. Sin embargo, esta mirada sobre el acto de escribir es si se quiere un momento singular en la obra de Pantin, una suerte de pasajero recoger las velas luego de la exploraciĆ³n de la urbe y la cotidianeidad expresada en Correo de CorazĆ³n (1985). De este volumen sobresale āVitral de mujer solaā: ā[…] Las mujeres solas tienen infinidad de miedos / terrores francamente nocturnos / los sueƱos de tales mujeres son / terremotos catĆ”strofes sociales / Una mujer sola reconoce a otra mujer sola de forma inmediata / llevan el mismo cuello airado / lo cual no quiere decir que no quieran a nadie mĆ”s que a sĆ mismas / esto es completamente falsoā. Se afirma aquĆ una postura sobre la poesĆa en tanto ejercicio consciente de las diferencias que impone la vida en el mundo, el lugar en el que nos relacionamos desde nuestra condiciĆ³n de mujeres y hombres en medio de las contingencias de la sociedad y la historia. Queda muy clara tal consciencia en āApuntes para una poĆ©tica (VersiĆ³n II, en contra de mĆ misma)ā, texto que encontramos en La quietud (1998): ā-las mujeres no queremos poetizar. Entiende: en sentido lĆrico / bastante nos poetizaronā.
Este tema llevĆ³ a Yolanda Pantin a otros terrenos como la investigaciĆ³n y la ediciĆ³n. CompilĆ³, en colaboraciĆ³n con la narradora Ana Teresa Torres, una de las antologĆas mĆ”s importantes publicadas en Venezuela: El Hilo de la voz. AntologĆa crĆtica de escritoras venezolanas del siglo XX (2003). De esta fecunda colaboraciĆ³n entre escritoras contamos igualmente con el reciĆ©n publicado Viaje al poscomunismo (2020), crĆ³nica de un periplo por algunas repĆŗblicas bajo el dominio soviĆ©tico en el siglo XX, realizado en varias etapas entre el aƱo 2002 y 2012. Con crĆ³nicas de Torres y fotografĆas de Pantin, el texto recoge impresiones sobre lugares de tan antigua resonancia como Samarcanda (UzbekistĆ”n), por no hablar de Rusia o Ucrania.
No solo Visor ha publicado a Pantin en ediciones que se consiguen mĆ”s allĆ” de Venezuela, pues Pre-Textos publicĆ³ PaĆs (PoesĆa reunida 1981-2011). Con dos decenas de volĆŗmenes de poesĆa, mĆ”s su obra como dramaturga, sus biografĆas y compilaciones, Yolanda Pantin es la voz de un paĆs devastado en el que, como se lee en el poema āZamuralā (de Lo que hace el tiempo, 2017): āEstĆ”n los carroƱeros sobre Caracas./Secando.Secando./Secanā.
Escritora y profesora universitaria venezolana. Su Ćŗltimo libro es Casa Ciudad (cuentos). Reside en la Ciudad de MĆ©xico.