Cómo convencer a Europa de que hay que seguir luchando

El European Council on Foreign Relations organizó en Madrid un debate con miembros de la sociedad civil ucraniana y del Centro Internacional para la Victoria de Ucrania, que insistieron en la necesidad de la ayuda militar para estar en igualdad de condiciones con Rusia.
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En un artículo titulado “¿Cómo acabará la guerra en Ucrania?”, Timothy Snyder escribe: 

En última instancia, la guerra tiene que ver con la política. Que Ucrania esté ganando en el campo de batalla importa porque Ucrania está ejerciendo presión sobre la política rusa. Tiranos como Putin ejercen cierta fascinación, porque dan la impresión de que pueden hacer lo que quieran. Esto no es cierto, por supuesto; y sus regímenes son engañosamente frágiles. La guerra terminará cuando las victorias militares ucranianas alteren las realidades políticas rusas, un proceso que creo que ya ha comenzado.

Es posible que la guerra termine porque Putin, ante el descontento interno por la guerra y la movilización (tanto a izquierda como a derecha; hay miembros de la élite rusa que lo critican por débil), acabe priorizando su permanencia en el poder que la victoria. Es la tesis de Snyder. Pero es también posible que la guerra termine porque Ucrania gane. Es lo que piensan Tetiana Shevchuk, Olena Halushka y Maria Golub del International Center for Ukrainian Victory. “El 95% de los ucranianos están convencidos de una victoria militar”. También lo empiezan a pensar en Washington y Bruselas. Pero esa victoria es imposible, dicen, sin un apoyo firme y constante de la Unión Europea y Estados Unidos, mayoritariamente. Si Rusia tiene que convencer a su población de que el conflicto merece la pena (y la muerte de sus ciudadanos en el frente no la podrá ocultar ni la propaganda más efectiva), Ucrania tiene que convencer a sus aliados de lo mismo. Y de momento el apoyo occidental es claro, pero a veces le cuesta ir más allá de la retórica. “No hay un apoyo sostenido, con mirada a largo plazo, solo parches”, dice Shevchuck, que recordó lo esencial que es el armamento militar de la OTAN para Ucrania, cuyas armas son mayoritariamente de la época soviética. 

Shevchuck, Halushka y Golub, cuyo papel en la sociedad civil ucraniana tras la revolución de Maidán, especialmente en cuestiones de anticorrupción, fue esencial, visitaron Madrid esta semana. En una conversación organizada por el European Council on Foreign Relations y el CIDOB, agradecieron el apoyo occidental a Ucrania y recordaron lo determinante que es. “Si los rusos consiguen dominar el aire, Ucrania está perdida”; gracias a los sistemas defensivos que ha proporcionado la OTAN, Ucrania puede luchar en igualdad de condiciones. Pero exigen más, algo que la opinión pública de la UE no tiene tan claro; Alemania, por ejemplo, ha pasado de una posición muy escéptica a un apoyo más explícito, , pero el envío de tanques, por ejemplo, sigue siendo tabú, explican. La cuestión no es solo militar. “Si Occidente ayuda a Ucrania con aviones y tanques, envía un mensaje muy fuerte a Rusia.” “Si Ucrania hubiera tenido este armamento antes de la invasión, esta no se habría producido”, sostienen. 

La cesión del Donbás o de Crimea no les parece discutible. Piensan que si en 2014, cuando Rusia invadió esas regiones, Putin no se conformó, ahora menos. También creen que hay que retirar las visas de los ciudadanos rusos. “Al aceptar refugiados rusos en la UE, estamos dificultando la creación de una resistencia interna contra el Kremlin”. 

Convencidas de que Ucrania tarde o temprano ganará la guerra, tienen claro que en la posguerra la reconstrucción de Ucrania tiene que estar financiada por Rusia, y que el Kremlin tiene que rendir cuentas. “No hubo rendición de cuentas cuando Rusia invadió el Donbás o Crimea”. Tampoco la hubo cuando un misil ruso derribó el avión comercial MH17 en julio de 2014, en el que murieron más de 280 personas. Sobre el final de la guerra, ironizaron con que Rusia pensaba llegar a Kiev en tres días y han pasado ocho meses. Su misión es convencer a la opinión pública occidental de que el esfuerzo bélico servirá realmente para la victoria. 

El periodista Argemino Barro ha resumido en Twitter los puntos del historiador y analista Stephen Kotkin en una charla en el Hoover Institute de Washington. Tiene claro que la invasión ha sido un fracaso para Rusia, pero es más escéptico con la posibilidad de una victoria militar:  

Hasta que Rusia no sea desalojada de ese 15% de Ucrania que controla, Ucrania no estará ganando la guerra. Kyiv tiene 3 posibles atajos para ello: Desintegración del Ejército ruso (más probable), caída de Putin, presión china a Rusia para que capitule (menos probable). […] Pase lo que pase, Rusia jamás ganará la paz. Nadie reconocerá los territorios ocupados. Jamás podrá gobernar Ucrania con un gobierno títere (ni siquiera puede hacerlo en el 15% que ocupa). Es decir: esta invasión ha sido, desde el principio, un error de cálculo estratégico.

A menudo los analistas sobre Rusia caen en una especie de kremlinología que recuerda a la Guerra Fría: los golpes palaciegos, qué piensa el líder, si usará el botón nuclear, la soledad del tirano. A los ucranianos no les importan mucho esos temas. Están ocupados intentando ganar una guerra. 

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