La tragedia de Villas de Salvรกrcar, sucedida en enero de 2010, no solo originรณ una acre discusiรณn en la opiniรณn pรบblica sobre la efectividad de la estrategia gubernamental en el combate a los grupos del crimen organizado en varias ciudades del paรญs; el asesinato de esos jรณvenes fue tambiรฉn uno de los episodios peor manejados por el รกrea de comunicaciรณn del gobierno federal en materia de seguridad. Las declaraciones del presidente Felipe Calderรณn, quien desde Japรณn atribuyรณ el crimen a un enfrentamiento entre pandillas, obligaron a Presidencia (como pocas veces) a ofrecer una disculpa pรบblica a las familias que, justificadamente, repudiaron la estigmatizaciรณn que las propias autoridades hicieron de sus hijos al tratarlos como delincuentes.
La falta de claridad en este y otros casos de agresiones a civiles perpetradas por fuerzas federales, entre las que se cuenta el asesinato de dos alumnos de posgrado del Tec de Monterrey a quienes, ya muertos, se les sembraron armas para hacerlos pasar por delincuentes, obligรณ al presidente Calderรณn y a su gabinete de seguridad a modificar no solo el discurso de guerra, sino a trabajar en una estrategia de control de daรฑos que impidiera ahondar el descrรฉdito del Ejรฉrcito y la Policรญa Federal.
El 19 de agosto de 2010, Alejandro Poirรฉ Romero fue designado como vocero federal en materia de seguridad, con la consigna de organizar un mensaje coherente y eficaz sobre las acciones oficiales en materia de seguridad y combate a la delincuencia, ademรกs de mejorar la calidad y la oportunidad de la informaciรณn.
Sin embargo, Poirรฉ ha sido incapaz de articular un discurso que se imponga a los rumores, que dรฉ mayor certeza, abone a la transparencia y revierta la percepciรณn negativa existente. La vocerรญa a su cargo no ha reaccionado con la velocidad que varios episodios delicados le han exigido, con los datos suficientes para frenar especulaciones, ni con los argumentos jurรญdicos que expliquen algunas medidas tomadas como parte de las operaciones contra la delincuencia organizada.
La detenciรณn de รdgar Valdez Villarreal, el 30 de agosto de 2010, fue oficializada mรกs de tres horas despuรฉs de que los medios comenzaron a difundir la noticia. A ello se aรฑadiรณ que la versiรณn gubernamental que referรญa labores de inteligencia, de por lo menos una aรฑo, para ubicar y aprehender a La Barbie, fue refutada por el diario La Razรณn que publicรณ un parte informativo que revelaba que la aprehensiรณn en realidad se habรญa dado gracias a un circunstancial incidente de trรกnsito. Sin embargo, Poirรฉ considerรณ irrelevante cualquier explicaciรณn sobre las discrepancias, calificรณ de logro incuestionable la presentaciรณn del supuesto delincuente ante el Ministerio Pรบblico y con ello zanjรณ el asunto.
El episodio siguiente, fue aรบn mรกs desafortunado. La muerte de un hombre y su hijo de 15 aรฑos, luego de que elementos de un convoy militar abrieron fuego contra una familia por no acatar una seรฑal para detenerse en la carretera Monterrey-Nuevo Laredo, obligaron a Poirรฉ a obviar cualquier consideraciรณn sobre el estado de derecho y a explicar cรณmo ese asesinato en realidad ponรญa de manifiesto la intenciรณn de garantizar la seguridad de la poblaciรณn mediante retenes y patrullajes militares.
Duramente entrevistado por Carlos Puig en W Radio, al vocero le fue imposible explicar por la vรญa legal el por quรฉ un convoy militar puede exigir a un civil, en cualquier lugar del paรญs, detenerse sin infracciรณn aparente, o por quรฉ mientras las corporaciones policiacas cuentan con protocolos y sanciones para conductores que desobedecen una orden, los efectivos del Ejรฉrcito simplemente disparan. De nuevo, Poirรฉ tuvo que admitir un problema de comunicaciรณn y la necesidad de revisar la informaciรณn que tiene la sociedad sobre quรฉ debe hacer ante un retรฉn o una patrulla militar.
Alejandro Poirรฉ ha cometido errores elementales como incorporar a su discurso terminologรญa de narco, que iguala los homicidios dolosos con las ejecuciones, y ha alimentado la especulaciรณn al difundir informaciรณn no confirmada que a la larga termina por dar validez a la palabra de los criminales.
Tras los intensos enfrentamientos del 9 de diciembre pasado en varios municipios de Michoacรกn entre agentes federales e integrantes del cรกrtel de La Familia, el vocero se plantรณ ante los medios para declarar que existรญan “elementos de informaciรณn” que coincidรญan en que Nazario Moreno Gonzรกlez, lรญder del grupo delictivo, habรญa sido abatido. Una vez mรกs, no precisรณ la naturaleza de esos indicios, tampoco los respaldรณ con fuentes.
Horas mรกs tarde, la Procuradurรญa General de la Repรบblica admitirรญa que no contaba con evidencia de que aquello hubiera ocurrido; tampoco la Procuradurรญa local pudo acreditar la muerte. Paradรณjicamente, la รบnica prueba (presentada pรบblicamente) de que Nazario Moreno fue abatido en la refriega no fue aportada por la autoridad, sino que fue obtenida de una llamada telefรณnica interceptada, en la que el nรบmero 2 de La Familia, Servando Gรณmez, “confirmaba” el deceso mientras arengaba a los pistoleros y la base social de su organizaciรณn a no bajar las armas.
En su calidad de vocero, pero tambiรฉn de secretario tรฉcnico del Consejo de Seguridad Nacional, Poirรฉ parece entender la efectividad de la comunicaciรณn social como algo que se mide por las menciones de un tema en los medios. De ahรญ que la detenciรณn de Flavio Mรฉndez Santiago El Amarillo (uno de los fundadores de Los Zetas) fuera minimizada por las propias instituciones de seguridad que privilegiaron como logro la aprehensiรณn de Josรฉ Jorge Balderas Garza El JJ, a saber, un narcomenudista convertido en celebridad por disparar al futbolista Salvador Cabaรฑas.
Como lo advirtiรณ el periodista Josรฉ Carreรฑo, el tema que dominรณ fue el discurso del criminal exitoso, vestido con una playera Polo de Ralph Lauren que explicaba cรณmo sus ventas de droga crecieron desde que su imagen apareciรณ en televisiรณn, y no el discurso de la autoridad que habรญa tenido un รฉxito.
El nuevo affaire relativo al fallido operativo para introducir de manera controlada armas a Mรฉxico pone a prueba la capacidad de Poirรฉ para explicar cuรกnto sabรญan realmente las autoridades mexicanas y convencer a la opiniรณn pรบblica de ello. Hasta ahora, el fracaso estรก ahรญ; no se ha avanzado en confianza, claridad u oportunidad. Lo lรณgico serรญa un nuevo cambio, un cese; rรกpido y furioso.
……………………………….
“Si la gente no se detiene entonces el patrullaje no sirve de nada”. 8 de septiembre de 2010, al explicar el caso de la familia atacada a tiros por miembros del Ejรฉrcito en Nuevo Leรณn por no detenerse a la seรฑal de un vehรญculo militar.
“No cabe, en modo alguno, por parte de ningรบn actor, el pactar, promover una tregua o negociar con los criminales”. 20 de septiembre de 2010, al reprender a El Diario de Ciudad Juรกrez que tras el asesinato de uno de sus periodistas preguntรณ en su Editorial a los responsables “¿Quรฉ quieren de nosotros?”
“El operativo […] seguirรก avanzando no solamente en la bรบsqueda de los cuerpos, sino fundamentalmente con el objetivo de garantizar la paz y la seguridad”. 10 de enero de 2011, al reconocer, un mes despuรฉs de la supuesta muerte de Nazario Moreno, que el cuerpo del lรญder de La Familia no ha sido localizado.
Periodista. Autor de Los voceros del fin del mundo (Libros de la Araucaria).