Foto: Eyepix/NurPhoto via ZUMA Press

El discurso de Lorenzo Córdova y lo que la “marea rosa” necesita

La “marea rosa” ya encontró su causa y a su audiencia. Ahora debe encontrar un discurso que organice y mantenga activos a los ciudadanos en la defensa de la democracia.
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El 18 de febrero, ante un Zócalo abarrotado de ciudadanos libres y ante medios de comunicación nacionales e internacionales, Lorenzo Córdova pronunció un discurso con un argumento central muy claro: la democracia mexicana está en riesgo y los mexicanos tenemos que tomar acciones para defenderla.

Un buen discurso presenta tanto argumentos racionales como argumentos emocionales. Estos deben estar alineados con la personalidad de quien pronuncia el mensaje. En el caso de este discurso, destaca el orden y claridad expositora de los argumentos racionales, alineados en tono, contenido y lenguaje con la personalidad de Córdova, un exfuncionario electoral de primer nivel y experto en teoría política.

Nuestra democracia, dice Córdova con razón, está en riesgo por tres motivos:

Primero, porque “desde el poder” se busca “destruir al Instituto Nacional Electoral (INE) como lo conocemos y controlarlo políticamente. No se quiere a un árbitro imparcial, se quiere a un árbitro que responda a los intereses de la mayoría del momento”. Por eso, asegura el orador: “perder al INE es perder la principal garantía para tener elecciones libres y volver al control del gobierno sobre los comicios”.

Segundo, porque “desde el poder” se busca “desaparecer, subordinar o capturar” a una serie de instituciones “que nos han permitido controlar y limitar el poder del gobierno.” Se refiere concretamente al INE, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a los “órganos constitucionales autónomos”, aunque no los cita por su nombre. “Hay quien dice que ‘las instituciones sí se tocan’” recuerda Córdova, y contesta: “¡Claro que sí, pero solo si es para mejorarlas! Si lo que se quiere es desmantelarlas, destazarlas o capturarlas, lo decimos fuerte y claro, si es para eso, ¡claro que no se tocan!”.

Tercero, Córdova asegura que se pretende “apresurar un plan de reformas constitucionales que no buscan un gran consenso nacional, sino la imposición de una visión de parte, profundamente autoritaria, que busca la concentración y la perpetuación del poder”. Esto, señala el exconsejero presidente del INE, va en contra del espíritu democrático, pues la Constitución debe cambiarse como resultado de acuerdos y consensos que incluyan a todos, “y no de una imposición.” Córdova dice que “o en la Constitución cabemos todas y todos, o se acabó la democracia”.

La principal fuerza del discurso de Lorenzo Córdova proviene del lugar y el momento en el que fue pronunciado. Las imágenes del Zócalo lleno, y de miles de personas protestando en decenas de ciudades, nos hablan de una energía ciudadana real y creciente, dispuesta a defender su voto. La “marea rosa” ya encontró su causa y ya encontró a su audiencia. El reto está ahora en encontrar un discurso que organice y mantenga activos a los ciudadanos en la defensa de la democracia. Un discurso que no se limite a explicarnos que peligran las instituciones y la Constitución como entes abstractos, sino que conecte con el ciudadano al comunicarle que está en riesgo la posibilidad misma de vivir sin miedo a un gobierno autoritario. Un mensaje que, además de los argumentos racionales que expuso Lorenzo Córdova, también resuene emocionalmente para convocar a sectores que han estado alejados de la organización y la acción política y los motive para convertirse en activistas de la democracia y del voto libre desde ahora, y no hasta el 2 de junio. Sobre todo, un mensaje que no solo le hable a los convencidos, sino que vaya más allá y penetre la dura coraza de la indiferencia de tantos mexicanos ante los avances del autoritarismo.

No basta explicar quiénes son los que amenazan a la democracia y cómo lo están haciendo. Hay que ofrecer un futuro deseable y persuadir a la mayoría de que la libertad, y no el populismo, es el camino para México. El éxito de la movilización del 18 de febrero a favor del voto libre es un excelente paso en esa dirección. Hará falta dar muchos más, y darlos con mayor velocidad. ~

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Especialista en discurso político y manejo de crisis.


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