Desde que el pasado mes de junio Andrés Manuel López Obrador decidió democráticamente que su partido político, MORENA, apoyaría en su lucha a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), sus dignos cuanto abundantes ideólogos están de plácemes. MORENA, anuncian con orgullo, es un partido que, al abrazar verdaderos movimientos sociales como el CNTE, se ha convertido en un “partido-movimiento” capaz de lograr para México una auténtica democracia, como la que disfrutan países hermanos como Bolivia, Ecuador, Venezuela o Nicaragua, democráticos en serio, que ya gobiernan partidos-movimientos.
Un breve repaso de cómo andan esos países verdaderamente democráticos no puede sino culminar en el estentóreo cuanto popular grito “¡Venceremos!”:
Bolivia
En febrero de este año, el Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia sometió a un referéndum que su líder, el camarada Evo Morales, en el poder desde 2006, pudiese reelegirse hasta 2025. Perdió (Evo dijo que hubo fraude). Pero perdió sólo poquito, pues un par de meses más tarde, Evo dijo que lo conveniente era organizar otro referéndum, pero más auténticamente democrático que el anterior, un referéndum realmente referendumatorio.
Además de proponer la madre de todos los referéndums, Evo ya ordenó “explorar” por medio del MAS y de la Central Obrera Boliviana (COB) “otras opciones legales” para posibilitarle una nueva candidatura en 2019.
Y en en el peor de los casos, en caso de que esas “opciones legales” se escondan las cabronas, Evo calcula postular a la presidencia a un incondicional suyo, el señor David Choquehuanca, para que gobierne de 2019 a 2024, cuando el MAS volverá a postular al ciudadano Evo para que de 2024 a 2034 vuelva a llevar a Bolivia hacia el paraíso.
Ecuador
A partir de diciembre de 2015, el partido-movimiento llamado Alianza PAIS (acrónimo de “Patria Altiva y Soberana”) de Ecuador logró que la Asamblea Nacional aprobase una reforma constitucional que permitirá al presidente y a otros funcionarios la “reelección indefinida” laica, científica, crítica y popular a partir del año 2021.
La oposición a Alianza PAIS ha acusado al presidente Rafael Correa de quererse quedar en el poder para siempre (es presidente desde 2007 y ya lleva una reelección). El compañero Correa respondió que no, que ni madre, que no va a reelegirse en 2017. Que de lo que se trata es “de que el pueblo ecuatoriano pueda escoger a sus autoridades cuantas veces quiera” y lo haga de manera altiva y soberana.
Pero unos meses más tarde, el pasado abril, la Suprema Corte ecuatoriana declaró válida la posibilidad de un referéndum que permitirá saber si el pueblo altivo y soberano rechaza el artículo constitucional que le impide hasta ahora a un presidente ser presidente tres veces seguidas.
Esta solicitud a la Suprema Corte ecuatoriana para que se pronunciara sobre ese digno referéndum surgió de un movimiento social que se llama “Rafael Contigo Siempre”.
Nicaragua
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de Nicaragua también califica de partido-movimiento. Su líder vitalicio, el comandante Daniel Ortega, fue presidente de 1985 a 1990. Luego volvió a ser presidente de 2007 a 2011. En 2009 mandó modificar la constitución para poder reelegirse en 2011. Y se reeligió.
Luego, en 2014, el sempiterno líder Ortega le sugirió a la Asamblea Nacional que reformase la constitución para que fuera auténticamente democrática y permitiese la reelección indefinida. Y lo hizo.
Así pues, el camarada Ortega va a liberar a la nación nicaragüense para siempre, y si no lo hace él lo hará su esposa, la nunca suficientemente amada Rosario Murillo (sí, la mamá de la niña Zoilamérica a quien el comandante Ortega solía violar en sus ratos de ocio, como narró Vargas Llosa).
Y es que hace apenas un par de semanas, en un típico partido-movimiento, el camarada líder del FSLN tuvo a bien elegir a su esposa como su candidata a la vicepresidencia en las elecciones del próximo noviembre.
Va a ganar. Y va a ganar porque el “partido-movimiento” de Ortega es tan eficiente que hace dos meses la Coalición Nacional por la Democracia decidió no participar en las elecciones luego de que la Corte Suprema de Nicaragua anulara la candidatura por equis causa a su candidato, el indigno reaccionario Luis Calleja, lo que deja como candidatos únicos de la auténtica democracia al comandante Ortega y a su señora esposa y primera dama de todos mis respetos.
Venezuela
En Venezuela, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que comenzó como un movimiento del inmortal comandante camarada Hugo Chávez (Bolívar lo tenga en su gloria), anhelante de democracia auténtica, propuso en 1998 cambiar la constitución para permitir la reelección indefinida. Ese objetivo a todas luces revolucionario se consiguió en el referéndum de 2009.
Mi comandante Chávez fue presidente solamente once años. Su heredero, el nunca suficientemente incomprendido compañero Nicolás Maduro, presidente por orden divina desde 2013, ha anunciado que piensa reelegirse en 2018 para gobernar hasta 2025.
¿Sólo hasta 2025? Bueno, mejor no. Frente a su partido-movimiento, Maduro ha anunciado su deseo de madurar como presidente un poco más. Para “construir el socialismo” y construirlo bien, bien, lo que se dice bien, Maduro piensa seguir siendo presidente hasta por lo menos 2030, pues así lo exige el “Plan de la Patria” que enunció Chávez en 2012. Y Maduro, obediente que es, anunció ya:
Cuando estemos conmemorando en el 17 de diciembre de 2030 junto a nuestro pueblo, rindiéndole balance a nuestro eterno libertador, deberíamos decirle: ‘Libertador 2030, sí se pudo’.
Cuba
Cuba es, obviamente, el máximo ejemplo del partido-movimiento latinoamericano.
Fidel Castro, primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, presidente de Cuba, primer ministro de Cuba y presidente del Consejo de Ministros de Cuba a partir de 1959, nombró en 2006 a su hermano Raúl Castro primer secretario del Partido Comunista de Cuba, presidente de Cuba, primer ministro de Cuba y presidente del Consejo de Ministros de Cuba.
Fidel Castro cumplió noventa años de edad hace un par de semanas.
Raúl Castro cumplió apenas ochenta y cinco.
Fidelito Castro Díaz-Balart, hijito socialité de Fidel,
cumplió sesenta y cuatro.
¿Cuál de estos modelos escogerá el partido-movimiento AMLO-MORENA-CNTE cuando se cumpla la profecía de los dignos científicos sociales que lo asesoran?
Ya se verá. Falta poco.
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.