Foto: ProtoplasmaKid, CC BY-SA 4.0 , via Wikimedia Commons

Siete falacias electorales

ยฟMorena es el partido de los pobres? ยฟEl PAN se recuperรณ? ยฟEl PRI estรก en agonรญa? ยฟLa "chiquillada" no cuenta? El anรกlisis espacial del voto aclara afirmaciones muy repetidas tras las elecciones del 6 de junio pasado.
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En ocasiones, la urgencia de comentar cuanto antes los resultados electorales lleva a los medios de comunicaciรณn a hacer afirmaciones que resultan insostenibles tras un anรกlisis mรกs detenido de la informaciรณn. Ceรฑirse tan solo a los datos agregados, abordados en forma descontextualizada, sin perspectiva geogrรกfica o histรณrica alguna, puede llevar a conclusiones prematuras o a errores de interpretaciรณn, que luego son retomados por los actores polรญticos para atacar a sus rivales, ajustar cuentas internas o defenderse de supuestos fracasos.

Revisemos, pues algunas de las afirmaciones que se han dado por buenas y se han repetido a lo largo de estos dรญas, pero que merecen mayor reflexiรณn y debate porque, o bien son muy parciales, o bien son insostenibles a la luz de un estudio detenido de los resultados electorales.

((Para este anรกlisis nos basamos principalmente en los resultados del cรณmputo distrital para la elecciรณn de diputados federales. No nos interesaremos tanto en los cargos y curules ganados por cada partido ni en el comportamiento de los electores individuales, sino en los porcentajes de votaciรณn (calculados sobre el total de los votos vรกlidos) que obtuvieron los distintos candidatos en los 300 distritos uninominales, en comparaciรณn con diversas elecciones pasadas.
))

 

Falacia 1: La concurrencia de las elecciones federales con las de gobernador explica la alta participaciรณn electoral

Todos han elogiado la alta participaciรณn (52.7%) alcanzada en estos comicios. Sin embargo, fue tan solo ligeramente superior a la de las elecciones intermedias de 2015 (47.7%), de 2009 (45%) y de 2003 (41.2%), pero inferior a las de 1997 (56%), que por primera vez le quitaron la mayorรญa en el congreso al PRI y, sobre todo, a las de โ€œla recuperaciรณn salinistaโ€ de 1991 (62.4%). Por otra parte, la participaciรณn electoral en ocho de los quince estados que eligieron tambiรฉn gobernador fue mรกs reducida. Es el caso, en efecto, de Baja California (38.5%), Sonora (43.8%), Chihuahua (46.7%), Sinaloa (49.1%), Michoacรกn (49.7%), Baja California Sur (49.8%), Nuevo Leรณn (51.2.3%) y Querรฉtaro (52.1%), que contribuyeron mรกs bien a incrementar el promedio nacional del abstencionismo.

Desde 2012, la participaciรณn electoral en Mรฉxico, a diferencia de lo que sucede por lo general en los paรญses desarrollados, es mayor en los distritos mรกs marginados que en los mรกs prรณsperos. Esta relaciรณn volviรณ a acentuarse en esta cita electoral, con notables excepciones, como la Ciudad de Mรฉxico, Toluca y Tlaxcala. Sin duda, algunos querrรกn ver en este fenรณmeno el resultado de las prรกcticas de clientelismo y acarreo, descalificando asรญ el voto de los grupos populares. Pero la lectura opuesta es igualmente posible: la participaciรณn en redes locales puede ser un indicador de un mayor interรฉs y una mayor integraciรณn polรญtica, que impacta mรกs directamente en las localidades de bajos recursos, sobre todo cuando estรกn en juego cargos locales. En cambio, entre los sectores urbanos abundan los desafectos a los partidos polรญticos, que ignoran incluso los nombres de los candidatos a puestos locales de sus distritos y ciudades.

En 2021, esta relaciรณn se percibe fรกcilmente al comparar la distribuciรณn geogrรกfica de los รญndices de bienestar material de los distritos electorales con la de la participaciรณn electoral. Mientras que, en 52 distritos (en color verde) y en 23 distritos (en verde oscuro) de las zonas mรกs marginadas (entre las cuales se distinguen claramente varias regiones indรญgenas), los niveles mรกs bajos de bienestar econรณmico se asocian con tasas de participaciรณn que pueden rebasar el 70%, en 92 distritos con altos niveles de desarrollo รฉsta puede bajar hasta el 30% de los inscritos (como es el caso de Tijuana y Ciudad Juรกrez). Al respecto, llama la atenciรณn que los distritos chiapanecos de Las Margaritas, Ocosingo y Palenque (que cubren toda la Selva Lacandona, y en donde el EZLN, desde 1995, ha promovido el abstencionismo de sus bases de apoyo), son ahora de los mรกs participativos de todo el paรญs, con tasas superiores al 65%.

Esta regla general admite, sin embargo, algunas notables excepciones. Existe un conjunto importante de distritos en los cuales el nivel de desarrollo sรญ se relaciona positivamente con las tasas de participaciรณn, aquellos que en el mapa y en la grรกfica aparecen en colores amarillo y violeta oscuro. Los primeros tienen menores niveles de desarrollo y bajas tasa de participaciรณn, como en el caso de Victoria (en Durango) y de Tulancingo (en Hidalgo). Los otros son distritos prรณsperos con elevadas tasas de participaciรณn, entre los que se encuentran los bastiones panistas de Monterrey y de la Ciudad de Mรฉxico.

 

Falacia 2: Morena es el partido de los pobres

La correlaciรณn entre el nivel de desarrollo de los distritos y el porcentaje de votos a favor de Morena no es la que suponen muchos comentaristas o dan por supuesta los dirigentes de ese partido.

Para empezar, esta relaciรณn ha variado fuertemente desde 2015. En aquel aรฑo, el nuevo partido obtuvo un 7.8% del voto y su electorado tenรญa un perfil mรกs bien urbano, prรณspero y educado. Para 2018, el electorado se volviรณ de lo mรกs heterogรฉneo, tanto en las legislativas (en las que obtuvo 38.8% del voto vรกlido), como en las presidenciales (en las que obtuvo 45.8% y AMLO alcanzรณ el 54.8% del voto vรกlido).

En 2021, Morena atrajo al 35.2% de los votantes, cuyas caracterรญsticas sociodemogrรกficas siguen siendo variopintas. Un buen ejemplo de esto es la relaciรณn existente entre el nivel de escolaridad y el porcentaje de voto a favor de Morena. A primera vista, en la grรกfica, no se percibe una tendencia lineal y la curva se parece mรกs bien a un elefante. Sin embargo, es posible proceder a algunas reagrupaciones significativas.

De entrada, llama la atenciรณn que los resultados de Morena son, en promedio, relativamente bajos en 33 distritos con bajos niveles de escolaridad (en color verde oscuro), que coinciden en parte con algunas regiones indรญgenas, pero son sorprendentemente elevados en los 33 distritos en color rosa (que se localizan en las zonas rurales del sureste y de Veracruz), en los 41 distritos en rojo (situados sobre la costa del Pacรญfico, en la Frontera Norte, Hidalgo, Tabasco, Campeche y Quintana Roo pero, sobre todo, en los 45 distritos en color cafรฉ (Tijuana, Ciudad Juรกrez, Nuevo Laredo, Reynosa, el noreste de la CDMX y algunos distritos colindantes del estado de Mรฉxico), aunque estos tienen niveles muy distintos de escolaridad. Por otro lado, estรกn (en verde claro) 47 distritos rurales de Jalisco, Nayarit, Zacatecas, Coahuila, Nuevo Leรณn, Tamaulipas, San Luis Potosรญ, Guanajuato, Querรฉtaro, El Estado de Mรฉxico y Morelos, con niveles medios-bajos de escolaridad, en los que Morena obtiene muy pocos votos.

Solo en los distritos que tienen en promedio 10.5 aรฑos o mรกs de escolaridad se produce una clara correlaciรณn negativa entre niveles de educaciรณn y porcentaje de votaciรณn a favor de Morena, como se observa muy claramente en los 42 distritos en color azul, entre los que se encuentran las ciudades de Chihuahua, Durango, la zona conurbada de Monterrey, Guadalajara y Zapopan, Aguascalientes, San Luis Potosรญ, Morelia, Toluca, Cuernavaca, Mรฉrida y la alcaldรญa de Benito Juรกrez, que destaca por un nivel excepcionalmente elevado de escolaridad (14.6 aรฑos en promedio). Pero incluso esta clara tendencia admite excepciones, como son Villahermosa, Tuxtla Gutiรฉrrez, Oaxaca, Tepic, Culiacรกn, Hermosillo y la alcaldรญa de Gustavo A. Madero (32 distritos en color amarillo).

Lo mรกs interesante es que, en promedio, Morena obtiene sus mejores resultados en distritos que tienen un nivel de escolaridad en torno a 10.3 aรฑos, (sobre la cabeza del elefante), en los cuales predominan los estratos bajos de las “clases medias”. Ello contrasta con lo que sucedรญa antes con el PRI, โ€“cuya votaciรณn aumentaba fuertemente conforme la escolaridad de los votantes disminuรญaโ€“, asรญ como con el perfil del PAN โ€“cuyo electorado se sigue concentrando en los estratos con mayores promedios de escolaridadโ€“.

Hay que seรฑalar que un estado tan notoriamente pobre como Chiapas no se cuenta entre los bastiones mรกs sรณlidos de Morena, a pesar de que estรก gobernado por ese partido polรญtico. Es mรกs, con la excepciรณn de los distritos de Las Margaritas y Ocosingo, en todos los demรกs el porcentaje de votaciรณn a favor de Morena disminuyรณ en estos tres รบltimos aรฑos.

Los autรฉnticos bastiones actuales del partido (mรกs del 45% de los votos vรกlidos a su favor) se ubican en Quintana Roo, Campeche, Tabasco, norte y sur de la costa de Veracruz, Oaxaca, Costa Grande de Guerrero, Sinaloa, Sonora, y en varios distritos que incluyen ciudades fronterizas (Tijuana, Ciudad Juรกrez y Reynosa). Es tambiรฉn el caso del distrito de Gรณmez Palacio, Durango (47.5%), que ha conocido en las รบltimas dรฉcadas un proceso de desindustrializaciรณn y pauperizaciรณn, que ha provocado la migraciรณn de parte de las clases medias altas y altas a los nuevos fraccionamientos exclusivos de Torreรณn.

Esta distribuciรณn territorial del voto no es la que tuvo Morena en las elecciones legislativas de 2018. En estos tres aรฑos, el partido ha aumentado sus porcentajes de votaciรณn (mรกs del 10%) en regiones con fuerte presencia indรญgena, como son los distritos que rodean Mรฉrida (Yucatรกn), Ocosingo (Chiapas), Tuxtepec (Oaxaca), y Zacatlรกn (Puebla). Pero tambiรฉn en zonas altamente urbanizadas como Iztapalapa y Lรกzaro Cรกrdenas (Michoacรกn). Su porcentaje tambiรฉn ha crecido en Guanajuato, estado tradicionalmente panista, en los dos distritos de Leรณn, Irapuato, Uriangato y Valle de Santiago. Sus avances en el norte son tambiรฉn notables: Jerez en Zacatecas; San Luis Potosรญ; Hermosillo en Sinaloa; Durango y Gรณmez Palacio en Durango; Pรกnuco en Veracruz; Rรญo Bravo, El Mante y Ciudad Laredo en Tamaulipas; y en dos ciudades fronterizas: Nuevo Laredo (Tamaulipas) y en un distrito de Ciudad Juรกrez (Chihuahua).

En cambio, tuvo un retroceso considerable (mรกs del 10% del voto) en Chiapas, al igual que en Morelos, el oriente del Estado de Mรฉxico y Baja California Sur, entre otros distritos. De igual forma, perdiรณ muchos electores en un buen nรบmero de ciudades. Estos cambios territoriales en su electorado contribuyen a difuminar la relaciรณn general entre nivel de escolaridad y distritos morenistas.

 

Falacia 3: El PAN se recuperรณ

La victoria de candidatos del PAN en muchas alcaldรญas de la Ciudad de Mรฉxico y en dos gubernaturas que ya tenรญa (Chihuahua y Querรฉtaro) parece haber hecho olvidar que, si bien se trata del รบnico partido que sigue contando con bases estables y territorialmente arraigadas, su crecimiento entre 2018 y 2021 fue de apenas un 0.3%. Este estancamiento se acompaรฑรณ de una reconfiguraciรณn territorial importante, regresando a la que tuvieron Fox en el 2000 y Calderรณn en 2006.

Ciertamente, el partido sigue siendo fuerte (mรกs del 25% del voto) en sus bastiones histรณricos de Yucatรกn, la zona metropolitana de Puebla, el oriente de la Ciudad de Mรฉxico y el llamado “Corredor Azul” del Estado de Mรฉxico, El Bajรญo en el sentido mรกs amplio del tรฉrmino, Tamaulipas, Nuevo Leรณn y Chihuahua.

Ha tenido un crecimiento porcentual importante (mรกs del 5%) en Cancรบn; Valladolid y el norte de Mรฉrida en Yucatรกn; Cuernavaca y el oriente de Morelos; la Ciudad de Mรฉxico; el “Corredor Azul”, Tecรกmac y Teotihuacรกn en el estado de Mรฉxico; Ciudad Victoria en Tamaulipas; los tres distritos del centro de Chihuahua, la zona mรกs urbanizada de Ciudad Juรกrez, y en Baja California Sur.

En cambio, ha sufrido un importante retroceso (mรกs del 5%) en el sur de Quintana Roo, en Campeche โ€”donde el alcalde de la capital, Eliseo Fernรกndez, abandonรณ el partido para postularse a candidato a gobernador por Movimiento Ciudadano, arrastrando con รฉl a muchos electores panistasโ€”, en el sur del estado de Puebla y en Tenancingo, Estado de Mรฉxico. Sus resultados en Veracruz, con la รบnica y muy relativa excepciรณn del puerto, solo se pueden calificar de desastrosos, al igual que en casi todo Coahuila. La caรญda tambiรฉn fue brutal en Gรณmez Palacio, Durango, y menos fuerte, pero considerable, en Pachuca, el nororiente del Estado de Mรฉxico, San Luis Potosรญ, sur de Zacatecas, gran parte de los distritos de Sinaloa, Sonora y Baja California, en el sur de Tamaulipas y en el sur de Chihuahua.

 

Falacia 4: El PRI estรก en agonรญa

Ciertamente, para el PRI es una inmensa derrota haber perdido todas las gubernaturas que poseรญa y que estaban en juego, sobre todo porque los poderes estatales se habรญan vuelto su refugio tras su derrota en el aรฑo 2000. Sin embargo, aunque viene perdiendo electores desde 1997, ahora logrรณ aumentar ligeramente su porcentaje de votos (1.2%). Este ligero incremento es el resultado de una profunda transformaciรณn de su electorado, la mayor y mรกs decisiva entre los principales partidos. Sus รบltimos bastiones (por arriba del 25% de la votaciรณn) estรกn principalmente en tres estados que siempre ha gobernado (Estado de Mรฉxico, Durango y Coahuila), desbordando a algunos distritos limรญtrofes de los estados vecinos (en Sinaloa, Chihuahua, la ciudad de Monterrey y Guerrero). Conserva una importante presencia en regiones indรญgenas, empezando por el distrito de San Cristรณbal de Las Casas, donde recuperรณ fuerzas. Tambiรฉn creciรณ porcentualmente, aunque menos, en el vecino distrito de Bochil, tambiรฉn mayoritariamente indรญgena. De igual forma, tiene porcentajes de votaciรณn por arriba del 25% en distritos de Yucatรกn y Campeche, aunque inferiores a los que tenรญa hace tres aรฑos.

Los distritos en los que retrocede se extienden por amplรญsimas zonas del paรญs, de tal forma que serรญa muy largo enumerarlos. Es mรกs rรกpido seรฑalar los pocos en los que logrรณ aumentar su porcentaje de votos. Sobresale, en primer lugar, Coahuila, en donde lo mejorรณ en todos los distritos, en especial en los de Torreรณn y Saltillo. Ya que en ese estado PRI y PAN compitieron por separado, es muy probable que  dicho incremento se deba al voto รบtil de muchos panistas que buscaron evitar el triunfo de Morena, y que, por lo tanto, sea efรญmero.

De 2018 a 2021, su presencia se acrecentรณ en forma significativa (mรกs del 5%) en Gรณmez Palacio, Ciudad Altamirano, Chilpancingo y toda la Costa Chica, incluyendo el distrito de Puerto Escondido en Oaxaca, en todo el occidente del Estado de Mรฉxico desde Lerma hasta los lรญmites con Guerrero y Michoacรกn, salvo el distrito de Tejupilco, en donde creciรณ menos. Tambiรฉn lo hizo en gran parte de Hidalgo. Mucho mรกs sorprendente es el aumento del porcentaje de votos a su favor en muchas ciudades, empezando por distritos de la Ciudad de Mรฉxico y su zona conurbana del norte y occidente; en Monterrey, Toluca, Pachuca, Orizaba, Acapulco, Oaxaca, Villahermosa y Tuxtla Gutiรฉrrez, ademรกs de otras mรกs pequeรฑas, como San Miguel Allende.

En resumen, el PRI estรก perdiendo su famoso โ€œvoto verdeโ€, al no poder competir exitosamente con Morena en el Mรฉxico rural. Si quiere sobrevivir tendrรก que avanzar mรกs decididamente por el camino que ha emprendido entre 2018 y 2021: arraigar con fuerza en las franjas pobres y de clase media del Mรฉxico urbano.

 

Falacia 5: La โ€œchiquilladaโ€ no cuenta mรกs que para completar mayorรญas en las cรกmaras

Algunos comentaristas polรญticos suelen despreciar a los partidos pequeรฑos, pero no estรก de mรกs recordar que en conjunto representan a mรกs de la cuarta parte del electorado (27.4% de los votos), si incluimos al PRD y a los que no alcanzaron a conservar el registro. Todos ellos se caracterizan por tener una distribuciรณn territorial muy desigual, con presencia importante en regiones muy bien localizadas. A menudo han logrado avances, al apostar en elecciones locales por candidatos populares que no obtuvieron la postulaciรณn en otros partidos.

Asรญ, Movimiento Ciudadano, despuรฉs de haber conquistado Jalisco, ha extendido su fuerza a Nuevo Leรณn (donde se llevan la gubernatura) y ha logrado implantarse en Campeche. Ha sentado algunas bases en Chihuahua, Nayarit y Veracruz, que tal vez le permitan crecer en el futuro.

Desde hace aรฑos, el PVEM fue avanzando poco a poco en Chiapas, hasta arrasar en las elecciones para gobernador de 2012, llevando a Manuel Velasco Coello a la gubernatura. Aunque el estado es ahora gobernado por Morena y el PVEM ha visto disminuir su porcentaje de 55.4% a 19.3% del voto vรกlido entre 2015 y 2021, sigue teniendo una fuerte presencia, sobre todo en los distritos de Ocosingo y Palenque (es decir, en gran parte de la Selva Lacandona) y en el de Villaflores, la principal regiรณn ganadera del estado. En 2021, en alianza con el PT, ha conquistado la gubernatura de San Luis Potosรญ, en donde tambiรฉn logrรณ obtener, sin alianza, un distrito.

El PRD, con la deserciรณn de gran parte de sus dirigentes, militantes y votantes hacia Morena, ha perdido casi totalmente su perfil urbano y solo conserva una fuerza significativa (mรกs del 10%) en Michoacรกn y Guerrero, asรญ como en regiones indรญgenas de Veracruz (Papantla, Tantoyuca, Zongolica) y en algunos distritos petroleros. como Minatitlรกn en Veracruz y Cรกrdenas en Tabasco.

Los bastiones del PT conforman un reducido archipiรฉlago disperso a lo largo de la repรบblica. Provienen, en parte, de tiempos remotos, cuando el partido decรญa inspirarse en la doctrina maoรญsta (a pesar de mantener estrechos lazos con polรญticos priistas) y sus militantes hacรญan trabajo de base en regiones indรญgenas. Asรญ, capta mรกs del 10% en algunos distritos de Chiapas, la Mixteca oaxaqueรฑa y la Montaรฑa de Guerrero, al igual que en distritos mรกs urbanos como San Martรญn Texmelucan (Puebla) y Guaymas (Sonora).

Ademรกs del peso regional que tienen, y de que sus votos pueden resultar indispensables para construir alianzas ganadoras, aprobar leyes y el presupuesto federal, la importancia de estos partidos pequeรฑos radica en que, de acuerdo con las reformas aprobadas en 2014, solo se pueden crear nuevos partidos polรญticos en el aรฑo posterior a las elecciones presidenciales. Dadas las dificultades y limitaciones econรณmicas para las candidaturas independientes, los aspirantes a la presidencia de la repรบblica tendrรกn que recurrir a alguno de los siete partidos existentes si quieren realmente tener alguna posibilidad de triunfar y de contar en con diputados y senadores que respalden sus iniciativas legislativas. En 2024, los partidos pequeรฑos podrรญan lanzar a alguna figura pรบblica importante que haya visto frustradas sus aspiraciones en su partido de origen.

 

Falacia 6: El retroceso de Morena en la Ciudad de Mรฉxico es un voto de castigo a la gestiรณn de Sheinbaum

La disminuciรณn del porcentaje de votos a favor de Morena en la Ciudad de Mรฉxico y el triunfo de la alianza PAN-PRI-PRD en ocho de las diecisรฉis alcaldรญas y la del PAN en la Benito Juรกrez han sido interpretadas repetidamente como un voto de castigo a la gestiรณn de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum. Sin embargo, esta apresurada conclusiรณn peca de una radical falta de perspectiva.

Recordemos que la disminuciรณn del porcentaje de votos a favor de Morena en la Ciudad de Mรฉxico (-5.5 puntos porcentuales) no es mucho mayor que la que registrรณ en el resto del paรญs (-3.6 puntos), y que el partido del presidente tiene mรกs fuerza en la capital (39.6%) que en el interior de la repรบblica (35%). Ademรกs, aunque obtuvieron menos votos que la suma del PAN, PRI y PRD (42.4%), Morena y sus coaligados ganaron sobradamente la mayorรญa de las diputaciones locales (19 de 33) y tendrรกn la mayorรญa en el congreso local (35 de 66).

Pero el principal elemento que se pierde de vista al analizar el retroceso de Morena es que no se trata de un fenรณmeno exclusivo de la demarcaciรณn administrativa de la Ciudad de Mรฉxico, sino que abarca a una amplรญsima regiรณn del Mรฉxico central, que se extiende desde Puebla hasta Toluca e incluye todo Hidalgo y Morelos, con las รบnicas excepciones de Chimalhuacรกn y Tejupilco (Estado de Mรฉxico) y Cuautilulco (en Puebla).

Una reducciรณn del porcentaje de votantes morenistas de la misma magnitud, o incluso mayor, se produjo tambiรฉn en distritos de otras ciudades, como Monterrey, Tijuana, Mexicali, Ciudad Obregรณn, Manzanillo, San Luis Potosรญ, Villahermosa, Ciudad del Carmen, Cancรบn, Tuxtla Gutiรฉrrez y Tapachula. Si en la zona metropolitana de Guadalajara la caรญda de Morena no es tan grave, es solo porque su presencia era de por sรญ reducida.

Lo que sรญ parece especรญfico de la Ciudad de Mรฉxico es que, a diferencia de la regla que impera a nivel nacional, la participaciรณn electoral aumentรณ con el nivel de desarrollo de los distritos, favoreciendo al voto panista.

 

Falacia 7: Morena no tendrรก la mayorรญa absoluta en la cรกmara de diputados

Muchos comentaristas han especulado sobre el tamaรฑo de las prรณximas bancadas en la cรกmara de diputados con base en las estimaciones del comitรฉ cientรญfico del conteo rรกpido, y han llegado a la conclusiรณn que Morena no tendrรก la mayorรญa absoluta y que, para la aprobaciรณn de las leyes y del presupuesto, va a necesitar de los votos de los diputados del PVEM.
El rigor y la precisiรณn del comitรฉ que hizo esas proyecciones no estรก mรญnimamente en duda: todas sus estimaciones han resultado correctas. Pero para atribuir las diputaciones ganadas por los distintos partidos en los distritos en que se presentaron candidatos de la coaliciรณn Juntos Hacemos Historia, el comitรฉ tuvo que basarse en lo que decรญa el convenio que firmaron los tres partidos integrantes. Sin embargo, el acuerdo que tomรณ el INE, y que luego fue revalidado por el TEPJF, seรฑala que la atribuciรณn de los escaรฑos a los partidos polรญticos se harรก no de acuerdo a lo que se indica en el convenio, sino a la “afiliaciรณn efectiva” de los candidatos ganadores.

Viendo el precedente de 2018, es muy probable que muchos de los candidatos ganadores de la coaliciรณn que se registraron bajo las siglas del PT o del PVEM tengan, en realidad, una “afiliaciรณn efectiva” a Morena, y asรญ lo decida el Consejo General del INE. Con ello, el tamaรฑo de las bancadas del PT y del PVEM disminuirรญa notablemente, mientras que la de Morena aumentarรญa.

Ciertamente, con el 38.1% del total de los votos obtenidos por los partidos que mantuvieron su registro y el lรญmite constitucional de un 8% de sobrerrepresentaciรณn en la Cรกmara de Diputados, Morena no podrรก tener la mayorรญa absoluta cuando termine el reparto de las diputaciones plurinominales. En el mejor de los casos (para ese partido), le faltarรญan 14 diputados. Pero, visto lo que sucediรณ hace tres aรฑos, no es imposible que un buen nรบmero de diputados abandonen sus bancadas originales para sumarse a la de Morena al iniciarse la LXV legislatura o en los meses siguientes. Solo entonces sabremos realmente el peso de cada partido polรญtico en la cรกmara baja.

 

Nota final

Concluimos con una breve advertencia metodolรณgica, para disipar las confusiones recurrentes asociadas con la famosa, pero mal comprendida, โ€œfalacia ecolรณgicaโ€. En efecto, si bien es cierto que los datos agregados no permiten hacer inferencias vรกlidas hacia el nivel individual, ello no significa que los mapas no sirven para analizar el voto y las elecciones. Retomaremos esta cuestiรณn en otro espacio, porque se trata de otro tipo de falacias.

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es profesor investigador de El Colegio de Mรฉxico, especializado en elecciones y en el anรกlisis socio-territorial del voto. Sus publicaciones se encuentran aquรญ y aquรญ.

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(ciudad de Mรฉxico, 1954), historiador, es autor, entre otras obras, de Encrucijadas chiapanecas. Economรญa, religiรณn e identidades (Tusquets/El Colegio de Mรฉxico, 2002).


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