Avances incomprendidos

Hay quienes hablan de regular las tasas de interรฉs para los microcrรฉditos. Es una tonterรญa. Pasan por alto que el costo de dar crรฉdito y cobrarlo no es menor en las transacciones pequeรฑas.
Aร‘ADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

El Banco Interamericano de Desarrollo, desde que fue presidido por Antonio Ortiz Mena, tuvo un Programa de Pequeรฑos Proyectos (1978). Con tanta experiencia, ya deberรญa saber cรณmo analizarlos. Sin embargo, hace poco difundiรณ un boletรญn extraรฑo, glosado en los periรณdicos; por ejemplo: "Son carรญsimos los microcrรฉditos" (Reforma, 16 de mayo 2011). Otros periรณdicos subrayan lo mismo. Pero si se acude al documento original, tardรญamente boletinado ("Microfinanzas en Amรฉrica Latina y el Caribe: El sector en cifras", octubre 2010, disponible en la web), se puede hacer un mejor anรกlisis de las mismas cifras.

De 2001 a 2009, el nรบmero de instituciones microfinancieras subiรณ 18% al aรฑo: de 184 a 685; el de sus clientes 25% al aรฑo: de 1.8 a 10.5 millones; y el monto de su cartera de crรฉditos 34% al aรฑo: de 1.2 a 12.3 millones de dรณlares. ¿Cรณmo explicar tamaรฑo รฉxito? ¿Cรณmo ponerse a llorar por unos crรฉditos tan caros que tienen una demanda galopante? Los bancos centrales suben las tasas de interรฉs para frenar la economรญa. ¿Cรณmo puede ser que la economรญa microempresarial acelere con crรฉditos "carรญsimos"?

En el mismo periodo, el microcrรฉdito promedio aumentรณ de 659 a 1,178 dรณlares, lo cual no necesariamente es una buena cosa. Salta a la visita en el Cuadro 2 que, dejando aparte el tamaรฑo de los paรญses, los que dan crรฉditos mรกs pequeรฑos son los que mรกs clientes tienen. Atienden sectores de menor capacidad econรณmica. Bajan hasta niveles donde los otros no llegan, o no quieren llegar, porque atender necesidades muy pequeรฑas es mรกs difรญcil y costoso. Afortunadamente, en Mรฉxico el microcrรฉdito promedio fue el mรกs bajo de Amรฉrica Latina: 328 dรณlares en 2009; no 1,178 como en el conjunto latinoamericano. Esto es positivo y cuadra con otra cifra positiva: Mรฉxico es el paรญs que mรกs clientes atiende (2.3 millones).

Pero los llorones profesionales ven negativamente lo que es un รฉxito. Arguyen que "Las microfinancieras de Mรฉxico son las entidades que menos prestan en Amรฉrica Latina, pese a que son las que tienen tasas mรกs altas". Esta crรญtica no se entiende. Si se refiere al volumen total de crรฉditos, Mรฉxico estรก por encima de la mayorรญa de los paรญses. Si se refiere al nรบmero de clientes atendidos, Mรฉxico es el paรญs nรบmero uno. Si se refiere al tamaรฑo de los crรฉditos, es verdad; pero ¿a quรฉ viene el "pese"?

Hay promociones comerciales en las cuales se ofrece un producto tan barato que la oferta se limita a una pieza por cliente. Nunca se impone esa limitaciรณn para las promociones a precios elevados. Lo carรญsimo reduce la demanda, no la oferta. ¿Cรณmo explicar, entonces, que la demanda aumente para los crรฉditos "carรญsimos"? Porque son atractivos. Financian operaciones tan rentables que los pagan sobradamente.

Hace dos siglos y medio lo explicรณ Richard Cantillon, en un libro breve, ameno y bien traducido por el Fondo de Cultura Econรณmica: Ensayo sobre la naturaleza del comercio en general (1755). Puso como ejemplo un desempleado en Parรญs que "se convierte en empresario de su propio trabajo" con el prรฉstamo de una onza de plata para comprar dos cubas y dar servicios de aguador. "Si gana con su trabajo cincuenta onzas de plata al aรฑo […] ganarรก 5000%". Si el prรฉstamo le cuesta 1000% al aรฑo, le conviene muchรญsimo. Por supuesto que le convendrรญa mรกs si le costara el 100%, ya no se diga 10%. ¿Pero dรณnde estรก la banca que atienda a los empresarios de tan bajo nivel? Fuchi.

Hay quienes hablan de regular las tasas de interรฉs para los microcrรฉditos. Es una tonterรญa. Pasan por alto que el costo de dar crรฉdito y cobrarlo no es menor en las transacciones pequeรฑas. Si alguien entra a comprar el periรณdico en una tienda y lo paga con tarjeta bancaria, el costo de operar la transacciรณn (llenar el voucher, pedir la autorizaciรณn del crรฉdito, registrar la operaciรณn y extender la factura correspondiente) es el mismo que si compra un refrigerador. Lo cual no pinta al vender un refrigerador, pero resulta desproporcionado en la venta de un periรณdico. Si el periรณdico le cuesta a la tienda cinco pesos y la administraciรณn del crรฉdito diez, el costo real de la venta se triplica a quince, aunque los intereses se le carguen al cliente.

Esto cuadra con otras cifras. El conjunto latinoamericano gasta en promedio 172 dรณlares por cada prรฉstamo que otorga, lo cual representa el 15% del crรฉdito promedio (1,178 dรณlares). Mรฉxico gasta lo mismo (171 dรณlares), pero representa el 52% de su crรฉdito promedio (328 dรณlares). De ahรญ resultan los intereses de 74% que escandalizan al BID. Otra cifra concordante: el gasto en nรณmina (sobre los activos totales) es de 9% para el conjunto de paรญses, pero de 22% para Mรฉxico.  Dar crรฉditos muy pequeรฑos requiere mรกs personal y costos desproporcionados, pero es un gran servicio social: aumenta la producciรณn y el empleo dentro y fuera de la instituciรณn. Si el BID cree que lo puede hacer mejor, que ponga una microfinanciera y lo demuestre. Hacen falta muchas. Hay una gran oportunidad social incomprendida por anรกlisis superficiales.

 

(Reforma, 31 de julio 2011)

+ posts

(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.


    ×

    Selecciona el paรญs o regiรณn donde quieres recibir tu revista: