Los Diálogos de la UAM: Conceptualización, Razonamiento y Debate sobre la Seguridad en México que llevaron a cabo destacados investigadores de la UAM (“institución pública destacada por su fuerte compromiso social”) llegaron a varias conclusiones antes de que comenzaran los “Diálogos”. Se trata de conclusiones que, habrá que suponer, fueron académicamente conceptualizadas, razonadas y debatidas y que son, además, francamente estremecedoras.
Por ejemplo, según la prensa [1], el Dr. Fernando Tenorio Tagle, destacado especialista de la UAM-Azcapotzalco, conceptualizó que el Gobierno no está utilizando a las Fuerzas Armadas para combatir al narcotráfico, sino con una finalidad secreta que consiste en “evitar los levantamientos de movimientos sociales, que podrían ocurrir por la cercanía de los aniversarios de la Independencia y de la Revolución Mexicana.”
Según el destacado especialista, con la decisión de mantener al Ejército patrullando las calles para combatir al narcotráfico hasta el 2012, se concretan los “preparativos para militarizar todo el país, por lo que resta del sexenio y quizá para los próximos gobiernos”.
Las Fuerzas Armadas, dice, no están en las calles “para combatir al narcotráfico, pues la delincuencia organizada es considerada como tal no sólo por su capacidad operativa, sino porque está en estrecha vinculación con las instituciones del Estado”. La teoría del Dr. Tenorio Tagle es “que si bien los operativos calderonistas lograrán cierto consenso social, por la demanda generalizada de mayor seguridad, en el fondo muestran un tinte fascistoide y el propósito de controlar y disciplinar a los mexicanos para evitar una mayor crispación ante la avalancha de aumentos y la proliferación de la pobreza.”
Por su parte, el Dr. Guillermo Garduño, destacado “especialista en fuerzas armadas y seguridad pública, de la UAM-Iztapalapa”, opinó que hay una “relación perversa entre autoridad pública y delincuencia”. Esta “relación perversa” tiene su base en “un poder sin sociedad, por lo que se convierte en un Estado autoritario, pues su interés fundamental parte del control y no del bienestar de la población”. El Dr. Garduño concluyó que “el poder público necesita apoyarse en el combate a la delincuencia para que le dé la plataforma sobre la cual está asentado su propio control político.”
Es muy triste que lo que aparentaba ser combate al narcotráfico en realidad es una política del fascistoide Estado autoritario para evitar los movimientos sociales, controlar a la población y dotarse de medios de control político.
Este análisis, conceptualizado y razonado nos contiene, pues, un diagnóstico espeluznante…
¿Qué hacer? ¿Qué hacer?
Es muy sencillo. Según el Dr. Garduño “sólo una sociedad participativa, informada y con capacidad de organización podría romper el círculo vicioso que mantienen el poder público y la delincuencia organizada, pues la corrupción no se acabará hasta en tanto la ciudadanía no exija cuentas claras a los gobiernos en turno”.
Y según el Dr. Tenorio Tagle, ante los problemas de inseguridad, violencia y violación sistemática de los derechos humanos en México, la solución es la construcción de una “resignificación de la dignidad del otro, en el que se reconozca que todos tenemos los mismos derechos”.
Así las cosas, 1) Exijamos cuentas claras al gobierno en turno, y 2) Resignifiquemos la dignidad del otro.
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[1] Información tomada de los periódicos Reforma y La Jornada del 26 de junio de 2009, y La Jornada del 26 de enero de 2008.
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.