El texto, que tengo recortado de no sé qué publicación y que al parecer fue escrito por el escritor y neurólogo tabasqueño Bruno Estañol (a quien se le agradece), sólo exige actos cotidianos, sencillos y hasta bastante simplones (aunque casi todos negativos), y podría ser adoptado como decálogo por la multitudinaria y nocturna sociedad anónima de desvelados e insomnes (a riesgo tal vez de hacerse la vida un 50% menos llevadera).
Para poder dormir (correcta si no plácidamente):
- No tome siestas.
- No tome café, chocolate, té negro o Coca-Cola después del mediodía.
- No tome bebidas alcohólicas para conciliar el sueño. Por lo menos no en forma sistemática.
- Despierte a la misma hora todos los días, incluyendo sábados y domingos.
- Trate de acostarse a la misma hora.
- Haga ejercicio en la mañana o al menos al mediodía, pero no a la hora de acostarse.
- No tome hipnóticos más de 30 días seguidos.
- Si no puede dormir, levántese y haga otra cosa durante un tiempo.
- No coma exceso de grasas y de proteínas antes de acostarse.
- Reporte al médico si ronca en exceso, tiene movimientos involuntarios de las piernas, o si hay sueño excesivo durante el día.
[En la próxima entrega de este blog se continuará la miniserie La ópera en apuros. La interrupción de la misma se debe a que este asunto del no poder dormir, que es parte del enfer professionnel de los escritores, siempre es de carácter urgente y por consiguiente primordial.]
Es escritor, cinéfilo y periodista. Fue secretario de redacción de la revista Vuelta.