Dejen en paz al tabaco

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Vino
mi amigo Josรฉ Sanchis, a quien tanto quiero, a casa, y como
todos mis demรกs amigos hacen desde hace medio aรฑo, se
abstuvo de fumar, hasta que, al aroma del cafรฉ, la apetencia
lo obligรณ a acudir a uno de los balcones, cerrados
permanentemente en รฉpoca de frรญo pero alcahuetes en
cualquier circunstancia, en el cual se solazรณ en su asquerosa
adicciรณn: fumรณ y fumรณ, pero sin que el humo
entrara al salรณn en el que yo lo esperaba tratando de que no
se rompiera el hilo de la conversaciรณn. No, hombre โ€“le
decรญaโ€“, no te apures, fuma, fuma, a mรญ no me importa,
no estoy afiliado a las explicaciones de moda. Y seguรญ,
tratando de exponer mi punto de vista, sin poder evitar que volviera
al redil sรณlo cuando acabรณ de fumar. Lo mismo me pasa
con muchos amigos y hasta con mis hijos, cuando me visitan: que no
fuman delante de mรญ, no por respeto, sino porque dizque no me
haga daรฑo.

Pues
no creo que el tabaco tenga algo que ver con el cรกncer. Perdรณn
por la heterodoxia, pero francamente me sale con total naturalidad
decirlo. Si me argumentan que se han hecho estudios estadรญsticos
de sobra al respecto yo les preguntarรญa si han tomado en
cuenta en sus estadรญsticas a cuรกntos enfermos de
cรกncer, a los que han clasificado, justamente, como fumadores,
les han averiguado si tambiรฉn son comedores de productos
enlatados o leche condensada o jamรณn industrializado o pan con
conservador o refrescos con colorantes y saborizantes, o sal, azรบcar
y harinas refinadas, o si son respiradores de poluciรณn urbana,
incluidas las emisiones de vehรญculos automotores, el asbesto
en los materiales de construcciรณn o las prรณdigas
chimeneas de las industrias que hacen que la vida sea en todas partes
un poco londinense, o si son usuarios habituales de telas sintรฉticas
de tal o cual caracterรญstica, o si se aplican desodorantes y
odorificantes de laboratorio, y podrรญa seguir hasta la nรกusea,
porque en realidad seguimos, a principios del siglo xxi, y lo digo
por si trasciende, sin saber a ciencia cierta quรฉ lo provoca.

Incluido
lo no material. Ademรกs de que no desecho la posibilidad de que
sea algo que ancestralmente hemos considerado bueno, algรบn
producto cultural como el queso, el vino, la fruta mejorada con artes
de ingenierรญa genรฉtica, la reposterรญa que nos
acerca al abrazo materno o cualquier otra cosa que consumimos por la
boca o que nos acercamos al cuerpo por cualquier otro lado: el jabรณn,
la pasta de dientes, el champรบ, la ropa, la calefacciรณn,
los ventiladores.

Entre
las vรญctimas de la enfermedad ยฟse ha estudiado la
incidencia del miedo al futuro, de la inseguridad constante, del
disgusto de lo que se ha vivido, de la desolaciรณn que haya
podido causarle al paciente la falta de afectos profundos, propios o
ajenos; el exceso o carencia de autoestima, la mala o inoportuna
apreciaciรณn de sus razones de estar vivo, la falta de un beso
en el momento preciso, o cosas por el estilo que no acabarรญa
de enumerar porque la vida es inagotable, como las razones de la
muerte, que parecen ser sรณlo una?

No
es que crea que el tabaco es inocente pero sรญ creo que su
malignidad, que no niego por principio, como no me atrevo a negar las
dificultades de cualquier otro trato de los seres humanos con su
entorno, estรก, si es que estรก, en los procesos a que es
sometido para enviciar a sus consumidores, en la larga lista de
adherentes quรญmicos que acompaรฑan a la hierba para
diferenciarla de todas las demรกs marcas del mercado; no en las
suaves vegas que producen ese don de la naturaleza que es una hierba
cuya combustiรณn seduce al olfato casi tanto como el cafรฉ
cuando se tuesta. ยฟDicen que eso hace daรฑo? No me
chinguen.

Y
creo, ademรกs, en el enorme prestigio que el tabaco ha
adquirido desde que se dice que es el causante de males terrorรญficos:
el cรกncer, el enfisema, la angina de pecho y otros desajustes
mortales. Montones de muchachos en todo el mundo aceptan el reto con
alegrรญa. Quรฉ va: no disminuye: aumenta su consumo.
Quiรฉn no lo va a querer si es casi tan atractivo como el amor,
con el agregado de la muerte.

Pero
la embestida contra el tabaco es seria, seria y consistente; ha
entrado en los parlamentos y ha generado legislaciรณn. Ya me
imagino a un parlamento de cualquier lugar del mundo legislando en
contra del automรณvil porque ocasiona miles y miles de muertes
al aรฑo en cualquier paรญs, particularmente en los del
llamado primer mundo, no sรณlo por los gases y humos que emite,
que entran en la manga ancha de las investigaciones de salud pรบblica,
sino por su altรญsimo riesgo de colisiรณn con resultados
mortales. En Espaรฑa, por ejemplo, llevan el cรณmputo de
muertos por esta causa al aรฑo, dรญa a dรญa, en los
programas noticiosos de televisiรณn: muchos mรกs que las
vรญctimas del terrorismo, al que le tienen justamente declarada
la guerra total.

Se
prohibe el uso del automรณvil. De ahora en adelante todos los
ciudadanos de este paรญs se desplazarรกn en los
transportes pรบblicos que propiciarรก el estado โ€“no
necesariamente estatalesโ€“ movidos con energรญa no
contaminante y sujetos al rรฉgimen de uso colectivo. Queda
abolida la producciรณn, importaciรณn, promociรณn y
comercializaciรณn de vehรญculos automotores de uso
particular y de los combustibles que los hacen moverse, excepto en el
caso de las necesidades que el estado juzgue indispensables para el
servicio pรบblico. Esta ley se extiende a todo el territorio
nacional asumiendo las autoridades polรญticas los riesgos que
representan tales medidas: las dificultades de traslado de la clase
laboral, que estรกn resueltas de antemano en los programas de
operatividad del servicio pรบblico de transportes, la libertad
de movimiento de particulares, garantizada por la eficiencia del
transporte colectivo y los conflictos internacionales derivados de la
suspensiรณn de pertenencia al rรฉgimen global de consumo
de hidrocarburos y de automรณviles.

ยกOh
Dios, si eres, haz que yo alcance a ver semejante decreto en la
precariedad de mi vida, antes de que el cรกncer me consuma!
Claro que tendrรก que ser un decreto aprobado por la mayorรญa
en un congreso legรญtimo, sin sospecha de autoritarismo ni
-ยกDios nos libre!- de populismo, ni de nada que contradiga las
leyes de la democracia.

Y
que la gente pueda seguir fumando, si se le antoja, y que las
industrias que de este antojo se benefician, cambien el proceso y le
den a uno la hierbita pura secada al sol, como antes, y torcida a
mano por estupendas mulatas que ponen de mesa sus muslos de cobre y
de adherente sus รญntimos fluidos para que al moverse el humo
alrededor de nosotros podamos constatar que la vida es algo sano y
eterno. ~

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