Desde el 13 Congreso Arquine: los desplazamientos de la arquitectura

La práctica arquitectónica busca nuevos caminos hacia dónde moverse.
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Durante el segundo día de conferencias, el concepto de desplazamiento tampoco se trató a fondo y se siguió planteando superficialmente: como la distancia que separa un despacho arquitectónico de la construcción que realiza. Lo que sí se hizo sutilmente visible fue que la problemática del desplazamiento no es solamente del arquitecto o de la comunidad para la que se diseña y construye, sino la práctica arquitectónica en sí misma. Las prácticas convencionales del diseño estrafalario de rascacielos y casas-habitación no son, ni remotamente, el único camino a seguir: existen proyectos que apuntan hacia otras aristas.

Un primer desplazamiento sería el de la arquitectura como acto escultórico y al revés, ligado a las metodologías del arte contemporáneo, sobre todo al arte procesual y el Land Art. Este tipo de arquitectura consiste en hacer una pieza estético-conceptual que responda y cuestione temáticas propias de la disciplina, un ejemplo claro sería el trabajo con la gravedad y el equilibrio de Anton García-Abril y su Ensamble Estudio (Balancing Act).

Un segundo desplazamiento dibuja diversos acercamientos de la arquitectura y el trabajo con comunidades en el sentido más antropológico (como lo ha hecho durante décadas Óscar Hagerman en México). Este camino puede lindar con la ayuda humanitaria y la creación de OONNGG arquitectónicas, como es el caso de Architecture for Humanity, de Cameron Sinclair. Sus proyectos van desde trazar canchas de fútbol en las calles de Guatemala –haciendo que funcionen en ciertos horarios como áreas de juego y en otros como vías de comunicación, para generar lugares de convivencia en ciudades donde no hay espacio–, hasta la reconstrucción de hogares en ciudades que han sufrido catástrofes naturales o guerras. Fue desconcertante, sin embargo, que las encomiables labores de su despacho para construir un futuro más sustentable a través del diseño arquitectónico, se aborden desde el tono motivacional de un predicador evangelista que hace un espectáculo en escena para convencer a sus fieles.

El tercer desplazamiento que apareció en estos dos días de conferencias es el de la arquitectura forense. Utilizar la arquitectura para analizar los actos políticos que suceden a su alrededor y convertirla en evidencia. Eyal Weizman es el mayor exponente de este desplazamiento y creó el “Decolonizing Architecture Art Residency”, una residencia para que arquitectos jóvenes reusen, reciclen y profanen la infraestructura existente de la ocupación colonial en los territorios ocupados, por ejemplo, intentar devolverle a las aves migratorias y al paisaje un sitio de descanso ubicado exactamente en una base militar. El proyecto consiste en hacer agujeros en las “cáscaras” de los edificios para que eventualmente estos terminen por desmantelarse y desaparecer.

Un cuarto desplazamiento estaría ligado el desarrollo sustentable en el sentido ecológico, como sucede en algunos de los proyectos todavía utópicos de Sou Fujimoto, para generar edificios o rascacielos verdes en las ciudades. Si bien las participaciones de los ponentes no intentaron profundizar  en el tema que los convocó, en la variedad de posturas y formas de trabajo sí se hizo visible que, como sucede en otros medios artísticos, lo que está en desplazamiento son las disciplinas mismas, sus prácticas están transformando sus metodologías y esto les obliga a moverse de lugar.

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(ciudad de México, 1981). Artista visual que escribe.


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