¡Eureka!, me dije. Necesito es comenzar de nuevo, volver a lo básico, cambiar un poco de perspectiva. Cerrar este blog cuyo nombre ya me estaba cayendo gordo y abrir uno nuevo.
¿Qué cosa hay más efímera aunque tan luminosa como un día? Aparentemente nada puede haber más efímero que un día, puesto que este adjetivo –del griego…
Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas —la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino— para decidir su propio camino.