TRES PARTIDOS
1914
La Primera Guerra Mundial ha sido definida con precisiรณn por Franรงois Furet como una โmatanza inmรณvilโ de la que saldrรญan las peores pesadillas del siglo XX. Nunca antes la juventud de los paรญses europeos se habรญa sacrificado con esa intensidad y extensiรณn, mientras la vida transcurrรญa canora (e imperial) en la retaguardias. Hasta hace poco se asumรญa como una hermosa leyenda pacifista, pero los estudios de Malcolm Brown and Shirley Seaton han demostrado su verdad histรณrica. En la Navidad de 1914 los soldados alemanes decidieron decorar sus trincheras con รกrboles navideรฑos, y en la vรญspera del dรญa 25, empezaron a entonar canciones alusivas. El bando britรกnico y francรฉs respondiรณ con sus propios villancicos y nadie sabe cรณmo se improvisรณ una tregua a lo largo de kilรณmetros y kilรณmetros de trinchera. Se intercambiaron regalos y comida, juntos cantaron y bebieron los enemigos que se disparaban a matar tan sรณlo unas horas antes, y se organizรณ un cรฉlebre partido de futbol, con un resultado contrario al de la contienda bรฉlica: Alemania 3, Inglaterra 2.
1944
Giorgio Agamben en Lo que queda de Auschwitz estudia una de las condiciones ya esbozadas por Primo Levi en Si esto es un hombre, la que transcurre en la โzona grisโ del Holocausto. Se refiere a los judรญos obligados por los nazis a realizar los trabajos ejecutivos de los propios campos de exterminio, llevando la condiciรณn de vรญctima y el horror a un estadio que nunca antes habรญan alcanzado. El hoyo negro de la conciencia de Dios es la Shoah, y uno de sus elementos mรกs perturbadores es el que representan los sonderkommandos, las cuadrillas de judรญos que participaban, para salvar unos dรญas mรกs la vida, en las labores de destrucciรณn de su pueblo. Un superviviente de estos comandos ha narrado un partido, jugado en 1944 en Auschwitz, entre SS y sonderkommandos. Para el filรณsofo italiano, ese partido simboliza la estulticia execrable de la barbarie nazi, y su desenlace aรบn estรก abierto.
1969
Ryszard Kapuscinski en La Guerra del futbol narra la terriblemente cruenta, breve y nunca reconocida guerra entre El Salvador y Honduras, cuyo casus belli fueron los partidos de visita recรญprocos entre las selecciones de ambos paรญses en su lucha para clasificar al mundial de Mรฉxico de 1970. Desde luego que el futbol era sรณlo una excusa para enfrentar a estos dos vecinos enemigos. La razรณn es que el hรญper-poblado El Salvador necesitaba tierras de expansiรณn para sus campesinos, que invadรญan constantemente las fรฉrtiles e inutilizadas tierras hondureรฑas, cuya empobrecida ciudadanรญa no estaba dispuesta a cederlas. Como sucede en el teatro, ambos protagonistas con buenas razones. En el primer partido, jugado en Tegucigalpa, Honduras ganรณ, en un cerrado duelo, por 1 a 0. En el partido de vuelta, jugado en San Salvador, los locales ganaron 3 a 0. El pรบblico atacรณ a los pocos aficionados hondureรฑos que habรญan cruzado y esto encendiรณ la mecha que terminรณ en esta olvidada y absurda guerra. La aviaciรณn salvadoreรฑa contaba con dos aparatos, la hondureรฑa con uno. El partido de desempate, ya que no se tomaban en cuenta la diferencia de goles, se jugรณ en Mรฉxico, y significรณ el pase mundialista para el equipo de El Salvador.
– Ricardo Cayuela Gally
(ciudad de Mรฉxico, 1969) ensayista.