Me pregunto si Luis Rubio habrรก de incomodarse si reproduzco aquรญ su editorial del domingo en el diario Reforma. Espero que no. Me causarรญa pena molestar a quien considero una inteligencia original en el limitado panorama de la prensa mexicana de opiniรณn. Lรฉalo usted y, si estรก de acuerdo visite su pรกgina web. Aunque, por otro lado, ojalรก que lo leyeran mรกs quienes no estรกn de acuerdo con รฉlโฆ
Gran confusiรณn
(9 marzo 2008).- A rรญo revuelto, reza el dicho, ganancia de pescadores. En el tema energรฉtico, parece haber tres tipos de actores: los que revuelven, los que intentan pescar y los que no saben para quiรฉn trabajan. Lo mรกs interesante de la pelรญcula energรฉtica actual es que hay un actor, Lรณpez Obrador, dominando el panorama y obligando a todos los demรกs a confundirse. Porque el objetivo de AMLO no es el petrรณleo sino el protagonismo: estรก utilizando un tema polรญticamente cargado para lograr prominencia polรญtica. En el camino, estรก inhibiendo toda discusiรณn seria, lo que abona a su protagonismo y, al menos hasta el momento, no se ha encontrado con nada ni nadie, excepto su propia violencia verbal, que desacredite su estrategia. La pregunta clave es dรณnde quedan los millones de mexicanos que siguen siendo pobres gracias al mito petrolero.
Lo mรกs patรฉtico es que el debate sobre el petrรณleo, como el del paรญs, sigue siendo sobre el pasado. Nadie parece tener la mirada en el tipo de industria petrolera que el paรญs requiere a la luz de la realidad de hoy, el siglo XXI globalizado, que en nada se asemeja a las circunstancias de 1938. La soluciรณn no estรก en hacer pequeรฑos cambios legales a la estructura de la empresa petrolera, sino en reconcebir la funciรณn que debiera tener la industria para beneficio del desarrollo del paรญs. Sรณlo una visiรณn asรญ puede cambiar la naturaleza perversa del conjunto de monรณlogos en que vive el paรญs en la actualidad.
El problema de Pemex, todos lo sabemos, no es econรณmico. Con toda su ineficiencia, corrupciรณn y desperdicio, la empresa genera rรญos de dinero. El problema del sector petrolero del paรญs es que no existe una concepciรณn integral de industria, ni una actitud abierta a reconocer las formas en que el mundo del petrรณleo y la energรญa han ido evolucionando en las รบltimas dรฉcadas hasta convertirse en sector central del desarrollo econรณmico de los paรญses productores. Antes bien, en nuestro entorno polรญtico predominan los intereses particulares y las salidas fรกciles para evitar decisiones difรญciles. En adiciรณn a esto, para prevenir que se lleven a cabo discusiones serias sobre el tema se nutren mitos y mรกs mitos, que no hacen sino alimentar la ignorancia y mantener el statu quo que, no sobra decir, sรณlo beneficia a unos cuantos.
El principal de los mitos es la idea de que alguien -el gobierno, los malosos, el PRI, los empresarios, quien sea- quiere privatizar la industria. Nunca, desde luego, se especifica aquello que supuestamente se pretende privatizar. El uso del tรฉrmino “privatizar” como adjetivo sirve para descalificar y, con eso, cerrar la posibilidad de cualquier discusiรณn. Cualquiera que observe el panorama internacional va a notar que en la abrumadora mayorรญa de las naciones que cuentan con petrรณleo o gas es el gobierno el que es dueรฑo de los recursos. Parecerรญa evidente que รฉsa no es una discusiรณn relevante en nuestro paรญs: la nociรณn de privatizar la propiedad de los recursos del subsuelo es simplemente absurda y no cuenta con un solo proponente (al menos serio).
La discusiรณn de fondo deberรญa ser sobre la naturaleza de la industria petrolera que el paรญs requiere y sobre la forma en que esa industria deberรญa estar integrada. En otras palabras, es indispensable partir de una definiciรณn del conjunto de la industria para luego enfocarse al papel que, en esa definiciรณn, corresponderรญa a la empresa petrolera actual. Una discusiรณn sensata sobre la industria (que evidentemente no es la que actualmente tenemos) deberรญa comenzar por analizar la organizaciรณn y caracterรญsticas del mundo petrolero y energรฉtico mundial para, en ese contexto, situar el fenรณmeno mexicano.
Tendrรญamos que estar analizando y respondiendo a interrogantes como: ยฟquรฉ tipo de energรญa se va a requerir en los prรณximos cincuenta aรฑos? ยฟCuรกl es el futuro de los campos petroleros actuales? ยฟQuรฉ tecnologรญas requiere la industria? ยฟCuรกles son nuestros rezagos respecto a otras naciones? ยฟCuรกl es la organizaciรณn mรกs eficiente para desarrollar y explotar los recursos con que contamos? ยฟQuiรฉnes son nuestros competidores? ยฟCuรกndo es mรกs econรณmicamente racional exportar crudo y cuรกndo es rentable emplearlo para producir petroquรญmicos y productos refinados? Por encima de todo: ยฟquรฉ papel juega, o puede jugar, la industria petrolera mexicana en el desarrollo del paรญs?
Mientras no respondamos a interrogantes de esta naturaleza seguiremos trabajando para mantener el statu quo y, por lo tanto, la corrupciรณn y la ineficiencia. Pemex es una empresa que se fue construyendo a lo largo del tiempo y respondiendo a circunstancias que nadie planeรณ de antemano. En el camino, la empresa acabรณ siendo presa de toda clase de intereses internos y externos. El primero en apropiarse de la empresa fue el sindicato; luego vino a compartir el banquete su insaciable burocracia. A partir de los ochenta, fue el gobierno federal el que se llevรณ la gran tajada y se hizo dependiente de los recursos derivados del petrรณleo. Mรกs recientemente, gracias a la ridรญcula fรณrmula de distribuciรณn de “excedentes”, son los gobernadores los que se han hecho adictos al caudal de dinero que se deriva de la exportaciรณn de crudo. En suma, tenemos una industria sin definiciรณn, a la deriva en un mar de intereses creados, y una empresa que no es otra cosa que la caja que nutre todo el desperdicio del gobierno federal, de los gobernadores y, a travรฉs del sindicato, del PRI.
La verdad es que el statu quo es muy funcional para todos los beneficiarios de este proceso. Aunque sin duda hay polรญticos serios y responsables planteando y estudiando alternativas a la estructura actual de la industria nadie estรก discutiendo lo esencial. Unos quieren proteger su fuente de ingresos, otros aprovecharla como plataforma polรญtica, pero nadie estรก replanteando la funciรณn del petrรณleo en el desarrollo del paรญs.
Podemos discutir sobre la explotaciรณn de recursos en aguas profundas o sobre la gasolina que importamos, el estado de la infraestructura (oleoductos, plataformas y demรกs), las diferencias entre petroquรญmica bรกsica y secundaria o sobre la participaciรณn o no de la inversiรณn privada. Sin embargo, no es ahรญ donde estรก el meollo. El tema central es la naturaleza de la industria que el paรญs requiere y cรณmo debe y puede construirse una industria idรณnea para el siglo XXI. รste es el tema de fondo porque es el que permitirรญa lograr lo que la mayorรญa dice que quiere: mayor eficiencia, productividad e impacto en el desarrollo del paรญs. Y no hay que caer en la confusiรณn intencional: la forma en que se resuelva esto es clave para millones de mexicanos que demandan prosperidad y no mitos o propiedades ficticias.
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.