Los impuestos de esos tontos que están trabajando, sí están trabajando
El IMSS va a erogar 6 mil 491 millones de pesos por concepto de impuestos al ingreso que sus trabajadores no pagan y cubre el instituto, dice el Reforma.
El desglose de esa cifra monstruosa que anexa el diario es como sigue (cifras redondeadas): 2 mil 661 millones para cubrir el impuesto sobre la renta. 1 mil 687 millones de impuestos al aguinaldo. 1 mil 428 millones de impuestos al pago de estímulos por asistencia y puntualidad. 649 millones para el gravamen de fondo de ahorro, etcétera.
Repárese que estas cifras no representan el gasto que hace el IMSS en esos rubros: es sólo lo que paga el IMSS en impuestos por ese gasto, pues como sus empleados no los pagan (logro sindical), los debe pagar el IMSS con dinero del erario (es decir de quienes no hemos tenido logro sindical: los que sí pagamos impuestos y subvencionamos a los que no).
Ahora bien, si el gravamen que el IMSS paga al fisco 1,500 millones de pesos sólo por impuestos al pago de estímulos por asistencia y puntualidad, ¿a cuánto ascenderá ese rubro en el presupuesto del IMSS? ¿15 mil millones?
Pido un lector informado y paciente que me explique:
¿Por qué una paraestatal como el IMSS paga los impuestos de sus empleados?
¿Por qué demonios no los pagan los empleados?
¿No le haría bien a esos empleados ingresar a la dura realidad de entender que los impuestos son parte del convenio social?
¿No se les cae la cara de vergüenza de saber que otros asalariados pagamos lo que ellos no quieren pagar?
¿Por qué deben mis impuestos utilizarse para estimular a un empleado del IMSS para que decida asistir a trabajar o ser puntual?
¿Qué no sería mejor descontarle la ausencia al faltista o la tardanza al impuntual, o aún despedirlo, que chantajearlo con un “estímulo”?
Al “premiar” al que trabaja o al puntual ¿no se le da a entender que su asistencia o su puntualidad son optativas y, por tanto, facultad suya, en vez de responsabilidad y obligación laboral o contractual?
¿Cuánto falta para que se le den estímulos por hacer bien una suma, o archivar correctamente un expediente, o ir al baño a hacer sus necesidades?
Con esas actitudes imbéciles ¿no se perpetúa la idea mexicana de que el pueblo es un tarado o un menor de edad y el Estado su papá?
En fin: el IMSS les paga los impuestos a sus empleados y además les paga dinero extra para que sean puntuales o para que se dignen asistir a su trabajo. Entonces ¿por qué hay quien se llama a escándalo ante la irremediable crisis financiera que vive “el instituto” que, naturalmente, habremos de pagar los que no necesitamos estímulos para trabajar?
Y tampoco entiendo por qué demonios no he ingresado a un sindicato que me proteja y me pague los impuestos y me estimule bastante por llegar a tiempo y sobre todo que impida que, por seguir pagando impuestos, se me considere un pobre tonto.
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.