Mรฉxico, a 17 de septiembre de 1984.
Lic. Juan Otranto,
Abogado de la Universidad,
Presente.
Estimado Lic. Otranto:
Agradezco que la Universidad me haya permitido, una vez mรกs, retribuir con la profesiรณn que ejercรญ en mi patria el cobijo de este paรญs generoso cuando hube de exiliarme, y comunico a usted el resultado de la pesquisa sobre el asesinato de la Lic. Marรญa Carmiรฑa Verdejo Gรณmez, tรฉcnico-acadรฉmico del Instituto de Humanidades, cuyo cadรกver fue encontrado en terrenos de la Universidad el 28 de julio, lo que participamos a la policรญa luego de realizar, con mis estudiantes, nuestra propia labor forense.
La investigaciรณn nos permitiรณ reconstruir los hechos que condujeron a este asesinato de la manera que narro brevemente (detalles en los anexos):
En 1982, cuando el Instituto se mudรณ a su nuevo edificio, apareciรณ un mueble de metal que llevaba lustros olvidado. Carmiรฑa encontrรณ ahรญ parte del archivo del bachiller Pedro de Goicoechea, donado aรฑos antes. Contenรญa libros raros y dibujos (Rivera, etc.) que Carmiรฑa procediรณ a vender (en agravio al patrimonio universitario) por la suma de 20 mil dรณlares, dinero con el que se financiรณ dos cirugรญas plรกsticas, un automรณvil Datsun y un viaje a Europa.
Encontrรณ ademรกs un expediente que narraba la batalla de Concepciรณn Escandรณn, viuda de Goicoechea, contra el investigador Samuel Sacristรกn. Este Sr. Sacristรกn tiene fama de haber saqueado los archivos de varios escritores cuya confianza se ganaba, lo mismo que a sus familias, para luego robarlos, sumarlos a su colecciรณn o venderlos. Cuando la viuda Goicoechea –que fue secretaria de su esposo– se percatรณ del hurto, decidiรณ pelear. Hizo una lista detallada de los documentos robados, en primer lugar el manuscrito de un libro sobre Moctezuma que su esposo no logrรณ concluir y al que dedicรณ buena parte de su vida. (Un capรญtulo, sobre la infancia del emperador, fue agregado al expediente.) La viuda publicรณ una carta en el Excรฉlsior en que narrรณ lo ocurrido y exigiรณ a Sacristรกn que regresase lo robado. Cuando no hubo respuesta, hizo una denuncia penal que prosperรณ.
Sacristรกn buscรณ entonces al Lic. Juan Pedro Abรบndiz, el cรฉlebre historiador, a la sazรณn diputado, y le pidiรณ ayuda. El Lic. Abรบndiz lo desdeรฑรณ, conocedor de su mala fama. Sacristรกn lo hizo cambiar de opiniรณn cuando le mostrรณ el manuscrito del libro sobre Moctezuma.
Dos semanas mรกs tarde, Abรบndiz acudiรณ a una junta de avenencia, de la que fue testigo junto al procurador del Distrito Federal, en la que Sacristรกn regresรณ lo robado, pidiรณ perdรณn a la viuda Goicoechea y se levantรณ un acta de desistimiento que firmaron todos. Dos dรญas mรกs tarde la viuda volviรณ a la Procuradurรญa, pues el manuscrito Moctezuma no estaba entre lo devuelto. La Procuradurรญa se negรณ a reabrir el caso. El Lic. Abรบndiz se negรณ a recibir a la viuda. El periรณdico se negรณ a publicarle otra carta. La viuda muriรณ de tristeza a los pocos meses. Los albaceas entregaron a la Universidad el archivo y la biblioteca del bachiller.
El libro Moctezuma, el รบltimo emperador apareciรณ en 1970 firmado por Abรบndiz. Considerada la investigaciรณn mรกs acuciosa y completa sobre esa figura histรณrica, el libro le mereciรณ a Abรบndiz el Premio Nacional de Artes y Letras y la Medalla del Congreso Atenor Guardado, entre muchos otros reconocimientos y laureles.
Para no fatigarle, resumirรฉ diciรฉndole que logramos descubrir que Carmiรฑa decidiรณ chantajear a Abรบndiz. Cotejรณ el capรญtulo sobre la infancia de Moctezuma con el libro de Abรบndiz y vio que eran casi idรฉnticos. Comenzรณ a asediarlo por correo, enviรณ copias de la denuncia de la viuda, copia del desistimiento y, desde luego, del capรญtulo plagiado. Amenazรณ con hacer llegar copias de todo ello a los diarios, academias y universidades del mundo. De acuerdo a los estados de cuenta del banco donde Carmiรฑa abriรณ una cuenta (a nombre de Concepciรณn Escandรณn), Abรบndiz le hizo un pago de treinta mil dรณlares.
Cuando recibiรณ la segunda demanda de dinero, Abรบndiz acudiรณ a sus amigos de la Procuradurรญa (el procurador de la ciudad, que habรญa atestiguado la entrega de los papeles era, ahora, procurador general de la Repรบblica). No tardaron en descubrir quiรฉn era la chantajista, y la privaron de la vida. Chantajear bien es un arte complicado.
Ahรญ tiene usted la historia. Nada se puede hacer ni se harรก. Lo lamento. El Sr. Sacristรกn seguirรก con su compraventa de papeles viejos. El Lic. Abรบndiz seguirรก cosechando laureles. La Lic. Carmiรฑa no volverรก a Europa ni manejarรก su Datsun. Y la policรญa sumarรก otro asesinato no resuelto a su larga lista.
Por lo que a mรญ toca, le pido considere saldada mi deuda con su paรญs. He decidido retirarme y volver al Uruguay. Quizรกs le haga un chantaje bien diseรฑado a Abรบndiz. (Un chantaje del que usted, solo por recibir esta carta, ya es cรณmplice.) Y quizรกs no, quizรกs solo escriba una novelita policiaca.
Soy su servidor,
Dr. Hรฉctor Bonsignore
Facultad de Derecho ~
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.