Mis ojos y mi boca recorren tu cuerpo como ejército de insectos.
Pierden pie en el mercurio de tu piel, se levantan
vadean hoyuelos persiguen atajos
caen en las trampas móviles que tiendes
clavan banderas de ardor y de deseo
en las cotas vencidas
almacenan pedazos de tu calor para pasar el invierno
anegan cada rincón con miles de patas diminutas
pueblan todo con rigor milimétrico
parcelan en hexágonos tu piel de cera
trazan mapas detallados, abren caminos
arman pontones para vencer
el vértigo de tu hermosura.
Conquistan para rendirse,
para postrarse
como bárbaros arrodillados ante la faz del Basileus. –
Tarea pendiente
La construcción de un orden democrático ahora lo sabemos es una tarea en esencia interminable. No parecía serlo hace dos décadas. No luchábamos…
Cuatro cuentos
El país ingenuo La tristeza era tanta que las sonrisas pasaron a ser pagadas. Algunos funcionarios del Estado, disfrazados, diluidos en la multitud de las ciudades, observaban a los…
Quien regresa…
Un oasis: El-Habla Quien regresa no del desierto sino del autobús que…
El teatro como derecho
Ningún otro gremio artístico, como el teatral, se piensa tanto como una comunidad creativa. Reuniones de todo tipo son habituales en la vida de actores, directores, dramaturgos, escenógrafos y…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES