Fox News se convirtiรณ en una de las pocas empresas de medios que tomaron la decisiรณn editorial de mostrar de manera รญntegra el video del asesinato del piloto jordano Muadh al-Kasasbeh, quien fue quemado vivo, dentro de una jaula, por integrantes de Estado Islรกmico (ISIS, por sus siglas en inglรฉs). La tarde del martes 3 de febrero, el conductor de uno de los espacios informativos de la cadena apareciรณ a cuadro para explicar al pรบblico que al transmitir las imรกgenes se buscaba mostrar “la realidad del terrorismo islรกmico”.
"Hoy vamos a mostrarle algunas imรกgenes que ISIS ha difundido… Las imรกgenes son brutales. Son grรกficas, perturbadoras. Es posible que usted quiera volver la cabeza y desee que los niรฑos salgan de la habitaciรณn en este momento… Creemos que usted necesita ver esto", dijo, antes de poner al aire los 22 minutos en los que se escucha gritar al prisionero y se le ve caer sobre sus rodillas antes de desplomarse por completo y ser cubierto de escombros.
Unas horas antes, otro periodista de Fox News, Shepard Smith, tomรณ una decisiรณn distinta. En lugar de mostrar el vรญdeo o compartir imรกgenes, hizo una descripciรณn detallada de mรกs de diez minutos para que su pรบblico pudiese obtener la informaciรณn que querรญa. “Es el video de un ser humano quemado vivo”, resume Smith con apabullante simplicidad en los segundos finales.
El britรกnico Piers Morgan escribiรณ para el Daily Mail su experiencia frente a lo que el mismo llama el "el vรญdeo mรกs enfermo que jamรกs se haya hecho" y agrega: "No necesito ver a un hombre quemado vivo. Nadie necesita ver a un hombre quemado vivo. Lo sucedido ya es lo suficientemente diabรณlico. ¿Por quรฉ agravar la miseria de cรณmo acaba con la vida de ese hombre, al actuar como una especie de voyeur cรณmplice?"
Hay una preocupaciรณn genuina entre medios y periodistas por las implicaciones de que Fox News no solo decidiera poner al aire el contenido รญntegro del video producido por Al-Furqan (el ala propagandรญstica de Estado Islรกmico) sino que ademรกs diera la opciรณn a los lectores de su sitio web de “ver por sรญ mismos la barbarie de ISIS”.
En las pรกginas de The Guardian, Suzanne Moore alienta un debate interesante; reconoce que hay momentos en que es necesario mostrar imรกgenes de muerte y dolor, trozos de pelo y carne entre los escombros. Las decisiones sobre lo que puede y no se puede demostrar se toman todo el tiempo en las redacciones, dice, pero estos nuevos horrores nos presentan una situaciรณn completamente diferente: “Tenemos elecciรณn. Podemos ver a alguien morir y decir que estamos aprendiendo algo sobre la naturaleza de la inhumanidad. O simplemente podemos informar de estos asesinatos” y parar la circulaciรณn de las imรกgenes que los criminales desean difundir.
A decir de algunos analistas, uno de los fines que persigue Estado islรกmico es utilizar a los medios de comunicaciรณn para difundir el terror. Estos grupos quieren una plataforma y ahora empresas como Fox News se las brindan de forma gratuita. Una vez mรกs —como expone Nesrine Malik en The Guardian— cualquier decisiรณn editorial a favor de transmitir las imรกgenes del martes nos lleva a un territorio difรญcil. Los medios de comunicaciรณn se enfrentan a un dilema particular, pues la atrocidad de los crรญmenes hace discutible el interรฉs periodรญstico sobre las imรกgenes. “El crimen no termina con la muerte de la vรญctima”, dice Malik, la elaboraciรณn del video, su difusiรณn y las reacciones ante el contenido son extensiones del acto terrorista. Videos como el de la ejecuciรณn de Muadh al-Kasasbeh convierten internet en “una macabra plaza pรบblica donde todos nos reunimos” a presenciar el horror.
Para Tony Maddox, vicepresidente ejecutivo de CNN International, no hay absolutamente ninguna justificaciรณn editorial para mostrar escenas de rehenes a punto de ser asesinados. La brutalidad de estas acciones puede ser explicada sin mostrarla directamente a la audiencia, sin vulnerar la dignidad de la vรญctima. A veces, se hace necesario mostrar un fotogramas de los vรญdeos ISIS para enmarcar la informaciรณn, pero exhibir a un hombre que estรก siendo quemado vivo simplemente va demasiado lejos.
Hoy, el hecho parece lejano. En 2011, Milenio Televisiรณn difundiรณ fragmentos de un vรญdeo en el que criminales martirizan hasta la muerte a dos elementos del ejรฉrcito mexicano. Sus directores editoriales insistรญan en que se habรญa respetado a las vรญctimas, se habรญa dimensionado adecuadamente la informaciรณn y explicado claramente al pรบblico sobre el contenido. Incluso consideraban que su caso era รบtil en la discusiรณn “sobre los lรญmites y alcances del ejercicio periodรญstico en tiempos tan complejos e inciertos”.
Ninguno de estos materiales fue elaborado por un equipo de noticias, fue elaborado por grupos cuyo objetivo es el control de la narrativa de terror. Como ha escrito Suzanne Moore, lo difundido por Estado islรกmico es una combinaciรณn de barbarie medieval y altos valores de producciรณn; el mundo no necesita ver el espectรกculo de horror de un ser humano quemado vivo o de un asesino sacรกndole el ojo a un militar mexicano como escarmiento, como si tal cosa fuese una experiencia cinematogrรกfica. Si no lo entendemos ahora, nunca lo haremos. Es el momento de discutirlo.
Periodista. Autor de Los voceros del fin del mundo (Libros de la Araucaria).