Ilustración: Fabricio Vanden Broeck.

Breve manual de zoología política: Tucán Junior

Para construir este bestiario escogimos a los diez políticos más representativos de nuestro atribulado país. Uno de ellos es un monstruo de dos cabezas, ambas corruptas. De tierra, agua y aire, los animales imaginarios aquí descritos han conquistado con méritos sobrados su derecho a figurar en esta taxonomía del despropósito y la zafiedad. Invitamos a nuestros lectores a ponerles nombre y apellido.
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Tucán Junior

De la densa selva mexicana, caracterizada por una despiadada lucha por el tuétano, corazón del hueso, entre alimañas de diverso pelaje, reptiles prehistóricos, ratones locos, mapaches moralistas y víboras encopetadas capaces de engullirse un elefante blanco sin pestañear, sobresale por su parasitismo el Tucán Filius o Tucán Junior.

La indefinición es su santo y seña, por lo que los naturistas dudan aún en aceptar como válidas sus características (aunque el último congreso en Ravena aceptó el adjetivo doble de “lacra-repelente”). Además, los tucanes del resto del mundo han puesto el graznido en el cielo por compartir especie con semejante pajarraco epigonal.

Un documento agónico, rescatado de la bitácora de un ornitólogo anónimo (y esdrújulo), logró sintetizar por primera vez algunos atisbos de su conducta:

 

• carroñero, sigue al cazador líder encuesta en mano y le ofrece su pico de taxidermista a cambio de una tajada de las vísceras y otras partes del sistema legislativo;

• impune, los niños lo tachan en sus boletas electorales con vivos colores sin sospechar que trabaja en sus ratos libres como chivato de la industria maderera;

• pendenciero, su nido lo forma con buitres senatoriales y hienas guaruras;

• incapaz de volar, sus alas son simuladas, usa para desplazarse el mastodonte Hummer y otros devoradores de petróleo;

• adicto, sus ojos inusitados denotan un probable trato de altura con la hoja procesada de ciertas plantas de los Andes;

• promiscuo, sus rituales de apareamiento recuerdan la fábula del puercoespín y la babosa;

• turisbívoro, se alimenta del coral virgen de la costa maya, que transforma en detritos de cemento y concreto de cinco estrellas;

• gritón, como los cuervos, su lema es “Cras, cras, se acabó el mandato y queremos más”.

 

Si González Martínez pidió torcerle el cuello al cisne de engañoso plumaje, nosotros pedimos como una forma del control de plagas ciudadano este 1º de julio torcerle el pico al tucán de engañoso maridaje. ~

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(ciudad de México, 1969) ensayista.


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