El SeƱor de los Cohetones es un tipo que se apareciĆ³ en el ZĆ³calo el mismo dĆa del pasado julio en que AMLO āhaciendo uso de las facultades extraordinarias que le otorgĆ³ AMLOā tomĆ³ la decisiĆ³n
de entregar en usufructo a perpetuidad el ZĆ³calo de la ciudad de MĆ©xico a AMLO.
Lo narrĆ³ un reportero del periĆ³dico al que AMLO (haciendo uso de las facultades extraordinarias que le otorgĆ³ AMLO) decretĆ³ el Ćŗnico periĆ³dico en MĆ©xico que es āveraz y objetivoā. De acuerdo con ese reportero, el SeƱor de los Cohetones posee āuna anatomĆa gorda, chaparra, prieta, barbada, greƱuda, canosa, vieja y bamboleanteā.* No hay ninguna razĆ³n legĆtima para poner en duda ni la verdad objetiva ni la objetividad verdadera de esta precisa descripciĆ³n.
Pero Āæpor quĆ© es noticia el SeƱor de los Cohetones? Por una razĆ³n sencilla: sucede que a este seƱor le gusta lanzar al aire lo que el reportero emocionadamente llama sus ātambores monocordesā (en el idioma del periodismo verdadero y objetivo, tambor monocorde significa lo que en castellano vulgar se llama un cabrĆ³n cohetĆ³n hijo de su putamĆ”).
Por si alguien lo ignora, en MĆ©xico recibe el nombre de cohetĆ³n un objeto que consiste en un kilogramo aprox de pĆ³lvora silvestre hecha en casa (junto a donde juegan los niƱitos y se hace la comidita) envuelta en un cilindro hecho con papel periĆ³dico (veraz y objetivo) al que se le incrusta una mecha de tres centĆmetros de largo y una varilla de un metro, que hace las veces de estabilizador aerodinĆ”mico para que el referido cohetĆ³n vuele bien alto en pos de su destino mexicano. Una vez encendida la mecha, el cohetĆ³n consume un tanque de combustible tambiĆ©n fabricado con pĆ³lvora, mientras asciende (en teorĆa) hasta alcanzar una altura
de cien metros, donde el kilo de pĆ³lvora explota, produciendo entre un millĆ³n y un millĆ³n y medio de decibeles y una nube altamente contaminante de varios metros cĆŗbicos de gases tĆ³xicos que descienden poco a poco hacia
los pulmones de la gente o de los ciudadanos (los que respiren primero).
En resumen, el cohetĆ³n o tambor monocorde es una de las mĆ”s sobresalientes aportaciones aztecas al arte de agraviar a la mayor cantidad de gente con el menor esfuerzo y la menor inversiĆ³n posibles.
Tradicionalmente, en MĆ©xico se recurre al lanzamiento de cohetĆ³n por varios motivos: 1) porque se estĆ” borracho, 2) porque se estĆ” crudo, 3) para ver quĆ© pasa, 4) para que los santitos estĆ©n contentos, 5) porque uno tiene demasiados dedos, 6) porque metiĆ³ gol el Atlante, y 7) porque semincharonlosgĆ¼ebos. Ahora, el SeƱor de los Cohetones ha agregado un nuevo motivo a la lista: 8) para expresar gusto cuando AMLO dice algo que llega al corazĆ³n (fenĆ³meno que ātodo lo indicaā sucede con bastante frecuencia).
AsĆ pues, cuando al SeƱor de los Cohetones se le pega la gana de expresarse, se expresa. Y no porque lo que desee expresar sea especialmente atendible o pertinente, sino porque sucede que su manera de expresarse es con el idioma de los cohetones, un idioma bastante parco (de tener diccionario, tendrĆa una sola hoja con una sola entrada: āĀ”PUM!: verbo, sustantivo, adverbio y adjetivo Ćŗnicos del idioma cohetĆ³nā), pero suficiente para que Ć©l exprese lo que Ć©l quiere expresar, que es exactamente eso: Ā”PUM!, y no otra cosa.
No obstante, el cohetĆ³n posee una calidad argumental y una exactitud dialĆ©ctica devastadora. Su dialĆ©ctica tonante impone un senado de estruendo acostumbrado a prevalecer: La votaciĆ³n no le favoreĀ”PUM! Respete a las instituĀ”PUM! Usted atenta contrĀ”PUM! Las reglas de la democraĀ”PUM!
Cuando el SeƱor de los Cohetones se expresa, a diferencia de los demĆ”s mortales, no queda sino escucharlo. Esto lo saben desde hace semanas los cuatro millones de ciudadanos que viven en varios kilĆ³metros a la redonda de la explosiĆ³n. Los bebĆ©s que dormĆan, los ancianos que miraban a ver quiĆ©n pasa, las parturientas que chillaban, los enfermos que convalecĆan, y el resto de las personas a quienes las explosiones en general las aturden, o les producen sobresalto, susto, dolor de cabeza o simplemente terror. Todos carecen de opciones cuando el SeƱor de los Cohetones siente que quiere decir Ā”PUM! y agarra y dice Ā”PUM!
(Hace unos dĆas, por cierto, fallĆ³ un lanzamiento āTultepec, we have a problemā y el cohetĆ³n explotĆ³ en una de las carpas Ć©sas de infonavit mĆ³vil que la UniĆ³n de RepĆŗblicas Resistentes del ZĆ³calo (URRZ) tuvo en el ZĆ³calo, habitada por CĆ©sar YĆ”nez, su Ministro de IdeologĆa, que se aguantĆ³ como los hombres. Desde luego, hubo quien se preguntĆ³ si habrĆa sido un error o si el SeƱor de los Cohetones se candidateaba como Ministro de Guerra. La prensa objetiva y veraz se limitĆ³ a decir que fue muy divertido.)
El cohetĆ³n es a AMLO lo que el relĆ”mpago es a Zeus tonante. El 99.999999 por ciento de la ciudadanĆa se aturde, se jode y se aguanta: el cohetĆ³n es metĆ”fora de AMLO, su ley y su presagio. Ā”PUM! Ā”AMLO habla! Ā”PUM! Y no hay nada que hacer. Porque sĆ, porque asĆ es uno, porque se me pega la gana, porque asĆ es la vida, porque no vale nada la vida, porque no hay ley que impida viajar en metro al ZĆ³calo con quince kilos de pĆ³lvora encima, y si hubiera a quiĆ©n le importa, y, porque de importar, el seƱor dirĆa que aterrorizar a la humanidad es su uso y costumbre, pero que su gusto por aterrar gente es pacĆfico, y que su cohetĆ³n es resistencia civil y que a fin de cuentas, ultimadamente, quĆ© trais cabrĆ³n, quĆ©, quĆ©, quĆ© pedo, pus Ć³rale, pus a ver, pus Ć©ntrale, pus ya, pus hazle como quieras, o quĆ© o quĆ© o quĆ©.
Echar cohetones, a fin de cuentas, tambiĆ©n es democracia (Ā”PUM!).
Es un escritor, editorialista y acadĆ©mico, especialista en poesĆa mexicana moderna.