En la muerte de Haroldo Campos

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Qué palabra, mi amigo, te ha arrastrado
con ella, qué vocablo de qué fábula.
Aún escucho tu risa atravesar
la espesa niebla de la nada.

Bajo el triángulo de verano
todo muere y renace, y la mañana
oscura nace y muere. Muere y nace
la máquina del mundo en tus palabras.

Para todo hay un tiempo, y todo va
hacia un solo lugar. Estrellas magas
juegan ahora al ajedrez contigo
en medio de la densa niebla-nada.

En este agosto de tu nacimiento
y de tu desnacer, tu verbo aplaca
la sed de Dios, cuya memoria aloja
todo poema, y vaga en su mirada.

Aquí comienzas: mueres y renaces.
El llanto no me vela tus palabras:
danzan, como tu risa, atravesando
niebla de nadas, todo niebla y nada. ~

— Tegueste, 26 de agosto de 2003

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(Santa Brígida, Gran Canaria, 1952) es poeta y traductor. Ha publicado recientemente La sombra y la apariencia (Tusquets, 2010) y Cuaderno de las islas (Lumen, 2011).


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