Sr. director:
Escribió La Rochefoucauld: "En cierto modo los celos son justos y razonables, puesto que no tienden más que a conservar un bien que nos pertenece o creemos que nos pertenece, en tanto que la envidia es un arrebato que no tolera el bien de los otros". Con motivo de los atentados en los Estados Unidos, varios comentaristas han llamado la atención hacia el papel que pudiera haber jugado la envidia en estos acontecimientos. La respuesta es sencilla: todo. En la casa de los espejos del relativismo siempre existirán argumentos para explicar, reducir y hasta justificar estas conductas, no así para la ley natural que reconoce en su dimensión el mal absoluto y así lo califica.
De paso, la lectura equivocada de Samuel Huntington ha hecho que incluso analistas serios confundan los acontecimientos y deduzcan la existencia de una guerra entre civilizaciones. Osama Bin Laden y demás terroristas musulmanes no representan civilización alguna. Al igual que ETA, el ejército rojo japonés y la banda Bader Meinhoff, sólo representan la anticivilización. –