Éste es, por mucho, el mejor filme de Adam Sandler desde que Paul Thomas Anderson lo dirigiera en Embriagado de amor (2002). Una película que se sale del característico humor fácil del cómico estadounidense. Un bombero mujeriego se ve obligado a fingir una relación gay para ayudarle a su mejor amigo a cobrar la pensión de su difunta esposa. De paso, la cinta se da el lujo de arrojar una emotiva moraleja sobre la tolerancia a las elecciones sentimentales y sexuales de las personas. La presencia de la despampanante Jessica Biel y las actuaciones de los siempre efectivos Ving Rhames y Steve Buscemi dan un plus a esta hilarante película. ~
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