Los glosadores del siglo XXI

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“Anotar el mundo.” Esta es la misión de Genius, un “anotador web” –según se define– que permite apostillar cualquier cosa de cualquier página en internet, similar a como lo hacían en el alto medievo los glosadores que estudiaban y comentaban desde una sola palabra hasta pasajes enteros de textos jurídicos; o como hicieron los monjes copistas que se dieron a la tarea de glosar o explicar códices latinos medievales. Las aportaciones de estos comentaristas resultaron ser, en muchos de los casos, tan o más relevantes que el texto que anotaban, así sucedió con las glosas emilianenses y silenses que ocupan un lugar imperecedero en la historia de la lengua y la literatura españolas.

La razón de ser de las glosas es explicar, fungir como un espacio apto para desmenuzar pasajes oscuros y de interpretación problemática, pero también para definir conceptos o traducirlos; son una suerte de guía para los futuros lectores del texto primario, tanto para aquellos coetáneos a los glosadores como para lectores del tiempo por venir. La glosa, esa nota o comentario al margen o entre las líneas de un texto escrito, devino en un género literario propio, y dejó de ser solo un método de lectura y se convirtió en uno para producir textos. Algunos, como los poetas medievales castellanos Gonzalo de Berceo y Juan Ruiz, se desarrollaron en este género con maestría al grado de incluir glosas de su autoría en sus propias creaciones.

La propuesta de Genius, podríamos decir, es la de crear un glosador contemporáneo, un glosador del siglo XXI. O la versión mejorada de un glosador, porque permite anotar utilizando gifs, imágenes, links a más páginas que conducen, a su vez, a más páginas con más referencias. Las posibilidades son infinitas. ¿Cómo funciona? Se crea una cuenta y se instala una extensión en el navegador. A través del cursor, el usuario puede subrayar la palabra o el fragmento que quiere anotar. La extensión en el navegador permite no solo comentar cualquier página web sino ver los comentarios que otros usuarios de Genius han hecho a la página o texto en cuestión. Genius materializa “la posibilidad de anotar cualquier página en internet”, pero es fácil percatarse de que se trata de algo más que un simple “anotador”: esta herramienta cambia o altera la forma en la que el usuario consume sus hallazgos en internet.

En 2009, este proyecto fue lanzado como Rap Exegesis, porque pretendía ser algo así como una “Wikipedia del rap”. Poco después cambió su nombre a Rap Genius y, a pesar de ello, no se limitó a dicho género musical; de hecho, permitió comentar cualquier escrito, de Shakespeare a la Biblia. Su siguiente paso fue dar el mayor espacio posible al consumidor de la página web para opinar. Esto pronto atrajo la atención de los artistas y autores de la información original. Algunos se molestaron por esta manipulación de sus composiciones, como el caso de un rapero que públicamente llamó “cretinos irresponsables e irrespetuosos” a los usuarios de Rap Genius. Otros, por el contrario, entraron al juego, y obtuvieron cuentas verificadas. Eminem, Rihanna, Justin Bieber y muchos más compositores y músicos han recurrido a esta herramienta para anotar canciones propias y ajenas.

Medios de comunicación (abc News), políticos (Barack Obama, Hillary Clinton) y organizaciones gubernamentales han sacado provecho de Genius. Desde inicios de este año, la página de la Casa Blanca incluye notas con anécdotas y elementos que dan contexto a algunos discursos. (Resulta inevitable pensar qué habría sido del mítico “lo que el presidente quiso decir” de Rubén Aguilar de haber existido esta herramienta durante el sexenio de Vicente Fox. ¿Habríamos encontrado glosas o parches añadidos después de algún discurso?)

Escritores, como Junot Díaz, Michael Chabon y Margaret Atwood, también han sabido aprovechar las bondades de Genius pero, a diferencia de los músicos-glosadores que a menudo anotan letras ajenas, estos autores han hecho comentarios sobre su propia obra. Judith Butler, por ejemplo, la ha utilizado para profundizar en ideas suyas que salieron en una entrevista con Fina Birulés. De hecho, la conclusión a la que llega Butler, tras apostillar una frase de su autoría, puede describir la belleza de una herramienta de estas características: “Oh, yo dije esas palabras, pero ya no estoy segura de lo que significan. Así que me he convertido en una extraña para mí misma cinco años después.” ~

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(Monterrey, 1983) es filóloga.


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