Los sueños de los pájaros
deben anidar por siempre en una nube
como las ramas que acunas tú esta mañana.
Esta intimidad en la que estoy me envuelve.
Un día, tan sólo un día más, lo necesito
para saber quién soy, qué escondes.
No escampes, no abras tu ser,
no dejes ver detrás de ti lo que no eres.
Este sopor, este pudor tan míos están en ti;
un día, tan sólo un día más en tu interior.
No hay paz parecida a ti sobre la tierra
niebla rasante que tocas mi ventana. –