Defensa e ilustraciĆ³n de la literatura latinoamericana en Alemania

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Michi Strausfeld

Mariposas amarillas y los seƱores dictadores. AmƩrica Latina narra su historia

Barcelona, Debate, 2021, 576 pp.

Nuestra deuda para con ella es mĆ”s o menos la misma que tenemos para con un Roger Caillois en Francia o un Gregory Rabassa en Estados Unidos. Durante mĆ”s de cuarenta aƱos, entre 1974 y 2016, Michi Strausfeld fue la principal mediadora editorial entre las distintas literaturas de AmĆ©rica Latina y los lectores alemanes, una informada y dinĆ”mica gatekeeper que fomentĆ³, gestionĆ³ y dirigiĆ³ la traducciĆ³n y la publicaciĆ³n de los autores y las obras de nuestro continente desde casas tan prestigiosas como Suhrkamp y Fischer. El fruto de su labor se plasma en un catĆ”logo de aproximadamente doscientos cincuenta tĆ­tulos que constituye un riquĆ­simo muestrario de la producciĆ³n latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX y representa sin lugar a duda el mayor canon de nuestras letras en la lengua de Goethe. Es impresionante, casi abrumador, recorrer hoy esa lista en la que figuran desde precursores del boom, como Rulfo, Carpentier u Onetti, hasta el clĆ”sico cuarteto que componen Vargas Llosa, Fuentes, CortĆ”zar y GarcĆ­a MĆ”rquez, pasando por la poesĆ­a de Paz y las ficciones documentales de TomĆ”s Eloy MartĆ­nez, sin olvidar a algunas voces mĆ”s recientes: Yuri Herrera, Juan Gabriel VĆ”squez o Karina Sainz Borgo.

Como puede adivinarse, Mariposas amarillas y los seƱores dictadores, que se editĆ³ en Alemania hace un par de aƱos y ahora sale en lengua espaƱola bajo el sello de Debate, nos propone una relectura de este ingente catĆ”logo y una recontextualizaciĆ³n del mismo en la trama de las circunstancias personales, profesionales e histĆ³ricas que hicieron posible su construcciĆ³n. Por un lado, el libro se presenta asĆ­ como unas apenas disimuladas memorias de editor, a la manera de aquellas de Por orden alfabĆ©tico (2006) de Jorge Herralde o de las algo anteriores de Mario Muchnik que empezaron a publicarse con el volumen Lo peor no son los autores (1999). Por otro lado, Mariposas amarillas y los seƱores dictadores es tambiĆ©n un intento por servirse del catĆ”logo como de una variada paleta que permita componer un vastĆ­simo fresco de la historia cultural del continente, desde CristĆ³bal ColĆ³n hasta el MĆ©xico de LĆ³pez Obrador, una ambiciosa sĆ­ntesis de seis siglos en quinientas pĆ”ginas, probablemente inspirada en aquellas grandes panorĆ”micas de nuestra novela que solĆ­an armar Emir RodrĆ­guez Monegal o Fernando AĆ­nsa, o quizĆ”s en aquel viejo ensayo documental de Carlos Fuentes que se intitulaba El espejo enterrado (1992). En cualquier caso, con unos y otros comparte tĆ³picos y temas, amĆ©n de una periodizaciĆ³n de la historia latinoamericana que se estructura bĆ”sicamente entre la Conquista, la Independencia y el siglo XX.

A lo largo de sus tres partes y sus diecisĆ©is capĆ­tulos, el libro de Strausfeld trata de establecer continuamente puentes y pasadizos entre estas dos perspectivas, la macro y la micro, integrando a obras y autores del catĆ”logo en las grandes narrativas histĆ³ricas y coronando cada capĆ­tulo con una breve crĆ³nica que, en un tono mĆ”s personal e Ć­ntimo, nos cuenta un momento especial de la relaciĆ³n entre la editora y los escritores latinoamericanos a los que hizo traducir y publicar en Alemania. Para algunos lectores (y me incluyo entre ellos), las pĆ”ginas mĆ”s logradas y entraƱables del ensayo se hallan en estas secciones, pues en ellas se nos relata fragmentariamente una pequeƱa historia que a menudo no resulta menos sorprendente, azarosa o entretenida que la grande. Para ser breves, digamos que se trata de cĆ³mo una joven filĆ³loga alemana, que se enamora de AmĆ©rica Latina gracias un documental de Hans Domnick, decide viajar a Colombia para escribir su tesis sobre Cien aƱos de soledad (1967) a pesar de las reservas de su director acadĆ©mico, Rafael GutiĆ©rrez Girardot, y, a su regreso a Europa, se une al equipo de Siegfried Unseld en Suhrkamp, quien le ofrece la posibilidad de ser la editora de las principales voces de ese ancho y desconocido mundo que ha saltado al primer plano de la escena internacional tras el boom.

AsĆ­ comenzamos a seguir a Strausfeld por las distintas latitudes de sus viajes entre Europa y AmĆ©rica a lo largo de cuatro dĆ©cadas puntuadas por sus encuentros y desencuentros con algunos de nuestros escritores mĆ”s cĆ©lebres y admirados. La serie se abre en los aƱos setenta, en ParĆ­s y en Frankfurt, donde la descubrimos junto a Carpentier y somos testigos del aprieto en que pone al cubano cuando le reclama la escasa veracidad de la sĆŗbita conversiĆ³n al comunismo de la protagonista de La consagraciĆ³n de la primavera (1978). Unas pĆ”ginas y varios aƱos despuĆ©s, la acompaƱamos en una excursiĆ³n al corazĆ³n del Amazonas con los Vargas Llosa y, entre el calor y los mosquitos, compartimos su perplejidad ante la inopinada recitaciĆ³n del Canto general (1950) de Neruda que el novelista peruano, haciendo gala de sus dotes de actor, emprende en plena selva. MĆ”s tarde, y ya de vuelta a los escenarios urbanos, la vemos dar un inolvidable paseo con CortĆ”zar por el ParĆ­s de Rayuela (1963) mientras se cocina la tardĆ­a traducciĆ³n alemana de la novela, o bien la seguimos de gira de lecturas por Frankfurt, Colonia, Hamburgo, BerlĆ­n y MĆŗnich con un TomĆ”s Eloy MartĆ­nez que no sale de su asombro cuando comprueba que los lectores alemanes estĆ”n dispuestos a pagar en todas esas ciudades para escuchar a un autor sudamericano prĆ”cticamente desconocido.

Son muchos los momentos de esta accidentada y simpĆ”tica crĆ³nica de la vida de nuestra editora que cabrĆ­a citar aun, pero solo voy a mencionar otros dos que, por cierto, ya fueron comentados por Juan Cruz en la reseƱa del libro que publicĆ³ en El PaĆ­s. El primero es el que se intitula ā€œEl mechero de Rulfoā€ y donde nos cuenta cĆ³mo el mexicano se deshace de un encendedor Dupont dejĆ”ndoselo en prenda, o acaso de regalo, de un modo tan indirecto y oblicuo como la producciĆ³n de sentido en sus novelas y cuentos; el segundo es el hermoso retrato de Octavio Paz en Estocolmo, en la entrega del Nobel de Literatura de 1990, y la emotiva evocaciĆ³n de las conversaciones que tiene con Ć©l en Barcelona y ParĆ­s en los aƱos siguientes. Strausfeld no esconde su fascinaciĆ³n ante un hombre al que describe como a un visionario, dotado de una inteligencia excepcional y clarividente. Y bien lo prueba recordĆ”ndonos que los tres asuntos mayores que ocuparon sus Ćŗltimos dĆ­as son hoy justamente tres de nuestros principales problemas: a saber, el inquietante regreso de los nacionalismos, el peligro que representa un capitalismo sin lĆ­mites y la multiplicaciĆ³n de las amenazas a la libertad de expresiĆ³n.

La otra secciĆ³n del libro, la de las grandes narrativas histĆ³ricas, arroja una suma bastante impresionante de informaciones que permiten sin duda que el lector alemĆ”n poco enterado se haga una idea del proceso de formaciĆ³n de AmĆ©rica Latina. Sin embargo, esta secciĆ³n no siempre escapa de los problemas que plantean los ejercicios de divulgaciĆ³n. Me refiero especĆ­ficamente a las generalizaciones que a menudo borran las particularidades, a las visiones panorĆ”micas en las que desaparecen matices y detalles, y, en fin, al afĆ”n de claridad, consensualidad y accesibilidad que obliga continuamente a simplificar y resumir. AsĆ­, aunque Strausfeld nos advierta que su propĆ³sito es narrar la historia de la regiĆ³n a travĆ©s de su literatura y que por tanto darĆ” prioridad a las obras que mejor se presten a ello, resulta difĆ­cil no echar de menos una presencia mĆ”s destacada de Borges a lo largo de estas narrativas. Tampoco es fĆ”cil aceptar que BolaƱo sea apenas una sombra o que Piglia, Saer y Aira brillen por su ausencia.

Con todo, hay que reconocer el inmenso esfuerzo que representa armar semejante relato histĆ³rico y la importancia de las preguntas que suscita esta correlaciĆ³n entre literatura e historia por lo que toca a la comprensiĆ³n que se puede tener de la cultura latinoamericana en la Alemania de hoy. Porque, definitivamente, como en un caleidoscopio de variadas geometrĆ­as, ni la estructuraciĆ³n ni la valoraciĆ³n del corpus de nuestra literatura son las mismas cuando se mira desde BerlĆ­n o desde ParĆ­s o desde Barcelona o desde MĆ©xico. El ensayo de Strausfeld esboza una serie de interrogantes sobre las variaciones y jerarquĆ­as de dicho corpus en su versiĆ³n alemana y, con casos como el de Isabel Allende, nos invita a reflexionar sobre su influencia a nivel internacional. Es mĆ”s, y como si esto fuera poco, Mariposas amarillas y los seƱores dictadores nos llega como un grito de alarma ante la drĆ”stica y rĆ”pida reducciĆ³n de la presencia de la literatura latinoamericana en los mercados europeos actuales, un fenĆ³meno del que la autora da expresa cuenta en su libro y que las cifras confirman aƱo tras aƱo. Mientras muchos de nuestros colegas se cruzan de brazos y consideran que se trata de una tendencia irreversible, casi fatal, Strausfeld escribe un ensayo de quinientas pĆ”ginas para plantar cara y seguir defendiendo en Alemania el lugar de una literatura a la que le ha entregado lo mejor de su tiempo y de su empeƱo desde hace ya medio siglo. Creo que no se puede menos que aplaudir y quitarse el sombrero: chapeau, madame. ~

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