DesinformaciĆ³n: el otro virus a vencer

MaƱaneras con preguntas a modo y seƱalamientos a crĆ­ticos, una discusiĆ³n pĆŗblica partidizada y una opacidad oficial sostenida en los ā€œotros datosā€ suponen retos cada vez mĆ”s complejos para el ejercicio periodĆ­stico en MĆ©xico. Con las elecciones en puerta, separar la verdad de la mentira va a ser crucial.
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Las elecciones intermedias de este aƱo impondrĆ”n a las grandes empresas de comunicaciĆ³n el desafĆ­o de mostrar su peso real en la conformaciĆ³n de la opiniĆ³n pĆŗblica frente a nuevos medios digitales, algunos de ellos abiertamente militantes, con escaso o nulo rigor periodĆ­stico, pero tambiĆ©n frente a la viralidad de las afirmaciones falsas, la informaciĆ³n engaƱosa y la simplificaciĆ³n de la realidad que caracteriza en ocasiones a las redes sociales. Por otro lado estarĆ”n el presidente y su partido, quienes hace tres aƱos capitalizaron el descontento social y la esperanza de renovaciĆ³n para convertirse en gobierno, posiciĆ³n desde la cual han establecido una relaciĆ³n con frecuencia rĆ­spida con diversos medios y periodistas, a los que se ha etiquetado como ā€œconservadoresā€ y cuyos cuestionamientos son interpretados como una afrenta contra la narrativa oficial del cambio.

AdemĆ”s de buscar minar la credibilidad de ese sector incĆ³modo de la prensa y lanzar ofensivas en las redes contra espacios informativos y comunicadores a los que se considera adversarios, desde el poder se ha dado megĆ”fono a medios digitales pequeƱos, sin lectores ni anunciantes, pero manifiestamente a favor del proyecto de AndrĆ©s Manuel LĆ³pez Obrador, los cuales desde las primeras filas de las conferencias matutinas de Palacio Nacional elogian y hacen preguntas a modo al presidente. Un episodio significativo se dio a mediados de febrero del aƱo pasado, cuando en medio de una ronda de preguntas sobre la violencia feminicida en el paĆ­s y las protestas de mujeres ante la falta de acciones contundentes de las autoridades, un reportero del sitio NaciĆ³n 14 cortĆ³ los cuestionamientos. ā€œCreo que usted ya hablĆ³ suficiente del tema. Vamos a cambiar, por favorā€, dijo, para pasar a preguntarle al presidente sobre el juego de pelota mixteca.

(( Conferencia de prensa matutina del presidente AndrĆ©s Manuel LĆ³pez Obrador, viernes 14 de febrero de 2020.
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En pleno aƱo electoral, el jefe del ejecutivo ha amagado tambiĆ©n con iniciar una confrontaciĆ³n con el propio Instituto Nacional Electoral (INE), al que acusĆ³ de querer censurarlo y silenciarlo, y de atentar contra la libertad, pues este Ć³rgano determinĆ³ que la transmisiĆ³n Ć­ntegra de sus conferencias constituye una suerte de propaganda gubernamental, cuya difusiĆ³n estĆ” prohibida por ley durante las campaƱas. LĆ³pez Obrador ha seƱalado incluso al consejero presidente del instituto, Lorenzo CĆ³rdova, de haber solapado fraudes electorales y avalar prĆ”cticas antidemocrĆ”ticas.

Javier Aparicio, profesor-investigador de la DivisiĆ³n de Estudios PolĆ­ticos del CIDE, admite que hay razones para pensar que desde el poder se busca socavar la confianza en los medios y en las autoridades electorales. Y es que, desde su narrativa, AndrĆ©s Manuel LĆ³pez Obrador sugiere haber llegado a la presidencia ā€œa pesarā€ de las instituciones y ā€œa pesarā€ de los periodistas hoy crĆ­ticos de su gobierno y, por tanto, enemigos de la transformaciĆ³n.

Recientemente aspirante a consejero electoral, Aparicio expone que es habitual que los ganadores, ademĆ”s de agradecer a los votantes y al pueblo, reconozcan el papel de las autoridades electorales. No obstante, con todo y el triunfo de 2018, el actual mandatario nunca le ha concedido mĆ©ritos al INE; por el contrario, lo ha puesto junto con los otros organismos autĆ³nomos y los partidos de oposiciĆ³n en el cajĆ³n de los adversarios polĆ­ticos, estrategia que busca el desgaste de los contrapesos a los ojos de los ciudadanos.

Lo mismo ocurre con un sector de la prensa que hoy parece estorbarle y al que el presidente incluso ha llamado ā€œhampa del periodismoā€, aunque en su momento haya criticado de manera dura a los gobiernos priistas y panistas, y haya puesto al descubierto escĆ”ndalos de corrupciĆ³n que le dieron municiones para ganar en las urnas.

ā€œCreo que el paĆ­s atraviesa por momentos muy difĆ­ciles y el gobierno no estĆ” consiguiendo los resultados que esperaba y que prometiĆ³. En ese sentido, el presidente quisiera vender su versiĆ³n de la historia en la que los malos resultados tienen que ver con la corrupciĆ³n del pasadoā€, versiĆ³n que, sin embargo, nadie le estĆ” comprando. ā€œSi a Morena le va bien en las prĆ³ximas elecciones ā€“aƱade el acadĆ©micoā€“, nos volverĆ”n a decir que fue a pesar de las instituciones. Pero si ello no ocurre, volverĆ” a ponerse en duda la imparcialidad del Ć”rbitro, en un intento por fortalecer el poder del ejecutivo, quien reclama para sĆ­ ser la Ćŗnica opciĆ³n de cambio, la verdadera alternancia y el verdadero representante del pueblo.ā€

El valor del periodismo profesional

RaĆŗl Trejo Delarbre, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, reconoce que existe un riesgo de que la desinformaciĆ³n se imponga este aƱo, pese a que hay una enorme diversidad de medios, en contraste con otros tiempos en los que la mayorĆ­a de ellos estaban comprometidos con una sola versiĆ³n de los acontecimientos: la oficial. Considera, empero, que el mayor peligro que se presenta es que los simpatizantes de las diversas causas polĆ­ticas solamente consuman informaciĆ³n originada por quienes alimentan su causa en particular, limitando su visiĆ³n del panorama completo.

ā€œPor una parte, es muy posible que los adherentes del presidente LĆ³pez Obrador y su partido Morena vean limitada su visiĆ³n de los asuntos pĆŗblicos si solamente se informan en redes de simpatizantes, medios fieles a esta fuerza polĆ­tica y espacios como las conferencias del presidente de la repĆŗblica. Del otro lado, los que tienen una opiniĆ³n crĆ­tica es muy posible que solo atiendan a versiones que cuestionan las distorsiones a cargo del gobierno federal y que dejen de escuchar y leer lo que dicen el presidente y sus partidarios. SĆ© que es muy difĆ­cil plantear una autĆ©ntica conversaciĆ³n en Ć©pocas de polarizaciĆ³n como la que vivimos, pero yo esperarĆ­a que los ciudadanos buscaran informarse, que atendieran los argumentos de ambas partes y que, despuĆ©s de haberse informado y de haber conocido lo que dicen unos y otros, tomen la decisiĆ³n sobre el sentido de su voto.ā€

Trejo Delarbre piensa que lo deseable es que los medios profesionales asuman durante el actual proceso las funciones que estĆ”n llamados a cumplir en una democracia, es decir, cotejar y publicar hechos, corroborar lo que dicen los actores pĆŗblicos, aclarar las mentiras y propiciar el debate pĆŗblico y la confrontaciĆ³n de ideas.

En relaciĆ³n con la informaciĆ³n engaƱosa y las versiones interesadas difundidas por pequeƱos medios incondicionales y notoriamente partidarios, el tambiĆ©n columnista de La CrĆ³nica de Hoy afirma que el periodismo profesional es de manera natural un contrapeso del periodismo militante: ā€œAl informar, dar cuenta de los asuntos pĆŗblicos, ofrecer a los ciudadanos elementos para entender estos asuntos y ofrecer datos duros mĆ”s allĆ” de los dichos de los actores polĆ­ticos, es natural que los medios profesionales confronten la desinformaciĆ³n.ā€

En la misma lĆ­nea se ubica Luis Miguel GonzĆ”lez, director editorial de El Economista, quien cree que la mayor aportaciĆ³n que pueden hacer los medios fuertes en un proceso complejo como el que estĆ” viviendo MĆ©xico es ā€“mĆ”s que ser los primeros en publicarā€“ producir trabajos con el mĆ”ximo de calidad y apego a la verdad en el sentido de la mĆ”xima del New York Times: ā€œBe first, but first be right.ā€

Sobre la entrada al ecosistema mediĆ”tico de varios sitios que difunden versiones parciales, datos errĆ³neos o sesgados y que buscan ganar clics ajustĆ”ndose a las expectativas, convicciones o ilusiones de un grupo de personas, el periodista se niega a ver a los lectores o a la audiencia como menores de edad. Y apunta: ā€œLa pregunta con frecuencia es quĆ© mĆ”s tenemos que hacer para llegar a las personas comunes y corrientes como lo hacen esos sitios, pero probablemente haya que plantear la pregunta al revĆ©s: ĀæquĆ© les debemos exigir a las personas que nos leen?ā€

ā€œMucha gente quiere tener opiniones fuertes sobre temas complejos, dedicĆ”ndole menos de un minuto al tema, y eso nunca va a funcionar. Por eso es muy importante convencer al lector de que hay temas que no son fĆ”ciles y que debe abandonar toda esperanza de que en ciento cuarenta caracteres se puede explicar el ABC de un tema complejo. No quiere decir que los medios no tengamos que esforzarnos mĆ”s y hacer mĆ”s periodismo explicativo sobre muchos temas, pero si pudiĆ©ramos hablar de un new deal entre medios y sociedad, parto del supuesto de que la audiencia tiene que comprometerse a informarse mĆ”s. En sĆ­ntesis ā€“agregaā€“ no debemos rendirnos en esta bĆŗsqueda de desarrollar audiencias mĆ”s adultas y de mayor calidad.ā€

Las maƱaneras, espacio de campaƱa

Desde el inicio de la actual administraciĆ³n, el presidente y sus simpatizantes han insistido en que las conferencias de prensa que se realizan todos los dĆ­as en Palacio Nacional son un ejercicio de transparencia y rendiciĆ³n de cuentas Ćŗnico en el mundo; un ā€œmodelo de comunicaciĆ³nā€ que permite al pueblo ejercer su derecho a la informaciĆ³n de manera directa. No obstante lo anterior, la propia Oficina de la Presidencia ha admitido que lo que el titular del ejecutivo federal declara en discursos y mensajes pĆŗblicos no estĆ” necesariamente respaldado en informaciĆ³n que permita contrastar sus dichos.

((Respuesta de la Oficina de la Presidencia de la RepĆŗblica a la solicitud de informaciĆ³n pĆŗblica con folio 0210000048119.
 
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El mismo LĆ³pez Obrador ha afirmado que en sus conferencias suele hablar sin un guion preestablecido. ā€œNo crean que yo vengo aquĆ­ ya con ideas analizadasā€, dijo en agosto pasado, aunque algunos de sus crĆ­ticos creen que esta comparecencia pĆŗblica que hace todos los dĆ­as hĆ”biles es parte de una estrategia para distraer la discusiĆ³n pĆŗblica o mediĆ”tica de problemas cruciales como la economĆ­a, la inseguridad o la salud.

Sean cuales fueren las motivaciones detrĆ”s de la retĆ³rica presidencial, desde Palacio se atiza la beligerancia contra medios y periodistas, intelectuales crĆ­ticos, instituciones acadĆ©micas y empresarios, a quienes se trata como cĆ³mplices de una conjura, al punto de deslizar la idea de que conforman un grupo de desleales que buscan dar un golpe de Estado.

((El 2 de noviembre de 2019, LĆ³pez Obrador escribiĆ³ en su cuenta de Twitter que la transformaciĆ³n que encabeza cuenta ā€œcon el respaldo de una mayorĆ­a libre y consciente, justa y amante de la legalidad y de la paz, que no permitirĆ­a otro golpe de Estadoā€ en nuestro paĆ­s.
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 ā€œDespuĆ©s de Madero, soy el presidente mĆ”s atacado de la historiaā€, ha sostenido en varias ocasiones el actual mandatario.

Para Luis Estrada, director general de SPIN-Taller de ComunicaciĆ³n PolĆ­tica, las conferencias de prensa son una herramienta poderosa para fijar agenda y hacer manejo de crisis. Sin embargo, al menos el primer objetivo de este ejercicio diario de comunicaciĆ³n que encabeza el presidente LĆ³pez Obrador estĆ” lejos de cumplirse, ya que, dice, las primeras planas de los principales periĆ³dicos de circulaciĆ³n nacional no suelen retomar como nota principal lo que ahĆ­ se plantea, sea por lo engaƱoso de su contenido o por lo repetitivo de las afirmaciones, lo que las hace perder interĆ©s periodĆ­stico.

SegĆŗn un anĆ”lisis de SPIN, hasta el 31 de marzo pasado, se habĆ­an hecho 48 mil 906 afirmaciones no verdaderas en 578 conferencias matutinas encabezadas por LĆ³pez Obrador. De ahĆ­ que la percepciĆ³n de Estrada es que, mĆ”s que informar, las maƱaneras buscan generar un clima de debate duradero, como parte de un modelo empleado por otros gobiernos populistas del continente, pero con herramientas distintas a las conferencias, como programas de radio o redes sociales.

ā€œEl presidente ā€“diceā€“ estĆ” en campaƱa permanente. Salir todos los dĆ­as a hablar de logros que ameriten una conferencia es muy complicado; por eso, cuando se le pregunta algo, recurre a las anĆ©cdotas histĆ³ricas, hace referencia a enemigos reales o imaginarios y con frecuencia no tiene la informaciĆ³n o no luce bien preparado para lidiar con los medios serios. Sin embargo, Ć©l sabe que su presencia todos los dĆ­as ahĆ­ tiene un efecto en la gente, pues la maƱanera es un acto de autoridad del jefe del Estado y del gobierno, que se realiza con recursos pĆŗblicos, desde Palacio Nacional y con el escudo y la bandera nacional presentes.ā€

Sobre la dinĆ”mica que consiste en acreditar como reporteros y dar el micrĆ³fono a preguntadores afines al Ć”rea de ComunicaciĆ³n de la presidencia para que se lancen y adjetiven contra periodistas con trayectoria, mientras el presidente calla, Estrada no ve tanto la intenciĆ³n de empoderar a estos medios comparsas para crear un equilibrio, sino de desacreditar a quienes realmente fungen como watchdogs o vigilantes del poder para que todo cuanto publiquen tenga la apariencia de falso.

Luis Miguel GonzĆ”lez, de El Economista, cree que el periodismo serio debe reaccionar y ser contrapeso de lo que se dice en las conferencias, pero tambiĆ©n debe recordar que el poder no solo estĆ” en Palacio Nacional y que el trabajo no se agota en una observaciĆ³n con lupa de lo que se dice entre las 7:00 y las 9:00 de la maƱana. ā€œYo no creo que la maƱanera sea una especie de aleph donde estĆ” todo el universo. De tal manera, el reto no es parar todos los dĆ­as la oreja a la conferencia del dĆ­a, sino tener los sentidos muy abiertos a la realidad. El presidente puede decir cosas como que lo peor de la crisis ya pasĆ³ y que hay una recuperaciĆ³n econĆ³mica; pero lo que nos toca a nosotros es buscar a trabajadores, empresarios y analistas que pongan en perspectiva quĆ© estĆ” pasando en la economĆ­a y no quedarnos con lo que el presidente dice sobre ella.ā€

DesinformaciĆ³n y polarizaciĆ³n

Para WAN-IFRA, la AsociaciĆ³n Mundial de Editores de Noticias, no debe olvidarse que MĆ©xico es una democracia emergente, que saliĆ³ de un sistema de partido Ćŗnico a inicios de este siglo, hace apenas escasos veintiĆŗn aƱos. En ese sentido, el papel de los medios como contrapoder independiente es necesario para alcanzar una democracia plena. Rodrigo Bonilla Hastings, director regional para las AmĆ©ricas de la agrupaciĆ³n, aƱade que este rol toma aĆŗn mĆ”s relevancia al momento de una elecciĆ³n, en la que la distribuciĆ³n de una gran parte del poder polĆ­tico estĆ” en juego.

En su visiĆ³n, el actual titular del ejecutivo tiende a jactarse de que a travĆ©s de las conferencias matutinas se rinden cuentas a los mexicanos, pero en la prĆ”ctica estas son una tribuna desde la cual se desinforma y se hace propaganda. Frente a ello, el rol de los medios es denunciar cuando esto se da, contrarrestar los mensajes engaƱosos, rectificar y difundir informaciĆ³n verificada. La desinformaciĆ³n, prevĆ©, tendrĆ” sin duda un peso importante en la disputa electoral de junio.

ā€œEn MĆ©xico hay terreno fĆ©rtil para que la desinformaciĆ³n abunde en los prĆ³ximos meses y eso se puede observar a travĆ©s de tres factores entrelazados. El primero es la relaciĆ³n con la crĆ­tica y la disidencia por parte del titular actual del poder ejecutivo: no duda en desacreditar y estigmatizar pĆŗblicamente a aquellos periodistas y medios que cuestionan o critican su gestiĆ³n, y a las instituciones u Ć³rganos autĆ³nomos que ejercen un control sobre su gobierno. En el mismo sentido, llama la atenciĆ³n la desvalorizaciĆ³n de la verdad, la ciencia y la experticia.ā€

ā€œFinalmente ā€“asegura Bonillaā€“, desde el ejecutivo se estĆ” cimentando una visiĆ³n maniquea de la realidad, ignorando las complejidades de la sociedad y alimentando la polarizaciĆ³n en el debate pĆŗblico; dividiendo este Ćŗltimo entre los partidistas de su gobierno que obran por el bien del paĆ­s y sus opositores, presentados como enemigos del pueblo mexicano. Todo esto promueve un caldo de cultivo propicio para que nazcan campaƱas de desinformaciĆ³n apuntadas a cualquier persona o instituciĆ³n dispuesta a cuestionar o criticar al presidente o su gestiĆ³n.ā€

A propĆ³sito de los intentos por desacreditar a voces crĆ­ticas, en febrero se dio a conocer que, en la actual administraciĆ³n, el Consejo Nacional de Ciencia y TecnologĆ­a (Conacyt) destinĆ³ 5.8 millones de pesos a un proyecto con fines ideolĆ³gicos del Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS), dirigido por John M. Ackerman, uno de los propagandistas mĆ”s activos de LĆ³pez Obrador.

Ese mismo mes, el laboratorio digital Tlatelolco Lab, del PUEDJS, presentĆ³ un documento que analizaba supuestas ā€œestrategias de desinformaciĆ³n y deslegitimaciĆ³nā€ del discurso oficial por parte de actores ā€œque antes ocupaban posiciones de poder y que hoy van perdiendo sus privilegiosā€. MĆ”s llamativas, sin embargo, son las conclusiones que hablan de una ā€œnarrativa opositoraā€ en la que participa ā€œprensa extranjera vinculada a intereses polĆ­ticos en MĆ©xicoā€, asĆ­ como un grupo de gobernadores que busca deslegitimar las decisiones del gobierno federal para posicionarse en sus respectivos mapas polĆ­ticos locales.

A decir de este estudio hay una cierta complicidad entre medios y personajes de redes sociales para ā€œmanipular los flujos de informaciĆ³n a travĆ©s de diversas estrategias, con el objetivo de alcanzar fines polĆ­ticos e incidir en la opiniĆ³n pĆŗblicaā€, asĆ­ como en las percepciones, actitudes y conductas de la ciudadanĆ­a para ā€œimponer una forma de entender el mundoā€.

Las redes sociales, campo de combate TambiĆ©n en febrero, el senador de Morena Ricardo Monreal hizo pĆŗblica una iniciativa para, supuestamente, proteger la libertad de expresiĆ³n en las redes sociales y otorgar al Estado la facultad de establecer controles cuando se considere que contribuyen a difundir informaciĆ³n falsa. Esto ocurriĆ³ luego de que Twitter decidiĆ³ suspender varias cuentas afines al gobierno de la 4T, por violar reglas y polĆ­ticas sobre spam y manipulaciĆ³n de la plataforma,

((El 28 de enero pasado, el equipo de Twitter MĆ©xico explicĆ³ a los medios que se detectĆ³ la creaciĆ³n de cuentas mĆŗltiples por parte de una sola persona, asĆ­ como de cuentas automatizadas y de cuentas falsas que funcionan como ā€œacarreados digitalesā€.
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 y despuĆ©s de que el presidente LĆ³pez Obrador acusĆ³ al director de PolĆ­tica PĆŗblica de Twitter MĆ©xico y AmĆ©rica Latina de tener relaciĆ³n con el pan, poniendo en duda la neutralidad de la empresa.

A decir de la Red en Defensa de los Derechos Digitales, la propuesta empleaba una definiciĆ³n tan vaga de ā€œredes socialesā€ que, de aprobarse, serĆ­a aplicable no solo a plataformas como Twitter, Facebook o Instagram, sino incluso a portales de noticias que permiten comentarios. Asimismo, el amago de iniciativa apuntaba a regular arbitrariamente cualquier sitio con mĆ”s de un millĆ³n de usuarios o suscriptores ā€“categorĆ­a en la cual caerĆ­an medios crĆ­ticos importantes como Reforma, El Universal o El Financiero, entre otrosā€“, imponiendo controles autoritarios contrarios a los principios de un paĆ­s democrĆ”tico.

Sobre las medidas que ya se toman ante la difusiĆ³n de informaciĆ³n errĆ³nea, Facebook detallĆ³, en respuesta a una solicitud de entrevista, que cuenta con un equipo de fact-checkers independientes que contribuyen a reducir la difusiĆ³n de noticias falsas y otros tipos de desinformaciĆ³n viral, como fotos o videos manipulados. Sin embargo, las figuras polĆ­ticas no pasan por el tamiz de esa verificaciĆ³n de datos.

ā€œNo creemos que sea apropiado que arbitremos los debates polĆ­ticos e impidamos que el discurso de un polĆ­tico llegue a su audiencia y sea objeto de debate y escrutinio pĆŗblicoā€, explica un vocero del Ć”rea de Policy Communications de Facebook MĆ©xico. ā€œSi alguien hace una declaraciĆ³n o comparte una publicaciĆ³n que infringe las normas de nuestra comunidad, seguiremos permitiĆ©ndola en nuestra plataforma si creemos que el interĆ©s pĆŗblico por verla supera el riesgo de daƱo.ā€

A la hora de sopesar esto, la empresa toma en cuenta las circunstancias especĆ­ficas de cada paĆ­s, por ejemplo, si hay un proceso electoral en curso ā€“como en el caso de MĆ©xicoā€“. Al evaluar el riesgo de daƱo de un discurso polĆ­tico, se considera la gravedad del mismo. Un contenido que incite a la violencia, por ejemplo, puede suponer un riesgo para la seguridad que supere el valor del interĆ©s pĆŗblico.

Sobre la decisiĆ³n de suspender el acceso del expresidente de Estados Unidos Donald Trump a sus cuentas de Facebook e Instagram, se explica que la decisiĆ³n fue tomada bajo ā€œcircunstancias extraordinariamente excepcionalesā€. ā€œNuestra visiĆ³n es que en las democracias abiertas las personas tienen derecho a escuchar lo que sus polĆ­ticos estĆ”n diciendo para que estos sean responsabilizados. Pero eso no significa que puedan decir lo que les dĆ© la gana. ContinĆŗan sujetos a nuestras polĆ­ticas que prohĆ­ben el uso de nuestra plataforma para incitar a la violencia, y esas fueron las polĆ­ticas que fueron aplicadas cuando tomamos la decisiĆ³n de suspender el acceso del presidente Trumpā€, quien alentĆ³ activamente una insurgencia violenta diseƱada para impedir la transiciĆ³n pacĆ­fica del poder.

Vale decir que se buscĆ³ tambiĆ©n la opiniĆ³n de algĆŗn directivo de Twitter en MĆ©xico, pero no hubo respuesta de la empresa.

Para RaĆŗl Trejo Delarbre, si bien las redes sociales llegan a ser una fuente de desinformaciĆ³n, pues cualquiera puede diseminar en ellas lo que quiera, esto es solo reflejo de la polarizaciĆ³n y las tensiones que ya existen en el espacio pĆŗblico, por lo que no deberĆ­a haber mĆ”s regulaciĆ³n y controles que los que ya existen. ā€œDe una u otra manera ā€“explicaā€“ estas redes generan sus propios anticuerpos que van combatiendo el virus de la desinformaciĆ³n. Y estos anticuerpos surgen de la contribuciĆ³n de otros usuarios que aclaran las mentiras y refutan las falsedades.ā€

Rodrigo Bonilla de WAN-IFRA no tiene duda de que el alcance de estas plataformas de distribuciĆ³n de contenido y la velocidad de difusiĆ³n de informaciĆ³n no verificada, de incitaciĆ³n al odio y la violencia, de contenido discriminatorio, pueden tener consecuencias dramĆ”ticas, como la del asalto a la sede del Congreso estadounidense por parte de simpatizantes de Donald Trump, el pasado 6 de enero.

Recuerda que las redes fueron utilizadas durante meses para difundir y promover la teorĆ­a de un fraude electoral inexistente y teorĆ­as conspirativas descabelladas, ante lo cual Twitter y Facebook titubearon y luego reaccionaron muy tarde y de forma improvisada a la violencia. En su opiniĆ³n, serĆ­a recomendable que estas plataformas asuman la responsabilidad que tienen como distribuidores de contenido potencialmente daƱino, detallen con claridad y transparencia tanto las reglas de publicaciĆ³n y difusiĆ³n de contenido como las sanciones aplicables a quienes no las respetan (lo cual ya hacen en parte), pero, mĆ”s importante aĆŗn, que su implementaciĆ³n se lleve a cabo de forma sistemĆ”tica y oportuna.

ĀæCuĆ”l es entonces el rol de los medios en este contexto electoral?

Para Bonilla es evitar caer en el juego de la polarizaciĆ³n, no perder el norte y llevar adelante el trabajo de brindar a sus lectores y audiencias informaciĆ³n veraz, equilibrada y verificada, que permita que quienes ejercen el poder rindan cuentas.

En sĆ­ntesis, dice RaĆŗl Trejo Delarbre, ā€œen un ambiente electoral, con una sociedad crispada, como lo vamos a tener sin duda, va a ser muy importante que los medios sean un espacio y un actor capaz de separar la verdad de la mentira, de seƱalar las noticias falsas. En segundo lugar, creo que tendrĆ”n que ser supervisores de los discursos de los personajes polĆ­ticos; va a haber mucha palabrerĆ­a y va a ser muy importante que haya medios serios que vayan seƱalando dislates, errores y tambiĆ©n aportaciones de los candidatos. Creo que los medios, si son capaces de destacar hechos, pueden contribuir mĆ”s que nunca a orientar la discusiĆ³n pĆŗblicaā€. ~

 

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Periodista. Autor de Los voceros del fin del mundo (Libros de la Araucaria).


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