El negocio de la pobreza

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Matthew Desmond

Desahuciadas. Pobreza y lucro en la ciudad del siglo XXI

Traducciรณn de Enrique Maldonado Roldรกn

Madrid, Capitรกn Swing, 464 pp.

 

En el programa de formaciรณn de arrendadores financiado por el ministerio de justicia en Milwaukee, la ciudad mรกs grande de Wisconsin (Estados Unidos), enseรฑan a los propietarios que es esencial obtener garantรญas suficientes de que sus inquilinos les van a pagar: โ€œSi tienen una orden judicial de desahucio reciente o un historial de morosidad, no querรฉis alquilarles. Si tienen un desahucio, ยฟquรฉ os hace pensar que a vosotros sรญ os pagarรกn?โ€ Y si la cosa se pone fea con el arrendatario, el propietario debe tenerlo claro: โ€œVenga, repite conmigo: esta es mi propiedad.โ€

Con estas premisas, un arrendador con una treintena de viviendas ocupadas por personas por debajo del umbral de la pobreza puede ingresar unos 20.000 dรณlares al mes en alquileres. Es el caso de Sherrena Tarver, una de las protagonistas de Desahuciadas. Pobreza y lucro en la ciudad del siglo XXI, con un patrimonio neto de dos millones de dรณlares. โ€œEl barrio mola. Se puede hacer un montรณn de pastaโ€, suele decir. Del otro lado estรก gente como Lamar, que ingresa 628 dรณlares al mes y debe destinar 550 al alquiler. Asรญ que solo le quedan 2,19 dรณlares diarios para sacar adelante a sus hijos, una labor mรกs que complicada para alguien con dos piernas amputadas por congelarse cuando vivรญa en la calle.

โ€œUn alojamiento decente y asequible deberรญa ser un derecho bรกsico para todosโ€ โ€“dice Matthew Desmond (San Josรฉ, 1980), autor de la obra premiada este aรฑo con el Pulitzer de no ficciรณnโ€“. โ€œLa razรณn es sencilla: sin un alojamiento estable, el resto se desmorona.โ€ Sin un alojamiento estable desaparece el hogar, el โ€œrefugio de la rutina del trabajo, la presiรณn del colegio y las amenazas de la calleโ€. Los desahucios envรญan a las familias a albergues, a barrios peligrosos o a quedarse sin techo. Crece el riesgo de sufrir una enfermedad o una depresiรณn. Y un desahucio, a menudo, conlleva la pรฉrdida del empleo.

Desahuciadas es una โ€œexposiciรณn profundamente investigada que muestra cรณmo los desahucios masivos despuรฉs de la crisis econรณmica de 2008 fueron menos una consecuencia que una causa de la pobrezaโ€, como justifica el jurado del Pulitzer. Segรบn Desmond, cuando las personas tienen un sitio fijo en el que vivir se convierten en mejores padres, trabajadores y ciudadanos. Pero en Estados Unidos se expulsa de sus hogares a millones de personas cada aรฑo, cuando โ€œhasta hace no mucho, la mayor parte de las familias en rรฉgimen de alquiler cumplรญaโ€ con sus pagos.

La pobreza, sostiene Desmond, se ha convertido en un lucrativo negocio, y nadie la habรญa abordado desde el punto de vista de los desalojos, que se han convertido en algo habitual en los barrios mรกs humildes. Tanto que Arleen, una mujer retratada en Desahuciadas, no se planteรณ pedir ayuda a ningรบn familiar cuando a tres dรญas de la semana mรกs frรญa en una dรฉcada, con una sensaciรณn tรฉrmica prevista de cuarenta grados bajo cero, no tenรญa un hogar donde dormir. โ€œA lo largo de los aรฑos habรญa aprendido a pedir ayuda a su tรญa favorita solo en casos reales de emergencia, y los desahucios no lo eran.โ€

Desmond viviรณ entre 2008 y 2009 en casas prefabricadas, de calidad รญnfima, para entender las vidas y los problemas a los que se enfrentan los pobres. Los acompaรฑรณ cuando tenรญan que pagar sus atrasos, cuando pintaban sus casas, cuando iban a misaโ€ฆ โ€œExcepto que asรญ se indique, fui testigo de primera mano de todos los sucesos que se produjeron durante ese periodo de tiempoโ€, dice el autor en una nota introductoria. Desmond no solo acompaรฑรณ a los vecinos que malvivรญan para llegar a fin de mes, tambiรฉn a los propietarios: Sherrena estaba enamorada de su trabajo y querรญa que la gente supiera โ€œlo que los caseros tienen que pasarโ€.

Desahuciadas es la historia de ocho familias arrasadas por los procesos de desalojo en Milwaukee, un โ€œรกrea metropolitana de mediano tamaรฑo bastante tรญpicaโ€ que representa de forma aceptable lo que ocurre en otras ciudades. Sin embargo, Desmond no encontrรณ ningรบn estudio que aportara datos estadรญsticos de valor. El autor del libro no es reportero, sino un sociรณlogo que da clases en Harvard, y encargรณ encuestas que revelaron datos sorprendentes: uno de cada ocho residentes en rรฉgimen de alquiler en Milwaukee ha sido desahuciado alguna vez, buena parte de los desalojos se producen en barrios negros, y dentro de esos barrios las mujeres tienen una probabilidad de ser desahuciadas mรกs de dos veces superior a la de los hombres.

La presencia de niรฑos en la vivienda triplica las posibilidades de ser desahuciado: โ€œEl efecto de vivir con niรฑos es el equivalente al impago de cuatro meses de alquiler.โ€ Y en la mayorรญa de las ocasiones en que los dueรฑos reciben una notificaciรณn por molestias relacionadas con violencia domรฉstica, responden con desahucios o amenazas. Las mujeres maltratadas se enfrentan a โ€œuna espinosa elecciรณn: guardar silencio y asumir los maltratos o llamar a la policรญa y asumir su desahucioโ€.

El proceso de los desahucios permitรญa a Desmond abordar la pobreza a partir de un vรญnculo que implica a pobres y ricos en una relaciรณn de dependencia, que era su objetivo. Pero no se queda en la mera exposiciรณn del problema, tambiรฉn propone soluciones. Grandes soluciones, como priorizar el acceso a la vivienda, y otras realizables a corto plazo: ampliar la asistencia legal gratuita e introducir en el debate el concepto de explotaciรณn.

โ€œEs un tรฉrmino que nos habla del hecho de que la pobreza no es solo un producto de los bajos ingresos. Es tambiรฉn un producto de los mercados extractivosโ€, escribe Desmond, que plantea introducir un programa universal de vivienda bonificada. Eso asegurarรญa unos ingresos mรกs estables a los propietarios y evitarรญa tratar el derecho a techo como un mero negocio, โ€œalgo que sencillamente da beneficiosโ€.

Mientras que el gasto federal en asistencia directa para vivienda se quedรณ en 2008 en 40.200 millones, los beneficios fiscales para la compra ascendieron a 171.000 millones. Es decir, la mayorรญa de los subsidios se destinan a las familias con rentas altas. Desmond propone distribuir de otra manera los fondos. Si la pobreza persiste en Estados Unidos, concluye, no es por falta de recursos. ~

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