Según el US Census 2010, los cheyenes eran 19,051. Según la Wikipedia en inglés, solo 380 hablaban cheyene en 2020.
No se sabe cómo llegaron a los Grandes Lagos. Hay testimonios arqueológicos de que en el siglo XVI o XVII emigraron a las Grandes Llanuras. En 1680, descubrieron a los franceses encabezados por el explorador Robert de La Salle, y lo invitaron a visitarlos. (K. Kris Hirst, “Cheyenne people: history, culture, and current status”, actualizado el 25 de febrero de 2020.)
Pero no recibieron una actitud amistosa. El expansionismo occidental de los colonos los despojó de sus territorios y los obligó a vivir en reservaciones.
La primera (1867) fue la de Oklahoma, compartida con los árpajos. De ahí salió un grupo descontento a Montana (donde habían vivido), encabezado por el jefe Estrella Matutina. Fueron perseguidos por el ejército, para obligarlos a volver, pero lograron continuar, con bajas de ambas partes. Finalmente, el gobierno se resignó a otorgarles una reservación aparte en Montana (1884). Hay una película de John Ford sobre esta epopeya: Cheyenne autumn (1964); así como una página de la Wikipedia: “Northern Cheyenne exodus”.
Esta segunda reservación, por su origen rebelde, se ha empeñado en afirmar la cultura cheyene: tiene un college, estaciones de radio, un Cheyenne dictionary (en la web) y hasta una Wikipedia en cheyene.
Cosa notable: las cheyenes tienen un papel destacado en la comunidad. Por ejemplo: actualmente, una mujer preside el college.
Hay página sobre los cheyenes en la Wikipedia de 43 lenguas, videos en YouTube, grabaciones de música en la Biblioteca del Congreso, además de una veintena de libros sobre la etnia. Pero también hay confusiones al buscar, porque el nombre de la etnia también se usa para la capital de Wyoming, algunos autos y camionetas Chevrolet, una banda de rock, cantantes, deportistas, discos, devedés y novelas de vaqueros.
Southern Cheyenne women’s songs (Norman, OK: University of Oklahoma Press, 1994) de Virginia Giglio es un libro admirable. La etnóloga hizo trabajo de campo. Incluye la partitura musical de 32 canciones, cuya letra transcribe en cheyene y traduce al inglés. También ilustraciones, vocabulario, índice de las grabaciones, índice temático y bibliografía. De las páginas 46, 54, 64, 76, 95, 115 y 150 traduzco las siguientes. Llama la atención su originalidad.
Canciones de arrullo
1
Duérmete, niñito,
tú solito.2
Mi cansadito,
mi cansadito.3
A los que abren los ojos
se les ponen rojos.Canción para cambiar pañales
Mi hijito,
mi niñito,
mi apestosito.Canción para que no se sepa en qué mano quedó algo
Llegan cuervos y urracas.
Quieren adivinar.Canto de guerra
Silbando como un alce
listo para embestir,
vas a la guerra.
No te rindas.
Eres un hombre hecho y derecho.Despedida
Amorcito:
Vengo a decirte algo.
No lo tomes tan mal.
Voy a casarme. ~
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.