El 4 de junio de este aรฑo hubo elecciones locales en Coahuila, el Estado de Mรฉxico, Nayarit y Veracruz. Sin lugar a dudas, las contiendas por las gubernaturas del Estado de Mรฉxico y Coahuila destacaron por lucir sumamente reรฑidas: al cierre de las campaรฑas el promedio de las encuestas publicadas sugerรญa que cualquiera de las dos candidaturas punteras podrรญa llevarse el triunfo. De entrada, estos niveles de incertidumbre sobre los resultados fueron una novedad para ambas entidades.
Hoy que conocemos los resultados de estas elecciones vale la pena ponerlos en contexto, ya sea con respecto a otras elecciones recientes, como con respecto a los resultados obtenidos seis aรฑos atrรกs en esos mismos estados. Si se analizan las elecciones para gubernaturas realizadas entre 2003 y 2016, el promedio de votos obtenidos por el PRI y, en su caso, partidos coaligados, fue del 40.6%, un nivel suficiente para mantener el poder en la mayorรญa de las entidades. Por otro lado, solo una de cada diez contiendas en este periodo tuvo un margen de victoria menor a tres puntos porcentuales: la mayorรญa de las elecciones para gubernaturas en Mรฉxico no son reรฑidas. Sin embargo, estas tendencias han cambiado en fechas mรกs recientes: en las doce elecciones para gubernaturas realizadas en 2016 el voto promedio del PRI cayรณ al 36.6%, con lo cual perdiรณ en siete de esas doce contiendas. En ocho de doce contiendas de 2017 hubo alternancia.
Si analizamos los resultados anteriores en el Estado de Mรฉxico y Coahuila, el contraste con las pasadas elecciones tambiรฉn es muy claro. Tan solo hace seis aรฑos, Eruviel รvila y Rubรฉn Moreira consiguieron el 62 y el 61% de los votos en sus respectivas entidades. El pasado 4 de junio, sin embargo, Alfredo del Mazo consiguiรณ el 33.7% de los votos en el Estado de Mรฉxico y Miguel Riquelme el 38.2% en Coahuila. Tras esta comparaciรณn, al menos una conclusiรณn es clara: dos de los otrora bastiones del PRI ahora lucen como entidades promedio en tรฉrminos de su votaciรณn y mรกrgenes de victoria.
Otra lecciรณn que nos deja el anรกlisis comparado de las elecciones locales recientes en Mรฉxico es que los otrora bastiones del PRI no son imbatibles. Hoy por hoy, el PRI ya no gobierna la mayorรญa de las entidades y solo quedan cinco estados donde no ha habido alternancia: Coahuila, Colima (con dos elecciones anuladas), el Estado de Mรฉxico, Hidalgo y Campeche. Existen al menos tres claves para arrebatar un estado bastiรณn de cualquier partido: una coaliciรณn opositora tiene mรกs probabilidades de รฉxito que una candidatura de un solo partido o un escenario con voto fragmentado, una candidatura convincente o de gran calidad y, por รบltimo, una campaรฑa profesional con los menores errores posibles.
Todo lo dicho hasta aquรญ no impide afirmar que estas elecciones tambiรฉn han dejado notas de pesimismo desde diversas aristas. Durante las campaรฑas, las encuestas de opiniรณn seรฑalaban que una abrumadora mayorรญa del electorado en ambas entidades consideraba deseable un cambio del partido en el gobierno. A pesar del desgaste que ha sufrido, de los numerosos escรกndalos de corrupciรณn, de la inseguridad y la violencia, el partido en el gobierno logrรณ retener dos de sus tradicionales bastiones. ยฟCรณmo fue posible que hubiera un claro hartazgo y deseo de cambio y que, al mismo tiempo, no haya habido alternancia en estas entidades?
Dos posibles respuestas son que el gobierno federal y el local intervinieron de tal manera en las campaรฑas โya sea mediante el uso de programas sociales o a travรฉs de un despliegue inusual de secretarios y otros funcionarios en una u otra entidadโ que fueron capaces de revertir una probable derrota en las urnas. Por otro lado, tambiรฉn es posible que la alternancia no haya llegado a estas u otras entidades porque el partido en el gobierno recurriรณ a una maquinaria de movilizaciรณn masiva de votantes โya sea mediante la compra o la coacciรณn del votoโ el dรญa de la jornada electoral.
ยฟExiste evidencia directa de lo anterior? No del todo, puesto que demostrar la compra o coacciรณn del voto es sumamente difรญcil. Sin embargo, se pueden poner a prueba estadรญstica algunas hipรณtesis: de haber ocurrido una movilizaciรณn masiva de votantes es mรกs probable que esta ocurra en zonas rurales y marginadas que en zonas urbanas.
Si analizamos los resultados del PREP del Estado de Mรฉxico a nivel casilla destacan varios patrones preocupantes. El primero tiene que ver con los niveles de participaciรณn electoral. La participaciรณn promedio por casilla fue del 51.3%. Sin embargo, si distinguimos entre casillas urbanas y rurales, la participaciรณn promedio en las primeras fue del 49.2%, mientras que en las rurales fue del 57.6%, es decir, una participaciรณn 8.4 puntos porcentuales mรกs alta en las casillas rurales que en las urbanas.
Como ya se dijo, el cรณmputo distrital del Estado de Mรฉxico resultรณ en el 33.7% de votos para Alfredo del Mazo y el 30.9% a Delfina Gรณmez, una diferencia promedio de nueve votos por casilla en favor del primero. Sin embargo, si separamos los resultados por el tipo de casilla, se observa que en las casillas urbanas Delfina Gรณmez ganรณ por 9.12 votos en promedio, mientras que en las rurales perdiรณ por 63 votos. La ventaja en casillas rurales del PRI, el 25% del total, fue suficiente para revertir el triunfo de Morena en las casillas urbanas.
Si bien evaluar la veracidad o legalidad de estas posibles explicaciones escapa a los alcances de este artรญculo, es claro que toca a los partidos polรญticos derrotados producir las correspondientes impugnaciones donde provean pruebas de sus acusaciones. Hay quien opina que cualquier impugnaciรณn serรก ignorada de entrada por los tribunales. Opino lo contrario: toca a los actores polรญticos poner a prueba los nuevos dispositivos de la reforma electoral de 2014 y la nueva integraciรณn de la Sala Superior del tepjf. Y toca a los รกrbitros de รบltima instancia seรฑalar claramente cuรกles de estos agravios tienen mรฉrito, cuรกles no y explicar el porquรฉ. De ello depende el futuro de la calidad de las elecciones en Mรฉxico. ~
(Puebla, 1972) es doctor en economรญa y profesor-investigador de la Divisiรณn de Estudios Polรญticos del CIDE.