Ilustraciรณn: Manuel Monroy

Yumas

Se llaman a sรญ mismos kutsรกan, โ€˜los que bajaronโ€™, y llegaron al rรญo Colorado hace milenios. De los cuatro mil que habitaban la regiรณn en el siglo XVI, ahora solo quedan unos cientos.
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Cerca de la confluencia de los rรญos Colorado y Gila, y de la colindancia entre Arizona, California, Baja California y Sonora, estรก la ciudad de Yuma, AZ, que creciรณ de 9 mil habitantes en 1950 a 93 mil en 2010. Pero no son yumas.

Empezรณ como un fuerte militar para combatirlos (Fort Yuma). Hay pรกginas de la Wikipedia sobre la Yuma War (1850-1853), Yuma AZ, Fort Yuma y Quechan (nombre de los yumas en inglรฉs); en espaรฑol, sobre Pueblo yuma, Fuerte Yuma y Yuma (la ciudad).

Los yumas llegaron al rรญo Colorado hace milenios. Eran cazadores, pescadores y recolectores. Hacรญan algo de agricultura, aprovechando los desbordamientos anuales del rรญo para sembrar.

En 1774, los encontrรณ el explorador novohispano Juan Bautista de Anza, que buscaba una ruta a California y llegรณ hasta San Francisco. El encuentro fue amistoso. Cuando pasรณ de regreso en 1777, le pidieron que llevara una comitiva ante el virrey Antonio de Bucareli y Ursรบa para rendirle pleitesรญa y solicitarle una misiรณn. Quizรก temรญan incursiones de los comanches, que estaban en plena expansiรณn. Lo concediรณ. Pero el trato que recibieron de los misioneros y soldados no les gustรณ. En 1781, se rebelaron, mataron clรฉrigos y guardias, fueron reprimidos, pero no se rindieron: cerraron el paso por la ruta de Anza.

Se estima que los yumas eran unos cuatro mil a principios del siglo XVI, dos mil en 1770 y menos de mil en 1950. En 1980, los hablantes de su lengua censados en los Estados Unidos fueron setecientos; en 2015 quedaban doscientos noventa. Para Mรฉxico, Alonso Vidal (1997) estimรณ โ€œcerca de noventaโ€.

Naturalmente, los mestizos que tienen sangre yuma son miles, y ahora promueven que el yuma se enseรฑe en las escuelas. La mayor parte vive (del turismo y un casino) en la Fort Yuma Indian Reservation, cerca de Yuma. La etnia tiene estaciรณn de radio y su propia pรกgina web: Fort Yuma Quechan Indian Tribe. Estรก en campaรฑa para que todos participen en el Censo 2020 y la comunidad reciba tres mil dรณlares por persona.

Del lado mexicano, hay una pequeรฑa poblaciรณn (Los Algodones, Baja California, cinco mil habitantes en 2010) que fue yuma y ahora tiene seiscientos dentis- tas y trescientas farmacias para el turismo mรฉdico de los Estados Unidos y Canadรก.

Los yumas o quechas se llaman a sรญ mismos kutsรกan, โ€˜los que bajaronโ€™. Su lengua da nombre al grupo lingรผรญstico yumano (cochimรญ, cucapรก, kiliwa, kumiai, pai pai). Pero el Catรกlogo de las lenguas indรญgenas nacionales del Instituto Nacional de Lenguas Indรญgenas, que registra las otras lenguas del grupo, no registra la de los yumas.

Hay libros y videos sobre los yumas, en inglรฉs. Pero tantas cosas llevan yuma en su nombre y no se refieren a la etnia, que es mejor buscar con la palabra quechan.

Dos canciones de arrullo

Tu mamรก, tu mamรก.

La mazorca

le pidiรณ, le pidiรณ

que la pelara.

Lloras y lloras

porque te topaste

con el mezquite.

Borrego cimarrรณn

La montaรฑa es รกspera

y resbaladiza.

En la cima, el borrego

mira hacia un lado y otro.

La vista es bellรญsima.

โ€œVoy a saltarโ€ โ€“piensa.

Y salta a la belleza.

Eso dice la canciรณn.

Fuente: Leanne Hinton, Lucille J. Watahomigie, Spirit mountain. An anthology of Yuman story and song, Tucson: University of Arizona, 1984, pp. 331-333.

El venado

El venado trota, corre,

se detiene a veces.

Viene desde el ojo de agua

del rรญo Colorado

que brota y aparece.

El venado le roba luz al dรญa.

Pasa y despuรฉs

la luz se vuelve oscuridad.

Oscuridad total, noche negrรญsima.

El venado le dice a la araรฑa:

โ€œHaz hilo para guiarme.โ€

Ella ata cabos y teje.

Ahora el venadillo camina y trota,

salta y brinca.

Ha salido de la oscuridad.

La libรฉlula

La libรฉlula baila en el agua.

Hunde su cola en el reflejo

de arriba abajo.

Es la libรฉlula la que atrae

hacia sรญ las siluetas,

las oscuras sombras

de la tarde sobre el agua.

El cuervo

Mientras el zopilote alegre

danza en el aire,

grazna aleteando.

El cuervo trata de imitarlo,

falla y se desploma.

Fuente: Alonso Vidal, Los testimonios de la llamarada. Cantos y poemas indรญgenas del noroeste de Mรฉxico y de Arizona, Hermosillo: Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora, 1997, pp. 34-37. ~

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(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.


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