Los zuñis viven en Nuevo México y Arizona, sobre todo en Zuni Pueblo, NM, de su reservación en el valle del río Zuñi, que han venido ampliando desde 1877 por compra de tierras o victorias legales. En 2018, The Zuni Tribal Census censó 11,884 miembros de la tribu. Se estima que en otros tiempos llegaron a 50,000.
Han vivido en sus territorios desde hace tres o cuatro milenios, aunque se habla de siete u ocho, considerando a los protozuñis. Su origen es incierto. Según la antropóloga Nancy Yaw Davis, es posible que llegaran navegando hasta las costas de California desde Japón. En su libro The Zuni enigma. A Native American people’s possible Japanese connection (Norton, 2000) hace comparaciones lingüísticas y etnográficas que sugieren esa conexión. Hay un resumen de sus argumentos en la web, en español: “El enigma de los zunis”.
David A. Gregory y David R. Wilcox la ignoran olímpicamente en Zuni origins. Toward a new synthesis of Southwestern archaeology (University of Arizona Press, 2007), que incluye ponencias de una veintena de especialistas y no llega a una conclusión presentable, sino a la necesidad de seguir investigando. El problema está en la singularidad lingüística de los zuñis, difícil de explicar. Su lengua no está relacionada con ninguna otra indígena.
Fueron encontrados por los españoles en el siglo XVI. Quizá primero por los restos de la expedición de Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Luego por el franciscano fray Marcos de Niza, que dijo haber visto de lejos las legendarias Siete Ciudades de Cíbola (de muros cubiertos de oro); quizá porque los zuñis vivían en siete aldeas y sus edificaciones de adobe resplandecían bajo el sol. En 1540, volvió acompañando a Francisco Vázquez de Coronado con más de trescientos soldados en una expedición de conquista. Se toparon con las flechas de los zuñis, no con Cíbola.
Los zuñis se llaman a sí mismos shiwi, algo así como ‘de nuestra carne’ o ‘a nuestro modo’. En español fueron llamados zuñis, que se usó en inglés, aunque fue sustituyéndose por zuni. Rechazaron la evangelización y mataron misioneros. En el siglo XVII armaron una coalición con otros indios pueblo de resistencia a la dominación novohispana.
No existe una etnia pueblo. Se llamó pueblo a las tribus de Nuevo México (zuñis, hopis, tewas) que vivían en aldeas.
Han sido cazadores y agricultores. Desarrollaron sistemas de riego para cultivar maíz, calabaza, frijol y girasol. Robaron ovejas y chivos a los novohispanos para desarrollar sus propios rebaños. Constru- yen con adobe, techos planos y más de un piso. Producen cerámica, tejidos y joyería de turquesa. Rasgo notable: las ancianas matriarcas dominan la sociedad. Las propiedades se heredan por vía matrilineal, de madres a hijas.
Hay muchos libros sobre los zuñis. Algunos tan especializados como Historic Zuni architecture and society. An archaeological application of space syntax de T. J. Ferguson (University of Arizona Press, 1996). También videos en YouTube, algunos llamativos, como “la danza de las ollas” equilibradas sobre las cabezas de las danzantes. Su poesía es ante todo ritual.
plegaria al amanecer
Padre Sol,
ahora que sales a tu lugar sagrado
y nos das vida,
te doy esta ofrenda para que te alimentes.
Concédeme tu larga vida,
tus aguas, tus semillas,
tu poder, tu riqueza,
la fortaleza de tu espíritu.
Fuente: Ruth Bunzel, Zuni ritual poetry, reprint from the 47 Annual Report of the Bureau of American Ethnology 1929-1930. Lexington, ky: Bravo Ebooks, 2017, p. 15.
esperando la lluvia
De cualquier parte,
hará avanzar tus caminos.
Su vientecillo sopla nubes.
Un delgado fajo de nubes
repletas de aguas vivas
enviará para nosotros.
Su llovizna acaricia la tierra
aquí en Itiwana,
donde residen los que primero han sido.
Vendrán juntos
con aguas abundantes.
Fuente: Alonso Vidal, Los testimonios de la llamarada. Cantos y poemas indígenas del noroeste de México y de Arizona, Hermosillo: Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Sonora, 1997, p. 180.
lluvias, truenos y relámpagos
Cubre la madre tierra
cuatro veces con flores.
Cubre los cielos con nubes.
Cubre la tierra con neblina, con lluvia.
Que los aguaceros cubran la tierra.
Que los relámpagos cubran la tierra.
Que los truenos se oigan en la tierra.
Que los truenos se oigan.
Que los truenos se oigan
sobre las seis regiones de la tierra.
Fuente: John Bierhorst, In the trail of the wind. American Indian poems and ritual orations, New York: Farrar, Straus and Giroux, 1971, p. 106.
siembra del maíz
La tierra preparada por las tormentas.
La tierra preparada por las tormentas.
Los cazadores siembran el maíz.
¡Que se vea germinar! ¡Que se vea!
Fuente: Frank Hamilton Cushing, Articles on the Zuni Native Americans, Coppell, tx: Forgotten Books, 2019, p. 65 [“Zuñi breadstuff”, Millstone 9, no. 6 (1884): pp. 93-95].
canción
La cigarra, la cigarra
tocando la flauta.
Allá arriba, allá arriba,
en la rama de pino.
Pegada allí,
tocando la flauta.
Fuente: José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal, Antología de la poesía norteamericana, Madrid: Aguilar, 1963, p. 24.
ofrenda de migas
en la pubertad
Abuelos celestiales, coman.
Llego a ser mujer.
Que mis hermanos y hermanas mayores
lleguen a la juventud.
Fuente: John Bierhorst, The sacred path. Spells, prayers and power songs of the American Indians, New York: William Morrow, 1983, p. 31. ~
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.