Myriam Moscona no es sรณlo una buena escritora, sino una buena ciudadana. Al ser entrevistada por Reforma (21 de marzo 2013) sobre el Premio Villaurrutia que acaba de ganar, terminรณ declarando:
Me parece muy bien que cada dรญa estemos mรกs alertas sobre cรณmo se otorgan los premios, quรฉ factores intervienen, quรฉ asuntos personales entran en juego, quรฉ cuentas buenas o malas se saldan con ellos… En fin, que medie la transparencia, y esto es algo que le hace falta al paรญs.
Ojalรก que cada uno de los miembros del jurado (Angelina Muรฑiz-Huberman, Sergio Mondragรณn y Felipe Garrido) responda con la misma franqueza a las siguientes preguntas:
¿Cuรกntos de los 65 libros concursantes leyeron? ¿Hay tiempo para hacerlo en menos de cinco semanas (del cierre de la convocatoria al anuncio del premio)?
¿Dio la casualidad de que, despuรฉs de leer los 65 libros, al reunirse por primera vez, todos llevaban un solo libro como el mejor y no hizo falta votar porque resultรณ que todos habรญan escogido el mismo? ¿O cada uno llevรณ varios finalistas, entre los cuales hubo que escoger discutiendo sus mรฉritos y votando varias veces hasta llegar a un consenso? ¿Quiรฉnes fueron los finalistas? ¿No merecen cuando menos el honor de anunciar que lo fueron?
Y habrรญa que responder tambiรฉn a los planteamientos de la ganadora: ¿Cรณmo se otorgรณ el premio? ¿Quรฉ factores intervinieron? ¿Quรฉ asuntos personales entraron en juego? ¿Quรฉ cuentas buenas o malas se saldaron con el premio?
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.