El IVA cultural: una comparación europea

La subida del IVA de algunos servicios culturales al 21% fue una medida controvertida del gobierno de Mariano Rajoy. Aquí se analiza la situación en otros países de la Unión Europea.
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El 1 de septiembre de 2012 el gobierno de Mariano Rajoy impulsaba una subida del IVA en los servicios culturales –espectáculos, cine, teatro– del 8% al 21%. Los cuatro partidos políticos más votados en las elecciones de 2015 incluían en su programa una reducción del impuesto para acceder a los acontecimientos culturales.

La media del IVA estándar entre los 28 países miembros en la Unión Europea es de 21,46%. Según el último resumen de la situación del IVA en 2016 publicado por la Comisión Europea, Hungría tiene el IVA general más alto, con un 27%, y Luxemburgo el más bajo, con un 17%. España se sitúa actualmente por debajo de la media con un 21%. La situación varía cuando se trata de cultura: el país aplica la misma fiscalidad, 21%, a los servicios culturales –espectáculos, cine, teatro–, mientras que en Italia, por ejemplo, la tasa desciende hasta el 10%, Alemania tiene fijado un 7%, Portugal un 13% y François Hollande redujo el IVA cultural en Francia hasta el 5,5%. Sobre todo en la comparación con este último caso radica la desafección por el incremento del IVA cultural en España. Este último caso es el que han presentado con más frecuencia los detractores de la medida. Aunque hay excepciones en España que se deben tener en cuenta: quedan exentos de IVA los eventos suministrados por los organismos de derecho público o por otros organismos que se puedan calificar como organismos de utilidad en virtud de la legislación del Estado.

En el extremo opuesto a Luxemburgo, que impone su tarifa reducida –un 3%– en el IVA para el acceso a eventos culturales, se encuentra Hungría, el país que marca la cifra más alta en la tasa cultural: un 27%, excepto en algunos conciertos al aire libre, en los que se aplica un 18%. Grecia asigna un 23%, excepto en la admisión a los teatros –un 6%­–, Gran Bretaña impone un 20%, igual que Bulgaria o Estonia, y Dinamarca un 25%, excepto en el acceso a museos o zoológicos.

El impuesto en España para los libros físicos y prensa es de un 4 %, uno de los más bajos con Italia y Luxemburgo. En Gran Bretaña libros y periódicos están exentos. Irlanda tampoco aplica IVA a los libros, pero sí a los periódicos, un 9%. Francia impone un 5,5%, aunque reduce su impuesto para periódicos y revistas al 2,1%. En el otro extremo de la comparación se encuentran República Checa, Bulgaria y Dinamarca, con un 15%, 20% y 25% respectivamente.

El caso de Hungría es destacable también en el impuesto en el libro electrónico. La media para los ebooks se sitúa en un 20,3%. Hungría, otra vez 27%; Francia, otra vez 5,5%; e Italia 4%, como en los libros físicos. Sin embargo, en 2015, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea rechazó aplicar el IVA reducido a los libros electrónicos –algo que habían hecho también Luxemburgo y Francia– al considerar que su distribución no es una entrega de bienes sino un servicio. En España, por ejemplo, los libros electrónicos soportan el IVA general del 21%, Portugal y Grecia 23% y Gran Bretaña un 20%.

Para las elecciones generales, los cuatro grandes partidos españoles definieron su posición respecto al IVA cultural. El PSOE afirma en su programa que lo reducirá al 10%, pero Pedro Sánchez ha prometido luchar por reducirlo incluso al 4%. En el documento de Gobierno entre PSOE y Ciudadanos ambos partidos se comprometen a reducirlo al 10%. Podemos también declaró que pretende disminuirlo hasta el 10%, aunque quisiera que la rebaja llegara al 7%. En su programa electoral Ciudadanos promete reducir el IVA cultural al 7%, pero aumentaría la actual tasa en los libros: del 4% ascendería a un 7%. Y el PP propuso bajar el actual 21%, que impuso el mismo partido, a un 10%.

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(Tarragona, 1993) es periodista.


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