Las mil y una caras del Islam

Aร‘ADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

Fotรณgrafo francรฉs de origen iranรญ, Abbas lleva mรกs de quince aรฑos documentando las religiones del planeta. Publicรณ Faces of Christianity en el aรฑo 2000 y en la actualidad estรก en Rusia dedicado a un proyecto sobre el animismo. A partir del trabajo que realizรณ en Irรกn a finales de los setenta sobre el movimiento popular contra el rรฉgimen del Sha y la manera como los ayatolas se apropiaron de la revuelta, se propuso fotografiar la ola islamista que se extendรญa por el mundo. Lo publicรณ en 1994 con el tรญtulo de Un viaje por el Islam. Estas fotografรญas pertenecen a ese trabajo de taxรณnomo de la fe.
     La obra de Juan Goytisolo (Barcelona, 1931)ocupa un lugar de honor en el panorama de las letras espaรฑolas contemporรกneas. Polรฉmico ensayista y agitador de ideas, indiscutido novelista y autor, Goytisolo es un espaรฑol heterodoxo, que ha vivido autoexiliado en Francia, como profesor en Estados Unidos y, desde hace aรฑos, en Marruecos. Una de sus preocupaciones centrales ha sido romper con los tรณpicos que la sociedad espaรฑola tiene del mundo รกrabe, en particular, y de las culturas del Islam, en general.

Este texto vuelve a ese empeรฑo digno de un Sรญsifo moderno.
"En nuestra vasta noche etnocรฉntrica", escribรญa hace veinte aรฑos en Crรณnicas sarracinas, "todos los orientales son pardos".
     Condensar en una sola palabra, Islam, realidades tan distintas como las que cualquier viajero, aun apresurado, descubre desde Marruecos o Mali a Indonesia y Uzbekistรกn es a todas luces imposible. ¿Se puede hablar de "Occidente" o, si se quiere, Cristiandad, metiendo en un mismo saco a catรณlicos integristas, protestantes anglicanos, calvinistas, serbios ortodoxos, luteranos, mormones, cuรกqueros y un largo etcรฉtera? Pues la misma diversidad existe en el รกmbito del Islam entre chiรญs y sunnรญs y, en estos รบltimos, entre sus cuatro ritos o escuelas jurรญdicas, desde la hanafรญ —la mรกs tolerante y abierta a la reflexiรณn personal— a la hanbalรญ, de la que derivan, a partir del siglo XVIII, los rigoristas wahabรญs y, en la pasada centuria, los islamismos radicales.

Y eso sin olvidar las cofradรญas mรญsticas de Asia Central y el Cรกucaso, el sufismo popular magrebรญ y las ramas herรฉticas de los jarichรญs de Argelia, Yemen y Omรกn.
     El error de tomar la parte por el todo y generalizar a partir de aquรฉlla se halla sumamente extendido en nuestros medios de comunicaciรณn con consecuencias potencialmente mortรญferas. La psicosis de pรกnico provocada por el monstruoso atentado que sufriรณ Nueva York favorece emociones abusivas como la de musulmรกn = islamista e islamista = muyahid de Bin Laden. Dado el espรญritu de cruzada y contracruzada que propagan algunos รณrganos de informaciรณn occidentales y el que reina entre las masas casi siempre pobres y analfabetas de Dar el Islam, se impone mรกs que nunca la necesidad de razonar serenamente en vez de arrojar mรกs leรฑa al fuego.

Como todas las sociedades humanas, la islรกmica es mรบltiple, abigarrada y contradictoria. La austeridad y celo de la doctrina wahabรญ no habrรญa sobrepasado los lรญmites de la penรญnsula arรกbiga si las rentas derivadas del petrรณleo no hubiesen fomentado su expansiรณn a sociedades reacias hasta fecha reciente a su lectura polรญtica e ideolรณgica del Corรกn.
     Las fotografรญas de Abbas se esfuerzan en mostrar esta variedad de costumbres y normas de conducta. El sobrecogedor retrato de la estudiante de zoologรญa de la Universidad de El Cairo resume grรกficamente el rigorismo wahabรญ y su misoginia implacable: la concepciรณn del cuerpo de la mujer como receptรกculo de todos los desรณrdenes, vicios y pecados. A diferencia de esta vestimenta fantasmagรณrica, de implantaciรณn reciente en el valle del Nilo, la burka afgana es tradicional entre las tribus montaรฑesas y hallamos una descripciรณn de ella en las obras de sir Richard Burton. La monarquรญa derrocada en 1973 permitiรณ a muchas mujeres deshacerse de su mortaja, escolarizarse y frecuentar las aulas, pero la invasiรณn soviรฉtica, la guerra civil y el triunfo de los talibanes acabaron con estos pequeรฑos progresos.

Aunque la sociedad egipcia no se identifica con la inflexibilidad de los Hermanos Musulmanes, รฉsta halla su caldo de cultivo en algunos sectores de la clase media que, abiertos a la ciencia y tecnologรญa modernas, extreman por ello sus precauciones para evitar el "contagio" de los demรกs valores y signos concomitantes de la modernidad occidental.
     La lectura y memorizaciรณn del Corรกn en las madrazas musulmanas son aproximadamente las mismas en todo el รกmbito del Islam que conozco. El viajero barcelonรฉs Alรญ Bey trazรณ un cuadro de ellos durante su viaje por Marruecos hace dos siglos. Yo solรญa escuchar su recitado por cantarinas voces infantiles de una medersa contigua al cafรฉ tangerino en el que escribรญa los borradores de mi novela Don Juliรกn, y asรญ pude aprender de oรญdo, en aquella รฉpoca muy fino, las aleyas de la Fatiha.

En las escuelas pรบblicas marroquรญes de hoy, el Corรกn es una asignatura, como lo era la religiรณn catรณlica en los colegios en donde fui adoctrinado.
     El sufismo se compone de un mosaico heterogรฉneo de cofradรญas de orรญgenes y tradiciones diversas. Algunas se remontan a los primeros siglos de la Hรฉgira y otras son modernas, como la que presenta la foto. Entre aquรฉllas hay diferencias notables en el recitado y ritual, prรกcticas privadas y ceremonias pรบblicas. En Uzbekistรกn filmรฉ el trance mรญstico de la nakschbandya el dรญa en que fue autorizado hacerlo, tras setenta aรฑos de prohibiciรณn, en los รบltimos meses del gobierno de Gorbachov; y en Chechenia presenciรฉ el baile de la kadirรญa en una pequeรฑa mezquita por los combatientes independentistas durante la penรบltima guerra contra la brutal invasiรณn rusa. Si pasamos al Magreb, el culto a los morabos y las romerรญas marroquรญes, consideradas herรฉticas por el wahabismo, atraen todos los aรฑos a centenares de miles de devotos.
     La foto de la Escuela de Bellas Artes de Argel —cuyo director fue asesinado el dรญa de mi llegada a la ciudad en marzo de 1994— es llamativa y, al contemplarla, no podemos evitar la sonrisa.

Pero tras el inicio de la guerra civil o, para ser mรกs exactos, contra los civiles tanto por el gia (Grupo Islรกmico Armado) y el gspc (Grupo Salafista para la Predicaciรณn y el Combate) como por el ejรฉrcito y los servicios de seguridad estatales, las mujeres argelinas no suelen cubrirse la cabeza con el hixab (paรฑuelo islamista). Como pude comprobar de visu en fecha reciente, se ven menos paรฑuelos en Sarajevo que en algunos barrios de Londres.
     La ashura es el dรฉcimo dรญa del mes del moharram y conmemora el martirio crรญstico del imam Husein, hijo de Alรญ y nieto del Profeta, por el primer califa omeya. En Teherรกn, asistรญ a desfiles, prรฉdicas, flagelaciones y representaciones teatrales que tienen muchos puntos de contacto con las ceremonias de Semana Santa de Espaรฑa e Iberoamรฉrica.

El rigorismo impuesto por Jomeini no tiene nada que ver, no obstante, con el de los saudรญes o talibanes. Las mujeres de la capital iranรญ, aunque vigiladas por los pasdaran o guardianes de las buenas costumbres, estudian, trabajan y se alzan a menudo a las jerarquรญas mรกs elevadas del periodismo y la universidad. Las sostienen, contra viento y marea, su inteligencia, belleza y voluntad de expresarse.
     Los derviches existen en muchas รกreas geogrรกficas del Islam y encarnan una sรญntesis de รฉste y chamanismos anteriores a la revelaciรณn corรกnica. Algunas cofradรญas, como la de los meulevis otomanos, han preservado su bellรญsimo ritual girรณvago de los antiguos tekkรฉs o monasterios de Estambul y Konya. En los zocos o romerรญas de Marruecos proceden de las zaguรญas y cofradรญas populares como la de los aisaua (a la que pertenecen los encantadores de serpientes de la plaza de Marraquech), los hamadcha (entregados al trance convulso y violento) y los hadauas (que entroncan con algunas tarikas sufรญes, hoy desaparecidas, famosos por su benignidad, desenfado y extravagancias).
     La arquitectura de Bujarรก, como la de Samarcanda, es una de las mรกs admirables del Islam y se remonta a la รฉpoca de Tamerlรกn y el imperio mongรณlico.

Podemos encontrar diferentes muestras de ellas desde Erzurรบm, en la Anatolia oriental, a la India, pasando por Tabriz, Ispahรกn y Keshad, junto a la frontera afgana.
     La muchacha musulmana moliendo el mijo, con los pechos desnudos, serรญa lapidada en Arabia Saudรญ o en el rรฉgimen de los talibanes. El Islam africano de Mali no tiene que ver gran cosa con el de Oriente Prรณximo, Asia Central o Insulindia. La foto de Abbas muestra tambiรฉn la asombrosa arquitectura de las mezquitas y palacios de Mali que, como sabemos, fue una fuente de inspiraciรณn para Gaudรญ. La cofradรญa tixanรญa, el murilismo y el poder de los morabos en el รfrica Occidental, de Senegal a Nรญger, han resistido hasta ahora a los esfuerzos "normalizadores" del wahabismo y su peculiar sincretismo prueba la vitalidad del credo musulmรกn y su capacidad de adaptaciรณn a las costumbres y circunstancias locales.  –

 

 

 

 

 

 

 

 

 

+ posts

(Barcelona, 1931) es escritor, uno de los miembros mรกs relevantes de la llamada Generaciรณn del 50 espaรฑola. La editorial Galaxia Gutenberg publicรณ sus Obras completas.


    ×

    Selecciona el paรญs o regiรณn donde quieres recibir tu revista: