Este es el dรญa. Ojos temblorosos y expectantes tras una pared de cristal buscan la llegada de un hombre llamado Ibrahim. Nerviosas se asoman sus miradas dejando huellas de sudor en el pulcro cristal. En el Aeropuerto Internacional de Tuxtla Gutiรฉrrez, Chiapas, las multitudes viajeras arriban de destinos lejanos. Entre ellas, la figura mรญtica del joven que todos esperan de pronto se hace presente. Los abrazos se desatan explosivos mientras que el regocijo colectivo ahoga la mecรกnica y monรณtona voz que anuncia la prรณxima salida. El padre, Mohammed, y los hermanos Abdul-Haffid y Mustafah pronuncian entre lรกgrimas un “Alhamdulillah”, agradeciendo a Alรก que ya estรก aquรญ. Por fin llegรณ Ibrahim.
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Hacรญa cuatro aรฑos que Ibrahim Checheb habรญa dejado las hรบmedas tierras de los Altos de Chiapas prometiendo regresar algรบn dรญa a la tierra que lo vio crecer. Su familia, conocida como el clan Checheb, es el corazรณn de la comunidad musulmana mรกs grande de Mรฉxico, la comunidad chamula musulmana de San Cristรณbal de Las Casas, Chiapas.
Ibrahim representa tambiรฉn una figura “mesiรกnica”, en cuyo advenimiento hay puesta una enorme confianza. Su regreso significa para los musulmanes de Chiapas la esperanza de un mejor futuro, el fortalecimiento interno del grupo y una posible reunificaciรณn. Las expectativas de muchos estรกn depositadas en รฉl, un joven de veintinueve aรฑos de edad cuya vida estรก rodeada de mitos, augurios y la convicciรณn colectiva de que se convertirรก en el lรญder natural de la comunidad.
“Es una gran responsabilidad, da mucho miedo. La verdad es que si alguien mรกs pudiera tomar mi lugar, yo se lo entregarรญa en un segundo; pero no lo hay, la gente me ha escogido a mรญ”, dice Ibrahim Checheb.
Llega el mensaje de Alรก a Chiapas
La historia de Ibrahim y la de la familia Checheb nos embarca en un viaje que zarpa dos dรฉcadas atrรกs. En aquel entonces, la regiรณn de los Altos de Chiapas recibiรณ la llegada de dos hombres andaluces que transformaron las vidas de decenas de familias indรญgenas mexicanas. Fueron estos hombres, figuras conquistadoras, los portadores de una “verdad” espiritual y religiosa buscada con fervor por los chamulas tzotziles durante largos aรฑos. Esta “verdad” reconocรญa a Alรก como su รบnico Dios y a Mahoma como su profeta.
En el aรฑo de 1994, en la localidad de Guadalupe Tepeyac, situada en medio de la imponente y frondosa Selva Lacandona, un andaluz de tez blanca y barba espesa, Aureliano Pรฉrez Yruela, usurpรณ la identidad de un periodista para adentrarse en el municipio de Las Margaritas, entrada a los centros neurรกlgicos de la comandancia del Ejรฉrcito Zapatista de Liberaciรณn Nacional. Aureliano llegรณ a Chiapas movido por el afรกn de acercarse a los altos mandos de la comandancia del entonces enardecido EZLN.
Introduciรฉndose en las guaridas de los indรญgenas zapatistas, Aureliano buscรณ establecer contacto con el movimiento revolucionario siguiendo las รณrdenes del jeque Dr. Abdalqadir as-Sufi,lรญder y fundador del Movimiento Mundial Murabitรบn,[1] al que Aureliano pertenecรญa.
Se suscitarรญa despuรฉs una seria y ambiciosa propuesta. Aureliano, a nombre de los murabitunes, invitaba al EZLN a adoptar el islam como bandera de lucha de los campesinos indรญgenas que se cubrรญan el rostro para que Mรฉxico y el mundo los volteara a ver. A travรฉs de una carta invitรณ al movimiento a la conversiรณn y adopciรณn del islam como sistema social, lo cual significaba una transmutaciรณn de todos los valores como clave para la liberaciรณn. Aureliano Pรฉrez no solo afirmaba que la lucha por la liberaciรณn de los pueblos debรญa hacerse bajo la bandera del islam sino que acusaba al cristianismo de ser un enemigo esencial de la condiciรณn natural del ser humano. En una carta dirigida al EZLN en 2004, Pรฉrez explicaba:
La situaciรณn no puede ser resuelta bajo la bandera del cristianismo, porque es bajo la sombra de sus cruces, vรญrgenes, torturas y confesiones que se ha generado en Chiapas y en todo Mรฉxico la situaciรณn contra la que os habรฉis levantado en armas.
La ausencia de respuesta encrespรณ los รกnimos de Aureliano Pรฉrez, despuรฉs conocido como Mohammed Nafia, primer emir de la comunidad musulmana de San Cristรณbal de Las Casas. Pero tomarรญa mรกs que una negativa para que los รกnimos de Nafia desistieran de aquello que su conciencia le dictaba como una misiรณn divina. Poco a poco, y siguiendo los pasos del andaluz, otras familias dejaron la Sierra Nevada de Granada para llegar a tierras mexicanas. Y en medio de las calles atiborradas de templos de cuanta denominaciรณn religiosa es posible imaginar,[2] entre casas de madera y hojalata de familias de indรญgenas expulsados de los parajes de San Juan Chamula, los espaรฑoles musulmanes lograron introducirse para formar parte del crisol ideolรณgico que es San Cristรณbal de Las Casas.
Con el paso de los aรฑos, Mohammed Nafia se erigiรณ como el lรญder de la naciente comunidad musulmana, haciendo mancuerna con Esteban Lรณpez Moreno, conocido tambiรฉn como Hayy Idriss, quien tomรณ el papel de imรกn o lรญder religioso. Conectando de manera eficaz con lรญderes carismรกticos de la zona perifรฉrica de San Cristรณbal de Las Casas, Nafia e Idriss lograron convertir al islam al menos a cuatro hombres que contaban con el apoyo de una base social importante en la regiรณn. Entre los lรญderes clave que aceptaron el islam se encuentra por ejemplo Domingo “Tumรญn” Lรณpez รngel, reconocido lรญder y representante de los expulsados de San Juan Chamula.
Para el aรฑo de 1997, la comunidad crecรญa sumรกndosele cada vez mรกs hombres y mujeres indรญgenas que comenzaron a ver en el islam la forma de vida que habรญan venido buscando por aรฑos.
Las conversiones, conocidas como shahadas,[3] de los y las chamulas al islam se llevan a cabo de manera familiar y de forma epidรฉmica. Y es que debe decirse que la mayor parte del encuentro indรญgena con el islam se dio a partir de la conversiรณn de un miembro de la familia, tras la cual todo el clan lo siguiรณ. De acuerdo al testimonio de Abdul Haffid Checheb, uno de los primeros conversos al islam, durante las celebraciones organizadas por los espaรฑoles en 1997 y 1998 se llegaron a convertir cientos de mujeres y hombres indรญgenas tzotziles de todas las edades. Este caso es pues particular, ya que “la conversiรณn grupal al islam de un mismo grupo indรญgena no se habรญa dado ni en Mรฉxico ni en Amรฉrica Latina” (Zeraoui, 2011).
Evocando los dรญas gloriosos del profeta Mahoma se cimentรณ y moldeรณ la “Medina chiapaneca”, ubicada en la alegรณrica colonia de Nueva Esperanza. A travรฉs de la constituciรณn legal de lo que se conociรณ como el Centro de Desarrollo Social para Musulmanes, Misiรณn para el Da’wa a. c. y la compra de un extenso predio, los espaรฑoles implantaron un proyecto no solo religioso sino social y econรณmico. El primer paso de este proyecto fue convencer a las familias de dejar sus tierras y mudarse al terreno bardeado donde se leรญa:
Centro de Convivencia y Desarrollo Social para Musulmanes: enseรฑanza, aprendizaje, trabajo, ayuda mutua, limpieza y salud. Siguiendo el mensaje de Allah, nuestros corazones se iluminan y nuestras vidas mejoran.
El proyecto comunitario de los murabitunes abarcaba todas las esferas de la vida de los conversos. En aquellos dรญas, familias enteras de indรญgenas tzotziles se mudaron a vivir a aquel terreno en donde se edificaron gremios o proyectos econรณmicos, una musala (lugar de oraciรณn) y la madraza (escuela) para los niรฑos musulmanes. Para el aรฑo 2001 se erigiรณ un microcosmos que por cuatro aรฑos proveyรณ a los nuevos musulmanes de trabajo, educaciรณn, guรญa espiritual y una vida en comunidad funcional. El grupo se vigorizaba con el tiempo; los hombres trabajaban en la carpinterรญa, las mujeres en el gremio de costura, mientras que los niรฑos y niรฑas asistรญan a la madraza, en donde ademรกs de aprender matemรกticas y espaรฑol se les enseรฑaba a leer y escribir en รกrabe.
Con el afรกn de diluir desconfianzas con las mujeres indรญgenas, las espaรฑolas vestรญan a la usanza chamula y portaban la misma falda de lana despeinada de borrego y blusa colorida, para hablarles sobre el islam. Salija, exesposa de Idriss, recuenta:
Les enseรฑรกbamos a hacer el wudu [la abluciรณn o ritual de limpieza con agua], a hacer el salat [oraciรณn ritual] y a memorizar lo poquito que comenzaban a saber del Corรกn. Fue un momento de clemencia y misericordia hacia el entendimiento de esta gente, que para nosotros era una cultura realmente diferente… pero llegamos a unir nuestros corazones y hubo esa fusiรณn de culturas.
En aquellos dรญas de la รฉpoca dorada de la comunidad liderada por el emir Nafia, el adhan (llamado a la oraciรณn) retumbaba en las faldas del cerro de Moxviquil cinco veces al dรญa llamando a la oraciรณn, los niรฑos dejaban las escuelas pรบblicas por la madraza, las mujeres indรญgenas aprendรญan a colocarse el velo y algunos afortunados viajaban en peregrinaciรณn desde el sureste mexicano a La Meca. Decenas de indรญgenas regresaban de aquellas lejanรญsimas tierras para contarles a sus hermanos de aquel mรญtico lugar en donde “los pisos son de puro oro y todos hablan el idioma de Dios”.
La comunidad perfecta que los andaluces nostรกlgicos se esforzaron tanto por replicar en los Altos de Chiapas comenzรณ a tambalearse en el aรฑo 2007. Hasta que se rompiรณ. El emir Nafia, quien recomendaba a los fieles musulmanes no relacionarse con el mundo exterior, llegรณ despuรฉs al punto de prohibirles por completo el contacto con los “infieles”, provocando aislamiento, extraรฑeza y desconcierto dentro de la Medina chiapaneca. Y en la pequeรฑa rรฉplica de la ciudad del profeta, las quejas e inconformidades comenzaron a contagiarse junto con el cansancio de las largas jornadas de arduo trabajo, que en cierto momento dejaron de remunerar. Las quejas de las mujeres para con sus maridos llegaban a los oรญdos de un lรญder que se mostraba cada vez mรกs inaccesible, cada vez mรกs soberbio, distorsionando la inicial estrategia de educaciรณn y comunicaciรณn a base de insultos, regaรฑos, castigos e incluso la prohibiciรณn de comer tortillas.
Cuatro aรฑos despuรฉs de su partida, la espaรฑola Salija reflexiona desde su departamento en Granada:
Llevados por el deseo de hacerles cambiar realmente de vida, a lo mejor nos excedimos. Pero se hizo para protegerlos […] Quizรก los indรญgenas no estaban tan preparados para este tipo de experiencias porque sus vidas son mรกs bรกsicas… Pero si hubiรฉsemos optado por una convivencia menor, donde ellos se quedaban en su medio y con su familia, pues no se habrรญa dado la fusiรณn tan fuerte que se ha dado, ¿no?
El liderazgo del emir se ponรญa en tela de juicio, el sueรฑo de un hombre se desmoronaba.
Como una irรณnica segunda conquista, el desmembramiento de la comunidad culminarรญa en la sublevaciรณn de los indรญgenas musulmanes que decidieron dejar de cumplir con las rรญgidas e imposibles exigencias impuestas por los espaรฑoles. Se suscitaron entonces quiebres definitivos entre “conquistados” y “conquistadores”, fracturas irreparables entre indรญgenas y espaรฑoles, que antes se llamaban hermanos, y que terminaron desconociรฉndose por completo.
El irrevocable tartamudeo de un ciclo histรณrico dio paso a la evoluciรณn de la comunidad que significรณ caminar por nuevos rumbos, adoptar formas distintas de liderazgos, que se fraguan y consolidan actualmente con el regreso de Ibrahim Checheb.
El hoy de la comunidad musulmana en Chiapas
Me invitรณ a comer a su casa… Me dijo que iba a rezar y yo nomรกs mirando… Lavรณ su cara, lavรณ su boca, su mano, su nariz, su codo, su pelo, su oreja, su pie… Y ahรญ voy, mirando yo quรฉ estรก haciendo… Pero me gusta, dije, me gusta…
Luego se postrรณ… Por donde sale el sol… Y me recordรณ cuando yo era curandero, porque yo tambiรฉn hacรญa lo mismo. Asรญ como mi abuelo y el abuelo de รฉl.
Me gusta, pensรฉ, me gusta porque hay acciรณn… Y le dije a esa persona: ensรฉรฑame.
Existe un hombre que lo empezรณ todo. Se llama Mohammed Amรญn. Con la mirada escondida tras oscuros cristales, una distendida y alargada voz cuenta de cuando llegaron los hombres “espaรฑolistas”, que uno se llamaba Aureliano y el otro Esteban, y cรณmo fueron ellos quienes le enseรฑaron el islam.
Antes de convertirse, Mohammed Amรญn se llamaba Salvador Lรณpez y dice venir de la tradiciรณn de los curanderos de San Juan Chamula. Su abuelo le enseรฑรณ a curar, a expulsar sangre y le enseรฑรณ tambiรฉn a escuchar sus sueรฑos:
Yo sรฉ que el islam es la religiรณn verdadera porque me lo han dicho mis sueรฑos, y los sueรฑos son lo espiritual en uno […] Hasta la fecha ni estoy en duda, ni pienso: serรก que sรญ, serรก que no… Porque espiritualmente se me mostrรณ que este es el verdadero camino.
Mohammed Amรญn es el primer indรญgena converso al islam. Hoy, despuรฉs de quince aรฑos, camina las veredas de tierra rojiza de la colonia Molino de los Arcos poblada desde 1995 por cientos de familias expulsadas de San Juan Chamula por los caciques autoproclamados portadores de la costumbre y tradiciรณn tzotzil chamula.
Nos invita a la mezquita que construyรณ, la รบnica en Chiapas y una de las cinco que se pueden encontrar en Mรฉxico,[4] que organiza –y aรบn dirige– desde el rompimiento con el emir Nafia, personaje innombrable en los testimonios de Mohammed, quien prefiere omitir nombres aunque dice no guardarles rencor.
Mohammed Amรญn pertenece a uno de los cuatro grupos de musulmanes que existen hoy en Chiapas tras el derrumbe de la comunidad liderada por los espaรฑoles. Su grupo es el mรกs numeroso, con una feligresรญa de aproximadamente doscientos miembros. Cuenta con una figura polรญtica protagonizada por Andrรฉs Patishtรกn Pรฉrez –Mujaheed–, un hombre originario de San Juan Chamula que se educรณ en el sunismo en Estados Unidos por mรกs de diez aรฑos y que en mayo pasado fue electo emir(o lรญder polรญtico) por miembros de la misma comunidad.
Existe un segundo grupo que dice seguir perteneciendo al Movimiento Mundial Murabitรบn bajo el liderazgo del emir Nafia y el imรกn Hayy Idriss, conformado por ocho familias, sumando alrededor de cuarenta personas. Despuรฉs de dejar Chiapas en el 2007, estos dos espaรฑoles se encuentran recientemente de regreso en San Cristรณbal de Las Casas, donde se afirman como los รบnicos verdaderos musulmanes, sin desistir en lo que consideran una misiรณn divina. El dรญa de hoy construyen y elaboran un nuevo proyecto: se trata de una renovada comunidad musulmana compuesta de nuevas familias espaรฑolas llegadas a San Cristรณbal de Las Casas, quienes dirigen sus esfuerzos a la apertura de un nuevo centro educativo islรกmico localizado en la colonia Nueva Esperanza y a la conversiรณn de indรญgenas oriundos de las comunidades circundantes.
El tercer grupo lo conforman los miembros del grupo sunita, conocido como la comunidad Al-Kawthar, liderada por el joven Yahya Checheb y por Omar Weston, del Centro Islรกmico de la ciudad de Mรฉxico. Aproximadamente cinco familias conforman la comunidad Al-Kawthar, que suman veinticinco personas. Cuentan con una musala en la colonia Molino de los Arcos, donde se reรบnen de manera esporรกdica a orar.
El รบltimo grupo lo constituyen los murabitunes, que desconocen desde hace cuatro aรฑos al imรกn Hayy Idriss y al emir Nafia, conformado en su mayorรญa por miembros del clan Checheb. Este grupo de familias se encuentra bajo el liderazgo de Ibrahim Checheb, quien hasta noviembre radicaba en Granada, Espaรฑa, y que regresรณ investido de poder desde los altos mandos del Movimiento Mundial Murabitรบn, reconocido como el lรญder natural de la comunidad musulmana en Chiapas.
La comunidad chamula musulmana en su conjunto estรก integrada aproximadamente por seiscientas personas, la mayorรญa hombres y mujeres adultos pertenecientes a la etnia chamula tzotzil. Esta cifra incluye tambiรฉn a una tercera generaciรณn de niรฑos que nacieron y han sido educados dentro de la creencia y prรกctica islรกmica. El islam en Chiapas ha impregnado las vidas de quienes lo practican de una manera profunda y se ha dejado asimilar tambiรฉn por estos hombres y mujeres que deciden creer a pesar de todo.
El entramado de este islam que se extiende en el sureste de Mรฉxico estรก compuesto por varios ejes, tales como una identidad รฉtnica compartida, condiciones socioeconรณmicas especรญficas,[5] elementos de transnacionalismo y multiculturalismo debido a las peregrinaciones y viajes que han realizado, y un fuerte sentido de pertenencia. Los matices y particularidades que definen este islam indรญgena son precisamente las prรกcticas, los usos y costumbres resultantes de la adaptaciรณn y simbiosis entre los chamulas y “su” islam.
Ellos aportan elementos culturales, sociales, estรฉticos, morales e idiosincrรกsicos a la religiรณn islรกmica, la cual, con su contenido doctrinal, les brinda creencias, lรญneas de comportamiento y de actitud y contenidos teรณricos que los creyentes adoptan bajo su propia cosmovisiรณn. El resultado de tal simbiosis son las formas en que decenas de musulmanes chamulas se adueรฑan y transforman su religiรณn dรญa con dรญa.
Quizรก el epรญtome de la tradiciรณn chamula musulmana se encuentra en la generaciรณn de niรฑos musulmanes de Chiapas, quienes a diferencia de sus padres, tรญos y abuelos han nacido en la tradiciรณn islรกmica sin haber pasado por otras religiones. Estos niรฑos nacen y se educan en el islam. Esta รบltima generaciรณn –iniciada desde su nacimiento con la ceremonia del adhan (llamado a la oraciรณn), en la que los padres del reciรฉn nacido le susurran al oรญdo al bebรฉ su nuevo nombre รกrabe llamรกndole a la oraciรณn e invitรกndole a ser parte de la Ummah (la comunidad musulmana en todo el mundo)– personifica el presente y futuro de la comunidad.
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Hoy Chiapas es un rompecabezas compuesto no solo por catorce grupos รฉtnicos sino por una gran oferta religiosa. Segรบn los censos oficiales, Chiapas ocupa el primer lugar en el รกmbito nacional en diversidad de credos y es el estado con el menor porcentaje de poblaciรณn catรณlica con un 58 por ciento (INEGI, 2000, 2010).
Estas religiones proliferan y colorean el ancho y el largo de todo el territorio chiapaneco, dando origen a un fenรณmeno conocido como “nomadismo religioso”, que refiere la conversiรณn y el trรกnsito por diferentes religiones.
Entender los cambios religiosos de los indรญgenas en Chiapas como parte de estrategias que adoptan para su supervivencia es esencial para entender la existencia de la comunidad indรญgena musulmana en San Cristรณbal de Las Casas. Y lo que es mรกs importante reconocer: que los indรญgenas no catรณlicos –ya sean evangรฉlicos, pentecostales o musulmanes– no son cajas vacรญas donde se depositan ideologรญas extranjeras, sino dueรฑos y estrategas de su propia historia.
La religiรณn en el caso de Chiapas, como lo afirma Aรญda Hernรกndez Castillo,[6] ha significado una verdadera estrategia y herramienta, dadora de identidad y creadora de nuevos imaginarios colectivos, en donde se nos demuestra cรณmo las identidades รฉtnicas son construcciones histรณricas y no esencias milenarias.
Esta reflexiรณn constituye un reto importante y necesario en un paรญs donde hablar de grupos indรญgenas se reduce con frecuencia a moldes racistas y falsos estereotipos, en un paรญs donde la diversidad no es realmente asumida ni comprendida como sinรณnimo de riqueza. Porque resulta que en Chiapas, desde hace mucho tiempo, se descubren y crean nuevas formas de ser indรญgena a travรฉs de luchas y procesos histรณricos. Porque la identidad รฉtnica, tanto como cualquiera otra forma de identidad, es dinรกmica, se redefine y reinventa en el tiempo para mantenerse viva.
Creer en Chiapas
Quien visita los Altos de Chiapas encuentra muchas de las representaciones de fe que actรบan como sรญmbolos de una afirmaciรณn religiosa, de una concepciรณn de la vida, del universo y de la realidad. Asรญ, se respira en lo alto y a lo ancho del encantado Valle de Jovel lo que con punta de pincel Rudolf Otto en el siglo XX describรญa como mysterium tremendum et fascinans, recalcando asรญ la naturaleza sui gรฉneris de “lo sagrado”, que en estas tierras convive รญntima y antagรณnicamente con lo profano.
Lo sagrado se encuentra en los cantos presbiterianos dentro de la Iglesia Evangรฉlica Pentecostรฉs Independiente Tzotzil, ubicada en el corazรณn del barrio de La Hormiga, o en un dikhra (plegaria colectiva para remembrar a Alรก) realizado en la mezquita de techo de lรกmina de la comunidad musulmana de Molino de los Arcos. La fe estรก en las rodillas postradas sobre la juncia esparcida en el piso del templo de San Juan Chamula donde se recitan oraciones sincrรฉticas, letanรญas y conjuros de humeante aliento con olor a posh (un aguardiente tradicional de los pueblos tzotziles hecho a base de maรญz y caรฑa de azรบcar y utilizado con frecuencia en celebraciones religiosas). Fe revelada en la casa de adobe mojado y en el piso cubierto de paja donde Habiba, de ciento diez aรฑos, tras remover sus sandalias, se reclina mirando hacia La Meca, y con tiempo y paciencia realiza las postraciones para conectarse con su “รบnico Dios” a quien llama exclamando: “¡Allahu Akbar!”
Habiba da entonces “el salto” al mundo de lo sagrado, optando por ese absoluto: Dios frente a la nada. El salto propuesto por Sรธren Kierkegaard responde a la angustia que condiciona la existencia humana, la de oscilar siempre como un pรฉndulo entre dos polos –creer y no creer–, entre el absoluto y la nada. Habiba, quien como todo aquel que se decide a creer se sumerge en el mundo de lo sagrado, apacigua su angustia y experimenta el choque entre dos mundos, como la conmociรณn que experimentamos –ese salto al mundo de los sueรฑos– al caer dormidos. Si “la fe es el salto mismo”, solo a travรฉs de nuestra libertad somos capaces de vivir ese momento รญntimo con la verdad.
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En la cima de una montaรฑa hay una casa humeante de adobe levantada por las manos de un hombre que hoy suma ciento quince aรฑos de edad. La milpa seca rodea y esconde el fogรณn en donde una mujer sentada desgrana las รบltimas mazorcas que la cosecha les regalรณ. Desgranadas, las lanza al rojo vivo con la fuerza que sus ciento y tantos aรฑos de edad todavรญa le conceden.
El silencio abrumador, apretujado en la espera, es roto por una voz que con paso firme se aproxima: “¡Metik! ¡Metik!” La voz de un joven retumba en los oรญdos cansados de Habiba y su corazรณn salta. Habiba duda. ¿Serรก que de verdad hay alguien ahรญ? Sin poder responder, regresa a su dedicada tarea bajando la mirada hacia las brasas incandescentes, escondiendo la mirada en el denso humo. “Metik, soy yo, soy Ibrahim.” Cuidadoso, Ibrahim toca el hombro derecho de su abuela, despertรกndola de su rutina y sacudiendo de nuevo su corazรณn. “¿Ibrahim?”, pregunta Habiba. “¿Eres tรบ? ¿Ya regresaste?” “Sรญ, abuela, soy yo. He vuelto.” Los ojos de Habiba no lo creen y se inundan de lรกgrimas. “¿Eres de verdad Ibrahim? ¿Quiรฉn eres?”, pregunta sacudiendo su memoria y abriendo sus pequeรฑos ojos con esfuerzo. “Soy yo, abuela. Soy Ibrahim. Tu nieto. He regresado para quedarme.” Habiba sonrรญe. “Tu abuelo, Suleimรกn, estรก allรก adentro acostado. Solamente te espera a ti para poder decir adiรณs.” ~
[1] El Movimiento Mundial Murabitรบn es un movimiento islรกmico fundado en Inglaterra y trasladado mรกs tarde a Espaรฑa por el jeque Dr. Abdalqadir as-Sufi, lรญder de la Tariqa Darqawi y mรญstica sufi en la dรฉcada de los ochenta. Es un movimiento compuesto en su mayorรญa por occidentales conversos y se caracteriza como un movimiento Da’wa que invita y difunde al islam en mรกs de veinte paรญses.
[2] Para ilustrar el fenรณmeno de diversidad religiosa en San Cristรณbal de Las Casas al que nos referimos daremos el dato del antropรณlogo Gaspar Morquecho (2010), quien afirma que “en la colonia San Antonio del Monte con 1,866 habitantes, la mayorรญa expulsados de las comunidades de los Altos, habรญa hasta hace un aรฑo once templos de diferentes denominaciones, incluida la catรณlica”. La existencia de templos de diversas denominaciones en las colonias perifรฉricas de esta ciudad es un hecho que sorprende: se pueden contar a lo largo de una misma avenida hasta diez templos diferentes.
[3] La shahada es uno de los cinco pilares del islam y significa “testimonio”. Consiste en “reconocer el islam como la vรญa a seguir” (webislam, 2011). Con la shahada, la persona se convierte en musulmรกn, en siervo de Dios, reconociendo que no hay mรกs dios que Dios y que su profeta es Mahoma.
[4] Respecto a cifras sobre mezquitas en Mรฉxico, el especialista en islam en Amรฉrica Latina Zidane Zeraoui (2012) reitera la importancia de diferenciar entre el concepto de mesyid, que significa mezquita en รกrabe, y una musala: “La mezquita es una construcciรณn especรญfica para la oraciรณn, mientras que una musala es un espacio (departamento, garaje, casa, etc.) que se adecuรณ para la oraciรณn.” Ademรกs de la mezquita de San Cristรณbal de Las Casas, en la colonia Molino de los Arcos, encontramos cuatro mรกs: la mezquita Suraya en Torreรณn, Coahuila: la primera desde 1989 y la รบnica asociaciรณn islรกmica registrada en Gobernaciรณn; la mezquita Dar as Salam en Tequesquitengo, Morelos, la cual es tambiรฉn un hotel halal que fundรณ Omar Weston; la mezquita sufi en la colonia Roma en el Distrito Federal y, por รบltimo, la mezquita salafi tambiรฉn en la ciudad de Mรฉxico. Se debe recalcar la existencia hoy dรญa de numerosas musalas en diferentes ciudades del paรญs como Puebla, Tijuana, Guadalajara, Monterrey, Morelia y Comitรกn de Domรญnguez.
[5] Cuando decimos que la amplia mayorรญa de la comunidad chamula musulmana comparte rasgos como la condiciรณn socioeconรณmica nos referimos a que la mayorรญa de estas familias estรกn dedicadas a las mismas actividades econรณmicas: el trabajo en las parcelas, el comercio y la carpinterรญa. Ademรกs de que todas las familias se ubican en las mismas colonias de San Cristรณbal de Las Casas, ya sea en Nueva Esperanza, La Hormiga o en Molino de los Arcos. Estas colonias son consideradas lugares de alta y muy alta marginaciรณn segรบn cifras del Conapo (2010) y la Sedesol (2010). A pesar de que San Cristรณbal de Las Casas es considerada una localidad con marginaciรณn media, la situaciรณn en la periferia es diferente.
[6] Cfr. “De la sierra a la selva: identidades รฉtnicas y religiosas en la frontera sur” en Juan Pedro Viqueira y Mario Humberto Ruz (eds.), Chiapas. Los rumbos de otra historia, Mรฉxico, UNAM/CIESAS, 1995.
(ciudad de Mรฉxico, 1985) es periodista, investigadora y profesora en el departamento de Estudios Culturales del ITESM. Produce un documental sobre Islam en Chiapas, con La Media Luna Producciones.