En noviembre de 1934 se reformó el artículo tercero de la Constitución mexicana. La nueva redacción empezaba así: “La educación que imparta el Estado será socialista y además de excluir toda doctrina religiosa combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo”…
Ese mismo mes, todos los empleados de la Beneficencia Pública en el Distrito Federal recibieron un “Cuestionario de información personal obligatoria” cuya parte iv pedía “Datos sobre ideología filosófica y religiosa”. Plutarco Elías Calles, que se propuso desfanatizar el país, era todavía el Jefe Máximo de la Revolución. No hace falta añadir que la Santa Inquisición, los nazis, comunistas y macarthistas usaron interrogatorios semejantes.
¿Qué religión profesa usted?
Soy librepensador.
¿Qué prácticas de culto ejercita usted?
Ningunas.
¿Antes de los 20 años de edad, estuvo usted sujeto a las prácticas y dogmas religiosos?
Sí.
¿Después de esa edad, se considera usted emancipado de confesiones y prácticas religiosas?
Sí.
¿A qué agrupaciones o instituciones religiosas o profanas pertenece usted?
A ningunas.
¿A qué sociedades o instituciones ha pertenecido usted antes de esta fecha?
A ningunas.
¿Está afiliado usted actualmente a alguna sociedad secreta?
A ninguna.
¿Cuántos hijos tiene usted en edad escolar (7 a 15 años)?
Dos.
Sírvase anotar el nombre y ubicación de la escuela o escuelas a que concurren.
Secundaria número 4. Edificio Mascarones. San Cosme.
¿Tiene usted o ha tenido parientes cercanos que ejerzan o hayan ejercido algún sacerdocio? En caso afirmativo, sírvase dar los nombres y grado de parentesco.
No.
Si no participa usted de ningún credo religioso, sírvase exponer sintéticamente su criterio filosófico-moral de conducta.
Respeto profundo por lo que en un hombre encuentro de auténtico, sin que me importen su credo ni sus opiniones.
¿De 1910 a la fecha se ha sentido usted identificado con los principios, esfuerzos y actuaciones de la Revolución?
Desde antes de que se iniciara el movimiento maderista.
¿Por qué razones?
Porque creí que solo por revolución podría derribarse un régimen de privilegios.
¿Ha discrepado usted con la Revolución?
Con la revolución, nunca.
¿Por qué razones?
Porque la revolución sigue realizando su obra a pesar de todos los yerros de sus representantes.
¿Piensa usted que la Revolución (1910-1934) ha sido benéfica, mediocre o nula para los intereses del país?
No es tiempo todavía de juzgarla, y los que menos capacitados estamos para hacerlo somos los que, aunque sea en parte insignificante, pertenecimos a ese movimiento.
¿Piensa usted que hay otros medios más eficaces que los revolucionarios para llevar al país al más alto grado deseable?
La elevación de la cultura individual.
¿Qué opinión tiene usted de los hombres más prominentes de la Revolución?
Contestación dada anteriormente.
¿Ha prestado usted servicios políticos, militares o sociales a la Revolución? Enumere usted por lo menos los más importantes, fijando lugares y fechas, aun cuando sean aproximados, en que los haya prestado.
Nunca para satisfacer mis necesidades fisiológicas, siempre cuando [hacerlo] fue peligro grave: Propagandista de la revolución maderista. Jefe Político de Lagos al triunfo del movimiento maderista.
Propagandista de la revolución contra Victoriano Huerta. Médico de las fuerzas revolucionarias de Julián Medina en Jalisco de 1914 a 1916. Director de Instrucción Pública en Jalisco durante el gobierno de la Convención.
¿Prestó usted servicios militares a la causa del general Victoriano Huerta?
De ninguna especie.
¿Ha combatido usted militar, política o socialmente a la Revolución? En caso afirmativo, sírvase exponer sus razones.
No.
¿Se considera usted identificado y en perfecto acuerdo con la actuación del Gobierno Federal? En caso afirmativo, sírvase exponer sus razones. Si usted discrepa con la actuación del Gobierno de la República, sírvase exponer sus razones.
Contestada anteriormente.
¿Está usted conforme, en particular, con la orientación socialista que se dará a la educación nacional?
No creo en la eficacia de la coacción del pensamiento.
¿Le parece a usted conveniente o necesario proceder desde luego a la desfanatización de las masas, como lo pretende el Gobierno de la República?
Contestación dada.
¿Qué medios parecerían a usted más eficaces para el logro de esa desfanatización? Sírvase consignar esos medios.
Poner la educación de la juventud en manos de los más íntegros como hombres e idóneos como maestros.
Nota importante. Los datos declarados por los informantes deberán ser comprobados cuando las autoridades de la Beneficencia Pública lo estimen conveniente o necesario.
Mariano Azuela (1873-1952) respondió el cuestionario de 1934 con precaución, pero también con valor civil. (Sus respuestas, dicho sea de paso, ponen en ridículo a los valientes que, cuarenta años después, decían que Los de abajo es una novela reaccionaria.) Luis Leal (Mariano Azuela: el hombre, el médico,0 el novelista, en dos volúmenes publicados por Conaculta en la colección Memorias Mexicanas, 2001) incluye una fotocopia del documento oficial impreso con respuestas mecanografiadas y cambios manuscritos de lo que fue un borrador. También incluye una versión final titulada “Respuestas definitivas que di con mi propia letra a este interrogatorio”. Estas aparecen también en su Correspondencia y otros documentos (Fondo de Cultura Económica, 2000). Hay algunas discrepancias en las transcripciones que no afectan lo esencial.
Más interesantes son los cambios manuscritos. Por ejemplo, en la primera respuesta había escrito: “Librepensador” y lo cambió por “Soy librepensador”, que es más exacto y congruente. Responder “Librepensador” es como decir que la libertad de pensamiento es una religión. Responder “Soy libre-pensador” es declararse no sujeto a dogmas. Más adelante suprimió: “En México tenemos palpables los resultados de sustituir un fanatismo con otro fanatismo.”
Al final de sus días, Azuela fue acosado nuevamente por el fanatismo, ahora de su hijo Mariano Azuela Rivera, que fue primero católico, luego anticlerical y finalmente católico vehemente y angustiado porque su padre no quiso recibir al sacerdote que le envió para reconciliarlo con la fe de su bautismo. Las circunstancias y la correspondencia entre ambos fue recogida por el nieto, Mariano Azuela Güitrón (Azuela vs Azuela. Misteriosos caminos de Dios, Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, 2001). La respuesta a la necedad de su hijo confirma su rectitud:
Me ufanaba de que por diferencias de credo jamás hubiera habido pugnas en mi familia, porque los eduqué –como creo que debe ser educado todo ser racional– con amplia libertad para seguir la ideología más en armonía con el carácter y maneras de cada cual. Cuando, pasando por una grave crisis, te convertiste al catolicismo, me regocijé y así se lo dije muchas veces a tu mamá. Tu error consiste en pretender convertirte en misionero y suponer que otras gentes están en el mismo estado psicológico y emocional en que tú te encontrabas.
Me duele seguir desempeñando el papel que me has conferido de mito diabólico de la familia, que no sólo estorba en su [propia] salvación, sino en la de los demás. Cuando, hace pocos meses, me enviaste a un cura para que me confesara sufrí un gran dolor, pero después una gran satisfacción. Lo primero fue ser víctima de un ataque a mi dignidad personal (¡cosas del diablo!), lo segundo fue comprobar que mis ideas no son vestiduras que uno puede cambiar a voluntad, sino parte integrante de mí mismo. Querer imponer la fe con razonamientos es lo más necio de las religiones. Si no brota de las propias fuentes, degenera en farsa o comedia, como la que se obliga a desempeñar a los infelices agonizantes.
Otro de tus errores consiste en tu suficiencia para pensar que puedes penetrar en el corazón de los demás. Y por este error pierdes mucho de lo que legítimamente tienes ganado.
Hace algunos años he querido cultivar la virtud (para mí) de la tolerancia a la intolerancia. Vivir en paz y dejar a los demás que vivan en paz es todo lo que yo quiero y lo único que a ti te pido.
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(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.