Foto: X / @DanielNoboaOk

Ecuador no quiso a un Bukele

El inesperado segundo lugar que obtuvo Daniel Noboa, un candidato casi desconocido, en la primera ronda electoral, muestra que Ecuador es un país muy distinto al que muchos dicen entender.
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Si algún mensaje dejó el resultado de las elecciones en Ecuador es que este es un país muy difícil de leer y bastante distinto al que tiene en mente el establishment mediático y político. Cuando el consenso entre comentaristas, periodistas y politólogos decía que la ola de inseguridad y de ataques de las mafias del narcotráfico se habían convertido en el eje que iba a definir la contienda electoral –léase Ecuador iba en busca de su “Bukele”–, resultó que la sorpresa del domingo fue un rostro nuevo y casi desconocido: Daniel Noboa Azín. Se trata de un candidato que tres semanas antes de las elecciones no marcaba ni un 5% en las encuestas y que surgió como el ave fénix del polémico debate del 13 de agosto, cuando el país seguía en estado de conmoción total por el magnicidio de Fernando Villavicencio.

Así que cuando, en los días y horas previos al conteo de las urnas, este próspero joven de 35 años, educado en Estados Unidos y con rostro de galán de telenovela, empezó a repuntar en las encuestas, todos creyeron que había algún error. Daniel Noboa, a quien pocos conocían como asambleísta en el período 2021-2023, es heredero de la inmensa fortuna forjada por su abuelo Luis Noboa Naranjo gracias a la exportación de banano desde hace más de 60 años, y además es hijo de Álvaro Noboa Pontón, seis veces candidato a la presidencia sin éxito y meme favorito de los ecuatorianos.

Pero antes de seguir hablando sobre esta sorpresa hay una particularidad del ecosistema político que es necesario entender: en el Ecuador, el segundo puesto es considerado como el boleto premiado de la lotería, incluso más que el primer lugar. Como se da por descontado que el primer puesto siempre será para el correísmo porque es el movimiento más fuerte y mejor organizado del país, el que quede segundo está en el foco de la atención ya que se estima que en el balotaje puede conseguir el apoyo del voto anticorreísta y podría ganar la Presidencia. Por eso, durante estos últimos meses se asumió que la verdadera carrera electoral era por el segundo puesto, mientras que el correísmo hizo todo lo posible para que su candidata ganara en primera vuelta, algo que no ocurrió y que para ese movimiento es casi una derrota, ya que tiene un techo muy difícil de romper en un balotaje. Es lo que ocurrió en 2021 cuando Guillermo Lasso ganó la Presidencia luego de que en la primera vuelta quedó segundo con un triste 19%, después del correísta Andrés Arauz que tuvo 32%. En la segunda vuelta, Lasso tuvo un 52.5 % mientras que Arauz alcanzó un 47.50%

¿Cómo pudo Noboa pasar a disputar la segunda vuelta con Luisa González, la candidata del poderoso correísmo? La interrogante aún retumba en los espacios de conversación y debate en el país, aún más por el hecho de que alcanzó un vigoroso 22.77%.

Los analistas han salido a ensayar las más variopintas explicaciones para el resultado que tuvo Noboa, pero hay algo en el que no atinan: si se supone que la violencia y la inseguridad son el tema más importante para los ecuatorianos, ¿por qué no ganó Jan Topic, que se presentaba como el Bukele ecuatoriano o que aparentaba ser una suerte de Rambo justiciero? Se podría entender que Topic no quedara segundo, pero que quede cuarto y con apenas el 14% de la votación resulta verdaderamente insólito. Incluso, por el hecho de que la campaña de Topic fue millonaria dado que, al igual que Noboa, es el heredero de una inmensa fortuna pero que, en su caso, está vinculada con una empresa que es la principal proveedora de internet en el país. Incluso el factor emocional pesó más que la seguridad: el periodista Christian Zurita, que reemplazó al asesinado Fernando Villavicencio, quedó tercero, con una muy buena votación equivalente al 16.14%, lo que se atribuye a la espiral emocional que desató el asesinato de Villavicencio.

Noboa y su equipo de estrategas parecen haber entendido mejor al país que lo que creía el Ecuador político. La campaña del joven empresario dividió sus ofertas en dos: primero empleo y luego seguridad. De acuerdo con un estratega de esa campaña que conversó con este periodista, ellos se dieron cuenta que la seguridad es un tema que agobia a todos pero en especial a quienes tienen algo que perder: un carro, una bicicleta, un negocio que puede ser víctima de extorsión, pero en cambio la gran mayoría no tiene ninguna propiedad. Esa gran mayoría, dicen, está más preocupada en conseguir un empleo que les permita tener una vida digna. Y ahí es donde estuvo el enfoque de Noboa: el empleo. Es decir, los ecuatorianos prefirieron a alguien que tiene en su mente que el problema de fondo es la falta de empleo.

Los resultados también son un cachetazo para quienes han repetido durante los últimos años que el movimiento indígena es el factótum de la política ecuatoriana o que al menos es un factor decisivo. Yaku Pérez, que se presentó como representante de los indígenas, aunque no de su dirigencia, tuvo un triste 5.66% (frente al 19.38% % de hace 2 años y medio) a pesar de que también se posicionó como un ambientalista de excepción. Por el contrario, y para sorpresa de muchos, Daniel Noboa fue el que mejor votación tuvo en las regiones con mayor población indígena. El que un multimillonario capte esos votos es una espina para los movimientos que se atribuyen la vocería de los más pobres y desamparados, como es el caso de correísmo.

Ecuador resultó ser un país muy distinto al que muchos dicen entender o saber interpretar. La dicotomía entre correísmo y anticorreísmo parece disiparse poco a poco, y entran en disputa otros factores que parece encarnar Noboa: lo nuevo, lo no contaminado, lo fresco, lo no confrontacional y lo joven. ~

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es periodista.


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