ese perro ladra de noche
ese perro ladra sin parar
no aúlla ni rabia
no ladra por circunstancia
ladra por condición
¿es el ladrido su pesadumbre?
ladra su fundamento
sus húmeros ladran sus lagrimales su páncreas
ladra lo latente
la cifra de su substancia
lo carnal ladra en él
lo desolado
ladra lo crudo
ladra su atónito desamparo
la vaga vasta amenaza
ladra por todo lo hostil
de noche ladra contra lo oscuro
que lo traspasa
contra lo desalmado
ladra.
Por igual
como perro de noche
por parecido desamparo
ante mí
llora mi amigo Ken
trata de contener su congoja
y desespera
convulso el llanto estalla
impúdico
allende toda urbanidad
el llanto lo rebasa
el cúmulo negro lo abruma
se desmorona su morada
su lengua se deshila
todo se agarrota
el sinsentido lo cerca
lo vacante lo anonada
mi amigo Ken
ya no puede tenerse en pie
estremecedoramente
como perro que ladra de noche
por compulsión
estalla en llanto.
Hay que vivir le digo.
La vida es un don.
No obstante.
A pesar del pesar.
Es duro, pasmoso, insoportable don. –