El magnífico egoísmo de Larry David

Curb your enthusiasm, todo un tratado sobre el egoísmo urbano posmoderno, es hoy más pertinente que cualquier cinta o serie sobre pandemias que pueda recomendarse.
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En Fuerza mayor (Force majeure), cinta dirigida por el sueco Ruben Östlund, una familia experimenta durante unas vacaciones en los Alpes un suceso traumático que pone a prueba la armonía que aparentemente los define: mientras almuerzan en la espectacular terraza del restaurante de un centro turístico de lujo, una avalancha detonada de manera accidental por los empleados del hotel desciende sobre ellos. En lugar de evacuar a su familia, Tomas (el padre) huye despavorido, mientras Ebba (la madre) recibe el embate de la nieve junto a sus dos hijos, Vera y Harry. Al final del día, el daño es mínimo. Tomas, sin embargo, queda exhibido como un cobarde. Fuerza mayor maneja todos los elementos de un drama, pero se desdobla como una farsa cruel y desternillante que no deja títere con cabeza, sobre todo cuando Tomas intenta convencer a lo demás de que actuó con racionalidad y en realidad iba a regresar por sus seres queridos.

Aclamada desde su estreno en el Festival de Cannes de 2014, Fuerza mayor consolidó al realizador sueco como una de las voces más trasgresoras y originales de la década(

((Casualmente, Julia Louis Dreyfus, Elaine en Seinfeld, protagoniza el remake estadounidense de Fuerza mayor: Downhill (2020). ))

). La secuencia de la avalancha, sin embargo, cuenta con un antecedente más salvaje y burlón que cualquier cosa imaginada por Östlund, quien a la postre filmaría la incomodísima The Square (2017). Me refiero a “The Fire”, episodio 20 de la quinta temporada de Seinfeld, la “comedia situacional” (sitcom) transmitida de 1989 a 1998.

En “The Fire”, George Constanza (Jason Alexander) asiste al cumpleaños del hijo de su novia Robin. Cuando hay un connato de incendio en la cocina, George huye despavorido, abriéndose paso a empujones, dejando atrás a Robin y sus invitados, incluida una viejita en andadera. Como sucede en la arquitectura narrativa de casi todos los episodios de Seinfeld, “The Fire” desarrolla en paralelo otras dos narrativas que terminarán yuxtaponiéndose con un timing preciso y elegante: la idea de Kramer (Michael Richards) de crear un libro de mesa de café (coffee table book) sobre mesas de café, y el encono de Jerry hacia Toby, una colega de Elaine (Julia Louis Dreyfus) que lo distrae mientras realiza su rutina de stand up. Seinfeld está repleta de momentos clásicos, pero ninguna imagen define mejor a Constanza que la de “The Fire”: un tipo al que sólo le importa salvarse a sí mismo, así tenga que pisotear a niños y ancianos para lograrlo.

Seinfeld fue creada por los cómicos Jerry Seinfeld y Larry David, este último la inspiración del personaje de George. A diferencia de Jerry, David se mantuvo detrás de la cortina para que Alexander pudiera personificar a George. No hay un mal bicho más patético en la televisión moderna que George Constanza: neurótico, haragán, encajoso y perdedor, sobre todo perdedor. Tras fungir como showrunner y escritor principal a lo largo de siete temporadas, David se retiró en términos amigables de la dirección creativa del programa, si bien regresó para escribir el controvertido final en el que los protagonistas son condenados en un juicio donde desfilan todos los damnificados de sus abusos.

David llevó las cosas al extremo en 2000 con Curb your enthusiasm, serie producida por HBO donde interpreta a una versión ficticia de sí mismo: un millonario de Los Ángeles con una tolerante esposa que vive de los jugosos dividendos que aún le genera Seinfeld. El Larry David de Curb your enthusiasm es un Constanza en esteroides: vive sin filtro y no le rinde cuentas a nadie, lo que le permite insultar y trastornar la existencia de todo el que se cruza en su camino. También, a su manera, es un eterno perdedor que rara vez alcanza la satisfacción total.

Narcisismo y mezquindad

La décima temporada de Curb your enthusiasm finalizó el 22 de marzo, casi 20 años después de la transmisión de su primer capítulo. La serie no sólo mantiene una fiereza que contrasta con la cautela relamida que caracteriza a las comedias televisivas de tiempos recientes, sino que confirma a David como un autor que detrás de una engañosa banalidad nihilista expone un discurso incisivo sobre el egoísmo que define a las sociedades urbanas.

En Curb your enthusiasm nada es más importante que la comodidad del protagonista. En “Elizabeth, Margaret and Larry”, David inicia una relación amorosa con Becky, la hermana de Cheryl, su ahora exesposa. Becky sufre un accidente de esquí mientras vacaciona en Denver. Cuando habla con ella por teléfono, Larry le dice que va a tomar el primer vuelo disponible. El problema es que solo hay asientos de clase turista en todos los vuelos de ese día y, como sabemos, Larry sólo viaja en primera clase, por lo que llega hasta el día siguiente. Fin del romance. A lo largo del episodio, Larry es seguido por Jon Hamm (sí, el mismo de Mad Men), quien va a protagonizar una película basada en un escritor similar a David. La química entre los dos es sensacional. Ojalá Hamm vuelva a aparecer en futuras temporadas. Su vis cómica es envidiable. En “Artificial fruit”, la doctora de David le notifica que puede tener cáncer. Mientras juega con sus amigos al póquer, el cómico les revela que se realizó unos estudios médicos para saber si estaba enfermo:

—Si tienen cáncer, no puedo ser ya su amigo. No soy un amigo para el cáncer. No puedo interpretar al amigo de cáncer. No es para mí. ¡Es demasiado!

Acto seguido, el grupo establece una cláusula de reciprocidad donde juran que no van a ser “amigos del cáncer”. Una vez que la doctora le anuncia que los exámenes resultaron negativos y no está enfermo, David reclama a sus amigos el desinterés por su salud. Como todo buen ególatra, Larry no tolera que la gente no esté al pendiente de él, incluso si así lo pactó de antemano.

El narcisismo de David alcanza su cumbre en “The ugly section”, una de las notas más altas en la historia del programa. Tras varias visitas a Tiato, el restaurante de moda, Larry se percata de que una sección del restaurante, la que se encuentra junto a las ventanas que dan a la calle, está llena de gente con rostros hermosos y cuerpos espectaculares, mientras la otra, la que está cerca de cocina y baños, está ocupada por gente normal. El mesero, interpretado con delirante mamonería por el simpático Nick Kroll, lo niega rotundamente. Ofendido porque siempre lo sientan en la sección de los feos, David investiga y descubre que, efectivamente, existe una “sección para los feos”. “The ugly section” sublima una de las constantes del autor: del “Soup Nazi” de Seinfeld al mesero de Tiato, David es un maestro en el desglose quirúrgico de las pequeñas humillaciones que soportamos día tras día por parte de personas que en teoría deberían tratarnos con respeto. Una persona común y corriente está dispuesta a aceptar el maltrato a cambio de una deliciosa sopa o de alcanzar mesa en el restaurante de moda. Un narciso consumado como Larry, en cambio, no lo puede soportar y ataca con todo.

La misma lógica opera en the “The spite store”, donde David monta el café Latte Larry’s con el simple objetivo de llevar a la quiebra a Mocha Joe, el dueño de la cafetería del mismo nombre que cometió el pecado de servirle café frío y scones húmedos. Esa es la razón por la que el espectador nunca rompe la empatía con David: es el ángel vengador que todos desearíamos ser. Como sucede en “The spite store”, casi siempre pierde y hace el ridículo, pero jamás se queda callado.

El final de temporada de Curb your enthusiasm coincide con la cuarentena global desatada por el coronavirus que causa la Covid-19. En esta crisis tiende a manifestarse cómo todos estamos dispuestos a ser ciudadanos modelo hasta que las buenas intenciones se cruzan con nuestros intereses más banales. Son momentos en los que la mezquindad personal no debe anteponerse al bienestar de la comunidad. Al ser todo un tratado sobre el egoísmo urbano posmoderno, Curb your enthusiasm resulta hoy más pertinente que cualquier cinta o serie sobre pandemias que pueda recomendar. Es, además, una diversión perfecta para ahogar la angustia del encierro. Vale la pena clavarle el diente.

 

(1) Casualmente, Julia Louis Dreyfus, Elaine en Seinfeld, protagoniza el remake estadounidense de Fuerza mayor: Downhill (2020).

 

Las 10 temporadas de Curb your enthusiasm están disponibles en HBO Go.

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Mauricio González Lara (Ciudad de México, 1974). Escribe de negocios en el diario 24 Horas. Autor de Responsabilidad Social Empresarial (Norma, 2008). Su Twitter: @mauroforever.


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