Esta dรฉcada, tras fluctuar entre documentales sobre la inclemencia del mundo natural (Grizzly Man, Encounters at the End of the World) e intensos largometrajes (Rescue Dawn), Werner Herzog regresa con un sorprendente remake. Sorprendente porque esto no es un remake hecho y derecho. La pelรญcula original es Bad Lieutenant, el clรกsico de culto de Abel Ferrara, y Herzog asegura que jamรกs la ha visto (y, sรณlo por ser รฉl, le creo). Ambas cintas comparten el tรญtulo y el concepto: un detective obsesivo comienza a operar afuera de la ley, adentrรกndose en un mundo de drogas, apuestas y robos para resolver un crimen brutal. Pero ahรญ acaban las similitudes: Bad Lieutenant: Port of Call โ New Orleans es una cinta Herzogiana de principio a fin.
No obstante, la cinta le pertenece tanto a Herzog como a su estrella: Nicolas Cage, uno de los mรกs extraรฑos actores de las รบltimas dรฉcadas. Desde hace tiempo parece que existen dos actores dentro de Cage. Uno es la estrella de cine, cuya mirada vacรญa e interpretaciones tibias inundan la taquilla (ver: la serie de National Treasure); y luego estรก Cage el actor: aquel que escoge papeles peculiares a los que salpica con su muy particular estilo (ver: Adaptation y Moonstruck). Afortunadamente, cada segundo de Bad Lieutenant le pertenece al Nicolas Cage actor. Desde los primeros minutos de la cinta, queda claro que el histriรณn disfruta habitar el cuerpo del detective Terrence McDonagh, cuyos mรฉtodos para descubrir a los asesinos de una familia de inmigrantes senegaleses no son, digamos, ortodoxos. McDonagh navega con la misma inmoralidad, inventiva y habilidad el brutal mundo de traficantes de cocaรญna, el de los resentidos mafiosos del Golfo y el de su novia: una prostituta que vive enfrascada en una querella con su madre alcohรณlica. El detective se derrumba, en caรญda libre, entre polvo y robo, en un viaje de dos horas que cautiva y repele al espectador.
Por su parte, Herzog disfruta su chapuzรณn en el gรฉnero detectivesco. Dirigiendo con mayor libertad que en otros proyectos โquizรกs mรกs seriosโ, el director alemรกn registra el tono decadente de Nueva Orleans despuรฉs del Katrina; las demandas irreprimibles del deseo y la adicciรณn; la delgada lรญnea entre el vicio y la virtud, tanto en la vida de los criminales como en la de los detectives. Con la frescura de sus documentales aรบn en el lente, Herzog y Peter Zeitlinger, su fotรณgrafo, filman varias escenas desde el punto de vista de las iguanas y los cocodrilos: las alimaรฑas registran la destrucciรณn que propicia McDonagh (tal y como registraron ese otro desastre en aรฑos recientes). Queda claro, entonces: la inclemencia de la naturaleza โese, el mรกs Herzogiano de los temasโ no estรก circunscrita al mundo animal.
-Ryan Haydon