La palabra analfabeto es cruda en su sonido y significado. Se compone con tรฉrminos griegos. El prefijo an-, y las primeras dos letras de aquel abecedario. De haber incluido tres, como en la versiรณn latina, se llamarรญa alfabetagamo.
Con origen latino, al que no sabe leer, para no designarlo inabecedรกrico, mejor le llamamos iletrado, si bien solemos decirle iletrados a los que, sabiendo leer, no leen; o incluso a los que, leyendo, leen libros chabacanos; o aun a los que, leyendo algo plausible, no lo entienden.
Analfabeto no es palabra tan antigua. Quien lea Siglo de Oro se toparรก con otras opciones: ignorante, indocto y, sobre todo, necio. Iletrado era de uso poco comรบn, y tal palabra la recoge el diccionario de la Academia hasta 1925, pero ya en el siglo XV Alfonso el Sabio decรญa que โRey iletrado es asno coronadoโ. Y sin duda han existido mรกs burros que sabios con corona.
Cuando Sancho dice: โMรกs sabe el necio en su casa que el cuerdo en la ajenaโ, don Quijote le responde: โEl necio en su casa ni en la ajena sabe nada, a causa que sobre el cimiento de la necedad no asienta ningรบn discreto edificioโ. Es buena la imagen de don Quijote sobre los cimientos y el edificio, pues hay conocimientos infecundos que nada edifican.
Hace mรกs de cuatrocientos aรฑos, la Pรญcara Justina explicaba que โcon los discretos hablo bien, y con los necios hablo en necio, para que me entiendanโ. Dado que hay mรกs necios que doctos, ocurre que lo masivo suele hablar en necio; dรญgase televisiรณn o cine o redes o algunos bestsellers y discursos polรญticos. Y a golpe de necedades, el golpeado se vuelve mรกs necio.
โNo hay libro tan malo que no tenga algo de buenoโ, citรฉ antier entre copa y copa la famosa frase que se repetรญa en el pasado. Pero me corrigiรณ alguien mรกs sabio que yo: โEso era verdad hace algunos siglos, pero hoy se publican cosas que nada tienen de buenoโ.
Y quizรกs tambiรฉn en otros tiempos, pues escribe Feijoo allรก en 1600 y pico: โHay libros muy รบtiles, libros algo รบtiles, y libros totalmente inรบtilesโ.
Como tambiรฉn pienso que se quedaron en el pasado las palabras de san Jerรณnimo: โNada tan fรกcil como deslumbrar a la vil plebe e ignorante vulgo con la tarabilla de la lengua; porque la gente ignorante o baja admira y aplaude mรกs lo que menos entiende.โ Siglos despuรฉs de san Jerรณnimo, mรกs razรณn lleva la Pรญcara Justina.
Hasta hace algunas dรฉcadas, alfabetizar llevaba el mero significado de ordenar alfabรฉticamente, pero a alguien se le ocurriรณ con buen tino darle la acepciรณn de enseรฑar a leer y escribir. Creo que en Mรฉxico comienza a utilizarse con las campaรฑas educativas de los aรฑos sesenta.
Casi medio siglo antes habรญa nacido la Secretarรญa de Educaciรณn Pรบblica con una visiรณn de grandeza. En 1921, un columnista escribiรณ algunas palabras inmoderadas, optimistas y hasta melosas: โAl darnos cuenta del esfuerzo magnรญfico que realizarรก el entusiasmo vigoroso y joven del sapiente abogado don Josรฉ Vasconcelos, en su acciรณn noble, piadosa y patriรณtica, al empeรฑarse en la difusiรณn de la cultura, de la instrucciรณn y de los buenos libros, sentimos una impresiรณn dulce y amable, y consideramos que Mรฉxico tendrรก en breve un santo, un supremo, un divino advenimientoโ.
Aquel Mรฉxico era tan optimista que Vasconcelos, para acompaรฑar sus visiones educativas, mandรณ imprimir a autores como Homero, Platรณn, Esquilo, Eurรญpides, Plutarco, Plotino, Dante y Tolstรณi. Suena muy bien, aunque el propio Vasconcelos confesรณ que โdesconocรญa la pedagogรญa y no le preocupaban los sistemas de enseรฑanzaโ. Ciertamente es difรญcil recetarle a un analfabeto el ABC y luego pasar a Plotino preguntรกndose sobre el alma โยฟCuรกl serรก el sujeto de los placeres y de las penas, de los temores y de los atrevimientos, de los apetitos, de las aversiones y del dolor?โ
Por eso Memรญn Pingรผรญn acabรณ con mรกs lectores que Eurรญpides; Marcial Estefanรญa superรณ a Esquilo.
Vasconcelos desconocรญa la pedagogรญa tal como la desconocen los grandes lectores, porque ninguno de ellos se formรณ en la escuela, sino en alguna biblioteca amplia o modesta, familiar o comunitaria. Por eso creyรณ en la fรณrmula: โSi creamos bibliotecas, nacerรกn los lectoresโ. En cambio, quienes dicen que sรญ conocen la pedagogรญa son los primeros en excusar a los iletrados.
Los adultos iletrados han convertido a los maestros en la perfecta coartada para no leer. Don Quijote es el culpable de todo. O acaso El libro del buen amor.
En algรบn tiempo no tan remoto existiรณ la bella fantasรญa de que las escuelas podรญan formar lectores. ~
(Monterrey, 1961) es escritor. Fue ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2017 por su novela Olegaroy.